30 Octubre 2024

Puerto Negro | El mexicano Sergio Monreal ganador de Puerto Negro 2024 cuenta su experiencia y proyecciones

La tercera edición de Puerto Negro dejó como ganador del concurso a Sergio Monreal, autor de poesía, cuento, novela, dramaturgia y ensayo radicado en Morelia Michoacán desde 1984. El escritor, quien ya cuenta con otras obras publicadas, una de ellas “La sombra de Pan” incluso se encuentra dentro de las lecturas recomendadas por el Ministerio de Educación azteca.

Sergio Monreal es el flamante ganador de la tercera edición del concurso de novela policial, “Puerto Negro” que en esta edición recibió 125 obras provenientes de más de 15 países. De ellas la ganadora fue “Una poca de gracia”, que destaca, según Iván Farías jurado del concurso, por el uso del lenguaje coloquial además de un desenfado al narrar que le entrega un aire refrescante a la novela policial.

En esa misma línea, la también jurado Mónica Rouanet, comentó que “esta novela supera las expectativas y redefine lo que significa ser humano en una trama tan directa como impactante”.

El ganador de esta edición ha publicado la novela  La sombra de pan (1997), los libros de cuentos La razón de los monstruos (2000) y El canto de las ranas (2004), el cuento infantil En cueros ( 2011), Abecerial Killer ( 2017), los libros de  poesía El manar de la sombra (1997),  Las raíces del aire (2008), Camlann (2011),  Instantáneas del distante, 2011) y las obras de teatro Los ojos perdidos de Mirmidón (1996), Como esperando a Godoy (1999) y Lóreas (2006).

Adicionalmente, ha participado en numerosas antologías y colaborado en diversos medios estatales y nacionales de México, principalmente en prensa y radio.

Su prolífica carrera creativo le ha valido el VI Premio de Literatura Experimental en Valencia, España (2017);  la mención por Innovación Narrativa en Pantalla de cristal, como parte del equipo de creadores de la serie televisiva “Tanto Mitote, Crónicas de dos Revoluciones” (2010); el premio del  Primer Certamen Nacional de Teatro Infantil y Juvenil, en Guadalajara (2006);  el Premio Puebla de Ciencia Ficción (1999) ; primer lugar en el concurso de cuento histórico Salvador Azuela (1999) ; una mención como finalista en el Primer Premio Gran Angular de Novela para Jóvenes (1996) ;y el primer lugar en el II Premio FILIJ de Dramaturgia El mejor teatro para niños (1996).

¿Podrías contar un poco sobre la temática y los espacios donde están disponibles tus otras obras publicadas?

Mi primera novela, La sombra de Pan, pertenece también al género policiaco, aunque no a la serie negra sino ubicándose más próxima a esa variante que los clasificadores denominan “literatura de enigma” o “literatura problema”. Es una aventura en la cual Sherlock Holmes y el Doctor Watson se enfrentan a un misterio correspondiente a los Mitos de Ctulhu, creados por Lovecraft.

Me interesaba confrontar el universo racional y positivista de los relatos holmesianos con esa dimensión sobrenatural, objetivamente inexplicable, de los Innombrables lovecraftianos. Creo que el ejercicio no salió mal, ha sido una novela con su modesta fortuna. Obtuvo mención en el premio “Gran Angular”, fue publicada originalmente por SM México, recibió buenas críticas, y durante años se le incluyó en la lista de lecturas recomendadas por las autoridades de educación pública de mi país para estudiantes de bachillerato.

Luego terminé mi vínculo con SM, que nunca mostró interés para moverla fuera de México, y se editó por entregas en una revista española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror (Ulthar, septiembre-diciembre de 2013). Con el historietista Ricardo Peláez elaboramos durante pandemia la versión en cómic, que sigue en espera de destino editorial. Actualmente la tengo disponible (sólo versión eBook) en Amazon.

También es policiaca, a su manera sui generis, Abecerial Killer, que obtuvo el primer lugar en el VI Concurso Internacional de Literatura Experimental, convocado en Valencia España por el Sporting Club Russafa. La primera parte está integrada por veintisiete breves capítulos, que narran los asesinatos de veintisiete mujeres, ultimadas en riguroso orden alfabético: la cuestión es que cada palabra de cada capítulo comienza con la misma letra, es decir, la primera asesinada se llama Alejandra y todas las palabras del relato de su crimen comienzan con A, la segunda se llama Beatriz y todas las palabras de su relato comienzan con B, la tercera Camila y todas las palabras de su relato comienzan con C. etc. (la K y la W fueron un verdadero dolor de cabeza).

