UNAB Activa: El proyecto de telesalud desarrollado para apoyar a la comunidad interna y externa
Desde el año pasado, las distintas Escuelas de la Universidad han desarrollado atenciones en modalidad online, en línea con el compromiso de la casa de estudios de vincularse activamente con el entorno y de fortalecer la formación de sus estudiantes. Esfuerzo que este año se ha seguido redoblando a través de esta iniciativa.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria producto de la pandemia de COVID-19, la Universidad Andrés Bello (UNAB) se planteó de qué manera podía colaborar en el marco de complejo escenario que enfrentaba el país. De esta forma, las distintas Escuelas de la casa de estudios comenzaron a desarrollar iniciativas en modalidad online para dar respuesta a las necesidades de atención que presentaba la población.
Durante 2020, más de 15 mil personas a lo largo del país fueron beneficiadas tras la implementación de un centenar de oficinas virtuales, y este año se ha redoblado el esfuerzo para seguir ampliando este servicio a la comunidad a través del proyecto de telesalud UNAB Activa.
«Estas atenciones se han desarrollado para contribuir tanto con nuestra comunidad interna como externa, en línea con nuestro compromiso de vincularnos activamente con nuestro entorno y de incorporar escenarios académicos con pacientes reales que fortalezcan la formación de nuestros estudiantes», resalta el Dr. Nicolás Bronfman, Vicerrector Académico de UNAB.
Los programas de teleatención se han podido llevar a la práctica gracias al profesionalismo y vocación de académicos y estudiantes de UNAB, y dado los convenios de colaboración que la Universidad tiene con diversas organizaciones se ha podido apoyar a distintos grupos y/o personas a lo largo del país. Esto ha permitido a los estudiantes de los últimos años vincularse activamente con la población, supervisados siempre por docentes y profesionales de las respectivas carreras y Facultades.
En esto, destacan las atenciones entregadas en el marco de los convenios suscritos con la Secretaría Regional Ministerial de la Mujer y la Equidad de Género (Seremi de MMyEG) de Valparaíso, y también con la Secretaría Regional Ministerial de la Mujer y la Equidad de Género (Seremi de MMyEG) y el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernameEG) del Biobío. Además de las atenciones de telesalud que se están entregando al Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar y sus familias en el marco del convenio de colaboración que mantiene vigente dicha institución con UNAB Sede Viña del Mar desde 2017, y cuyo beneficio fue presentado a comienzos de junio pasado.
Las teleatenciones
Para enfrentar el desafío de la implementación de estos programas de teleatención se requirió de un trabajo colaborativo e interdisciplinar de toda la Universidad para desarrollar servicios pertinentes y de calidad, y que por, sobre todo, dieran una solución real a las problemáticas y necesidades que estaba enfrentando la población.
«Nuestro desafío es mantener la calidad que han logrado estas teleatenciones y diversificar las prestaciones, para que un mayor número de usuarios sea impactado por este servicio», recalca el Dr. Bronfman. Por ello, «este año hemos dado un paso más, y estamos centralizando nuestras diversas atenciones a través de la plataforma UNAB Activa, lo que nos permitirá canalizar de mejor forma los distintos requerimientos, sobre todo en la medida en que seguimos trabajando con un mayor número de organizaciones en convenio».
A la fecha, en UNAB Activa se han implementado atenciones de telesalud destinadas a la comunidad interna –estudiantes, colaboradores (docentes y administrativos, apoderado y familiares–, así como a diversas organizaciones.
Entre las atenciones destacan Apoyo kinesiológico para quienes tengan afecciones del sistema musculo-esquelético por parte de Kinesiología, o atenciones de Terapia Ocupacional en las áreas de Salud Ocupacional y Ergonomía o en problemáticas asociadas a Situaciones de Salud Física, Salud Mental, Discapacidad y Adaptación a la Contingencia Actual. También mediante la campaña «Alimentación en tiempos de pandemia» de Nutrición y Dietética, que busca entregar apoyo sobre la mantención de estilos de vidas saludables; o el Servicio de Atención Farmacéutica de Química y Farmacia con el objeto de detectar problemas relacionados con medicamentos.
Asimismo, se han desarrollado teleatenciones de Enfermería divididas en tres acciones: Atención de consultas para control de salud con enfoque preventivo, Educación Individualizada y Educaciones grupales; y atenciones de Obstetricia en temáticas como salud sexual y reproductiva, consejería en lactancia materna, promoción y prevención en relación a cáncer de mama y cervicouterino, entre otras.
Vínculo con la comunidad
Desde su casa en Talcahuano, Sara Sandoval (73) lleva cerca de tres meses trabajando dos veces a la semana con estudiantes de la carrera de Kinesiología para tratar sus dolores producto de una artrosis y otras afecciones en la columna. «Las atenciones son muy buenas y realmente han sido de mucho ayuda para mí. Los jóvenes con quienes me ha tocado participar han sido personas muy dedicadas», cuenta.
Agrega que en este tiempo de pandemia, las teleatenciones han sido una «tremenda solución» sobre todo para las personas de la tercera edad: «Son algo que nos sirve en todo sentido, incluso en el emocional porque uno se siente más acompañada y los alumnos son muy afables. Agradezco a la universidad por tomarnos en cuenta y darnos la posibilidad de que tengamos este apoyo«.
En esa línea, durante el año pasado, estudiantes de Psicopedagogía de la Sede Viña del Mar trabajaron a distancia con un grupo de niños de la Residencia Los Pinos en Osorno, de la Fundación Verbo Divino, que presentaba dificultades académicas. Ante ello, se les entregó apoyo individualizado una o dos veces a la semana, según el requerimiento, para que pudieran avanzar con su aprendizaje.
«Mediante un trabajo interactivo y didáctico lograron llegar a los niños, quienes de primera no querían, pero después se entusiasmaron y salían súper felices de las clases», recuerda Claudia Soto, quien el año pasado se desempeñaba como psicóloga en la residencia y quien estuvo a cargo de la coordinación del proyecto. Sobre la iniciativa destaca «el compromiso de las estudiantes y de la Universidad, así como el entusiasmo y la capacidad de ir adaptando los contenidos a los gustos y necesidades de cada niño. Era un trabajo personalizado, la clase era preparada exclusivamente para cada uno y con lo que a ellos le gustaba».
Sobre las distintas experiencias, el Vicerrector Académico asegura que «la pandemia nos ha permitido reinventarnos y descubrir un área de aprendizaje que era desconocida, y cuyo impacto no se había medido. Hoy en día, la distancia y los tiempos no son impedimento para lograr una atención de calidad y para acompañar a personas y grupos vulnerables en la solución de su problemática. Como Universidad estamos llamados a cumplir y ser un aporte al desarrollo del capital social de nuestro país».