Profesor UNAB crea herramienta para medir la adaptación de las viviendas al cambio climático
El docente de Arquitectura del Campus Creativo, Patrick Spencer, desarrolló esta metodología que permite evaluar los riesgos que tiene una vivienda ante amenazas producidas por el cambio climático tales como calor extremo, incendios, inundaciones y deslizamientos de tierra.
El profesor Patrick Spencer – quien impartirá el ramo “Redes y Sistemas” de la carrera de Arquitectura UNAB – regresó recientemente a Chile luego de estudiar un máster en Ciencias sobre Diseño e Ingeniería Medioambiental (MSc) en la University College London (UCL).
Allí, desarrolló un proyecto de investigación que resultó en la creación de una metodología para medir la adaptación al cambio climático que tienen las viviendas en Chile. “No quería limitarme a un paper que probablemente pocos iban a leer. Me interesaba que, de alguna forma, todo el estudio y trabajo desarrollado pudiera transformarse en un instrumento utilizable por la ciudadanía”, cuenta.
Además, el profesor del Campus Creativo señala que, cuando se discute sobre el cambio climático y sus potenciales soluciones, se habla generalmente de medidas como la reducción de la huella de CO2, la descarbonización de los sistemas energéticos o de transporte, la migración a energías renovables, etc.
Estos esfuerzos de mitigación, dice, son necesarios e importantes, sin embargo, “esto hace que muchas veces se nos olvide la relevancia que tiene la otra cara del problema, que justamente tiene que ver con adaptación”.
“La adaptación al cambio climático nace de reconocer que, incluso si pudiéramos reducir nuestras emisiones a cero desde hoy, de todas maneras, tendremos que enfrentar importantes consecuencias el día de mañana. De hecho, las estamos sintiendo hoy”, explica Patrick Spencer.
Dentro de estos efectos se encontrarían temas relacionados con la contaminación atmosférica, la salud, el déficit de agua y comida, y también la ocurrencia de eventos climáticos extremos.
Y es sobre esto último que el profesor decidió centrarse en su investigación, ya que, asegura, “los desastres naturales que pueden ser potenciados por el cambio climático han aumentado de manera considerable durante los últimos 30 años, afectando en general a la población más vulnerable del planeta”.
Cómo funciona la medición
La herramienta creada por Patrick Spencer se enfocó en Chile debido a que reúne 7 de las 9 condiciones de vulnerabilidad ante el cambio climático definidas por las Naciones Unidas.
“Tenemos un país bastante singular en aspectos geográficos y naturales, con una costa muy extensa en el Oeste, cordillera de los Andes en el Este, el desierto más seco del mundo en el Norte y bosques Patagónicos en el Sur. Esto hace que nuestro territorio tenga vulnerabilidad en temas de inundación, aluviones, incendios forestales y otros desastres naturales”, puntualiza el docente.
La herramienta consiste en un instrumento en base a Excel que reúne información sobre una vivienda para entregar resultados sobre la capacidad de adaptación al cambio climático que tiene ésta. Para ello, cuenta con cuatro etapas: Ubicación, Tipología, Características y Resultados.
En cuanto a la Ubicación, por el momento sólo están disponibles las ciudades de Antofagasta, Coquimbo, Santiago, Coyhaique y Punta Arenas. Éstas fueron seleccionadas tomando la división de cinco macrozonas climáticas realizada por el Ministerio de Energía en su Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.
“Me pareció importante tomar este marco de análisis y seleccionar al menos una ciudad de cada una de estas macrozonas. La selección de cada ciudad específica fue en base a la mayor densidad poblacional censada en cada zona”, explica Patrick Spencer.
Resultados y planes a futuro
En el ítem de los Resultados, la herramienta entrega un nivel de riesgo para cada una de las amenazas evaluadas que, en el caso de Chile, son: Calor extremo, Incendio, Inundación y Deslizamiento de tierra.
Esto se representa mediante dos juegos de gráficos: el primero ilustra el nivel de riesgo actual que tiene la vivienda ante un evento determinado, mientras que el segundo muestra la reducción de riesgo que sería posible, si es que la vivienda fuese optimizada.
“El objetivo es dar a entender al usuario cuales podrían ser los caminos a seguir para disminuir el riesgo ante algunos de estos eventos. Por ejemplo, en calor extremo, se puede recomendar el uso de protecciones solares para reducir temperaturas interiores de la vivienda. O, en el caso de incendio, se recomienda el uso de materiales ignífugos o zanjas cortafuego entre predios, etc.”, señala.
Finalmente, sobre los planes a futuro para el uso de esta herramienta, Patrick Spencer quiere solidificar su estructura para hacerla más robusta, incorporar más localidades para enriquecer los alcances de análisis, hacer nuevos casos de estudio – ya ha concretado ocho – y proponerlo como proyecto piloto o integrarlo a posibles políticas públicas mediante alguna institución como el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.