La segunda parte del libro es la cacería del asesino, a cargo de cinco mujeres policías que narran en primera persona su perspectiva particular del caso, omitiendo cada cual una de las cinco vocales: Amaranta escribe sin usar la A, Selene escribe sin usar la E, Iris escribe sin usar la I, etc. El tiraje fue pequeño, pero supongo que escribiendo al Sporting Club Russafa ellos podrán facilitar todavía algún ejemplar, o en su defecto hacer llegar una copia digital.

He publicado otras cosas, que no vienen mucho a cuento en el contexto de Puerto Negro, o que son difíciles de conseguir incluso en México, ya no digamos fuera.  Sólo añadiré que uno de mis poemarios, Instantáneas del distante (EON, 2011) también está disponible a través de Amazon, ese sí en edición física.

¿Qué te inspiró a escribir “Una poca de gracia”?

Contestar con honestidad a esa pregunta implicaría incurrir en un imperdonable spoiler, que la novela sólo comienza a esclarecer hasta su primer tercio. Así que sólo diré que en principio se trata de un homenaje a dos grandes escritores, a quienes admiro muchísimo.

¿Podrías contar a grandes rasgos de qué se trata?

Un escritor de provincias es convocado por su abuelo, al que tiene treinta años de no ver, para que recupere unos viejos discos (aquellos discos de pizarra, previos al vinil y al acetato, que se tocaban en gramófono), supuestamente por motivos sentimentales.

Lo que en principio parecía ser una búsqueda por razones de rencor y de nostalgia familiar, pronto revela ser algo más que eso.  Una poca de gracia es una novela de vínculos filiales, de escritores, de medias verdades y mentiras completas, que a su turno deriva en una explosión de violencia. Su protagonista, Juan W. González, dice en un momento dado: “a los veinte años había momentos donde todo me parecía sospechoso de estarme mintiendo; ahora, en cambio, me conformo con que aparezca aún de cuando en cuando algo sospechoso de no estarme mintiendo”. Creo que esa frase resume en cierto modo el sentido general del asunto.

¿Qué expectativas tenías cuando postulaste a Puerto Negro?

Pues en principio la expectativa de que ojos distantes, ajenos, expertos en el género negro, leyeran mi obra. Y que, de alguna manera, sus impresiones al respecto llegaran de vuelta hasta mí; lo cual, claro, implicaba la ilusión de que pudiera yo obtener al menos una mención como finalista.

¿Cómo te enteraste del concurso?

A través de la web. Parte del trabajo del escritor promedio a nivel global consiste en andar rastreando certámenes aquí y allá, propicios al perfil de las obras que tienes terminadas y sin publicar. En alguna página de recursos para escritores hallé la convocatoria, y me pareció como mandada a hacer a medida para mi novela.

¿Te sorprendió obtener el primer lugar?

Por supuesto. El género negro es profusamente cultivado en toda Hispanoamérica, y hay montón de gente talentosa haciendo trabajo de altísima calidad en Argentina, México, España, Chile, Colombia, Uruguay…

¿Cuándo comienzas tu trabajo con las editoriales?

Apenas se pongan en contacto conmigo. Sigo en ansiosa espera.

¿Cómo ha sido para ti saber que tu libro será publicado en Chile y España?

Una alegría gigante. Por la materialidad de la edición en sí, por el horizonte profesional que abre para mí. Y también por razones más íntimas y sentimentales. España me definió hace muchos años la ruta por la que yo quería transitar el género negro, a través de las obras de Vázquez Montalbán, Julián Ibáñez, Francisco González Ledesma y un larguísimo etcétera. Con Chile, debo confesar que mi vínculo es más lírico que novelístico; mi corazón tiene su altarcito particular para Huidobro y para Jorge Teillier, entre los otros innumerables genios (Gabriela, los Pablos, Nicanor).

¿Estas buscando alguna editorial interesada en México?

Estoy aguardando primero el contacto con las editoriales de España y Chile, para a partir de los términos que ellas planteen semblantear cómo sería la propuesta para una editorial en México. Aunque ya tengo un par en mente.

¿Hay algo que quieras destacar?

Pues sólo expresar mi reconocimiento y mi enorme gratitud para la Universidad Andrés Bello, para quienes integraron el jurado, para los otros dos finalistas, Pablo Schuff y Mauro Corti. Y confesar que me emocionaría enormemente poder hacer acto de presencia en alguna próxima emisión de la Semana de Novela Negra “Puerto Negro”.