27 Agosto 2025

Vivienda social en Chile: ¿cómo pasamos de ser modelo mundial a retroceder 70 años?

Más de 700 mil familias en Chile carecen de una vivienda digna. Esa fue la alerta con la que comenzó el Seminario de Vivienda Social, organizado por el Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello. En la instancia, el arquitecto Pablo Altikes, director de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), hizo un repaso histórico de las políticas habitacionales en Chile y lanzó una afirmación que remeció a los asistentes: “hemos retrocedido 70 años en materia de vivienda social”.

La jornada fue presentada por Beatriz Mella, directora del Centro de Investigación Urbana y del Hábitat (CIUDHAD-UNAB), quien destacó la urgencia del tema. “Tenemos más de 700 mil familias sin hogar, y comprender las brechas y barreras es parte de la solución que buscamos”.

Altikes recorrió 85 años de historia habitacional en Chile. Recordó la creación de la Corporación de la Vivienda (Corvi) en 1953, que impulsó una visión de Estado a largo plazo. Grandes arquitectos como Héctor Valdés Phillips, miembro de la oficina Bresciani, Valdés, Castillo y Huidobro, diseñaron proyectos emblemáticos como la Villa Portales, las Torres de Tajamar y la Villa Olímpica.

“En esa época —relató Altikes— los arquitectos sabían qué se debía hacer y los políticos confiaban en ellos. Había continuidad de políticas más allá de los gobiernos, algo impensado hoy”.

La Villa Portales, con su diseño bioclimático, ventilación cruzada y 19 plazas integradas al conjunto, es hasta hoy objeto de estudio internacional. “Viajan cursos completos desde Brasil o Australia para conocerlo”, contó el arquitecto.

Del orgullo internacional al retroceso

Chile, que llegó a ser referente mundial de arquitectura moderna y políticas habitacionales, vivió un quiebre en 1976 con el fin de la Corvi y la Cormu. Desde entonces, las políticas dejaron de responder a una visión integral.

Un ejemplo más reciente es el proyecto de Elemental, liderado por Alejandro Aravena, Premio Pritzker 2016, con su modelo de “media casa” ampliable (Quinta Monroy, en Iquique). Aunque reconocido en el extranjero, el sistema ha sido criticado en Chile por su precariedad estética.

Según Altikes, la discusión es más profunda. “No se trata solo de arquitectura, sino de cómo el Estado dejó de pensar la vivienda como motor de desarrollo social y urbano”.

Tomas ilegales y guetos verticales: el presente incómodo

El arquitecto expuso también los resultados de sus investigaciones en tomas de Cerrillos y Lampa, donde constató niveles de autogestión y construcción que impactaron al comité editorial de la revista AOA. “Nadie estaba escribiendo sobre esto, y era necesario mostrarlo. Lo que encontramos fue impactante: barrios completos levantados sobre basurales, con miles de niños sin acceso a educación ni saneamiento básico”.

En Cerrillos, por ejemplo, 80% de los habitantes de la toma son extranjeros, en su mayoría haitianos. Allí se levantan viviendas de hormigón, comercios, iglesias e incluso prostíbulos. Todo fuera de norma, pero con una sorprendente organización interna.

El contraste es brutal con los llamados “guetos verticales” de Estación Central, edificios de hasta 34 pisos con más de 600 departamentos donde, según Altikes, “hemos retrocedido 70 años en materia de vivienda social: cero espacio público, hacinamiento extremo y violencia social generada por la espera de 20 minutos para usar un ascensor”.

¿Hay futuro?

Consultado por Beatriz Mella sobre si este retroceso es reversible, Altikes fue tajante: “No, porque no tenemos autoridades con las competencias ni la voluntad de cambiar las cosas. El incendio más grande en la historia de Chile dejó 15.500 viviendas destruidas en Viña del Mar. A un año y medio, solo se han levantado 24 casas legales”.

Para el arquitecto, la clave está en recuperar la visión de Estado y en incorporar a los mejores arquitectos a las políticas públicas. “Necesitamos líderes como los que tuvo la Corvi, capaces de convocar a oficinas jóvenes y darles espacio para innovar. Hoy tenemos muchas iniciativas interesantes desde el ámbito privado, pero no existe un paraguas estatal que las articule”.

Una deuda pendiente

El seminario cerró con una reflexión incómoda, pero urgente. ¿Cómo pasó Chile de ser un ejemplo mundial —con proyectos reconocidos en el MoMA de Nueva York— a tener miles de niños creciendo en tomas ilegales sobre basurales?

Para Altikes, la respuesta es clara: “Perdimos la visión de largo plazo. Y sin ella, lo único que estamos construyendo es desigualdad y frustración para las futuras generaciones”.