Tecnología y Derecho: los desafíos para la academia y los tribunales
Abogados, estudiantes y especialistas en materias tecnológicas entregaron su mirada para buscar un camino común que beneficie y potencie la acción de la justicia.
La ciencia ficción ya adelantó juicios virtuales, procesos en donde máquinas actúan como jueces y jurados, con normas adaptadas a este escenario y mucha presencia tecnológica.
Pues bien, y sin saber aún si el escenario propuesto se transformará en realidad, la carrera de Derecho de la Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar, ya está preparando a las nuevas generaciones para desempeñarse en escenarios aún más complejos. Por eso el valor de la jornada de debate en donde estudiantes, académicos y especialistas del Derecho debatieron de la influencia de la tecnología en el ejercicio profesional y los desafíos que esto plantea en lo académico.
Francisco Javier Quiero Rebolledo, director de la carrera de Derecho de la Universidad Andrés Bello en Viña del Mar anota entre sus cátedras “Derecho, Innovación y Nuevas Tecnologías”. “Para mí es particularmente relevante porque ocupo un doble rol, vinculado tanto a la gestión académica como a la experiencia en sala de clases, y puedo dar fe de que es un propósito confeso de la Facultad, avanzar hacia la formación de Licenciados o Licenciadas que tengan no sólo habilidades tecnológicas, sino que, derechamente, utilicen las nuevas tecnologías para que eso genere un real impacto en la forma como se enseña, se aprende y, sobre todo, se ejercerá la profesión”, expresó.
Derecho y Tecnología
Muchos se preguntan si la irrupción tecnológica incide en una menor carga de aprendizaje de normas e indicaciones, lo que es descartado por el académico. “Eso no cambia, al contrario”, puntualiza de forma tajante, y menciona que “la Universidad en general y la Facultad en particular tienen muy presente las posibilidades que ofrecen las Nuevas Tecnologías y promueven su uso para que sea mucho más fructífero el aprendizaje”.
El Colegio de Abogados se hizo presente en el debate a través de Fabiola Lorenzini Barrios, Consejera Regional de la entidad, quien mencionó que ha existido “una revolución total en los últimos 10 años en el Derecho, cómo se tramitan las causas en los tribunales, ahora los expedientes o escritos se entregan online, el trabajo se hace en línea, incluso la relación con los organismos fiscalizadores”, puntualizó la abogada.
Cambios que implican mayor rapidez y capacidad de adaptación a esta nueva tecnología. “Es un bonito desafío, especialmente en la enseñanza del Derecho, incorporando nuevas tecnologías”, aseveró la abogada, quien destacó que “uno de los puntos más sensibles a estos nuevos tiempos, está en los tribunales”, dijo.
Pero ella también plantea la necesidad de no decaer en el estudio, porque la tecnología no es infalible: “El Derecho se tiene que estudiar día a día y Chat GPT se equivoca. Yo siempre lo pruebo, porque a mí me gusta trabajar y lo utilizo realmente. Entonces, por ejemplo, hace un tiempo le pregunté algo y se equivocó totalmente. Así que no hay que descansar en los sistemas, porque estos no reemplazan el estudio”.
Normativa insuficiente
Una de las miradas interesantes la aportó Valeska Fuentealba, profesora de Derecho Procesal y secretaria académica de la carrera. “En el último tiempo en Chile se ha tomado conciencia de lo que en otros países ya se conversaba, que era la íntima conexión entre las tecnologías y el Derecho, y cómo es que el Derecho debe dar respuesta a los fenómenos que en otras disciplinas se están trabajando”, explicó.
Y profundizó su mirada al puntualizar que “la normativa que tenemos hoy a veces resulta insuficiente para poder captar todo lo que implica el fenómeno de las tecnologías”.
También llamó la atención por los efectos que produce el uso de la inteligencia artificial y si puede ser utilizada con éxito en el proceso penal. “El problema se da en el ámbito de las normas del derecho público, más que las del derecho penal. De hecho, si uno analiza el Código Procesal Penal, hay distintas normas que permitirían utilizar inteligencia artificial. La dificultad es que cuando se utilizan datos personales para alimentar la inteligencia artificial, tenemos una reglamento al día de hoy muy antiguo, del siglo pasado, y ahí tenemos un obstáculo que eventualmente podría paralizar al sistema”, concluyó.
Impacto de la tecnología
Rodrigo Sanhueza, coordinador de gestión en la Clínica Jurídica UNAB, Sede Viña del Mar, destacó que la revolución de las nuevas tecnologías no es distinto al existente en otras áreas. Sin embargo, la diferencia radica en cómo se aborda el desafío. “La clínica jurídica se ha atrevido a implementar el metaverso, donde los estudiantes van reforzando el aprendizaje, particularmente las simulaciones de juicio, y de esa manera se enfrentan de mejor manera con los casos que tendrán en los tribunales de justicia”, destacó.
Una instancia tecnológica que también anota la participación de estudiantes de Santiago y Concepción, para realizar procesos completos. “Esta plataforma viene a reforzar estas habilidades en los estudiantes a través de la clínica jurídica. Muchos estudiantes tienen una o dos audiencias, pero al pasar por esta plataforma, reforzamos ese aprendizaje y mejoramos estas habilidades en litigación”, afirmó.