Seleccionada nacional de vóleibol llega a UNAB para seguir creciendo en su deporte
Isabella Vallebuona, con experiencia en campeonatos de alto rendimiento y preparándose ahora para los Juegos Panamericanos 2023, comenta que la organización y el esfuerzo serán las bases para afrontar también con éxito su nuevo desafío académico en la carrera de Diseño Gráfico en UNAB.
Isabella Vallebuona nació en Concepción, pero a los doce años estaba ya entrenando en Santiago como preseleccionada nacional de vóleibol en su categoría. Hija de madre voleibolista, dice que desde pequeña aprendió a esforzarse por obtener resultados y ganarse un puesto en el equipo, cualidad que le valió con los años llegar a la selección adulta, cuyo próximo desafío son los Juegos Panamericanos 2023.
En ese camino, donde el deporte siempre ha sido protagonista, ella comienza hoy otro en paralelo, en Universidad Andrés Bello, donde ingresó este año a estudiar Diseño Gráfico, carrera que, según piensa, le permitirá combinar en el futuro el trabajo profesional con su pasión deportiva.
Aunque eres joven (21 años), cuentas con mucha experiencia en el vóleibol ¿Cuáles son tus mayores logros en ese deporte?
En selecciones, sin duda, el tercer lugar en los sudamericanos 2015 y 2017 de mis categorías, y el cuarto puesto en los panamericanos 2019, torneo en el que ganamos a Cuba, una potencia. Y, a nivel de clubes, mi experiencia en el Regatas de Lima, donde jugué como armadora y fuimos campeonas, o haber competido en la superliga española con el Volei Grau.
¿Cómo fue el camino para llegar a desarrollar esta carrera deportiva?
Desde chica comencé a viajar a Santiago por la selección, lo que hizo que me comprometiera rápidamente con el deporte. Ser de región me significaba el doble de sacrificio por lo que tuve que aprender pronto a organizarme y a sacrificar muchas cosas. Todo eso, con el apoyo de mis padres, quienes siempre me motivaron a seguir y a destacarme en el deporte. Ésa fue la base para despertar mi pasión por el vóleibol, sentimiento que confirmé defendiendo a la selección.
¿Qué es el deporte y, en especial el vóleibol, para ti?
Es lo que me gusta, lo que me hace feliz, lo que me hace aprender nuevas cosas todos los días, lo que me da herramientas que puedo aplicar día a día, y lo que me ha enseñado a trabajar en equipo, a relacionarme con el resto, a tolerar la frustración, y a valorar el esfuerzo y el sacrificio personal.
¿Cómo te proyectas en este deporte?
Quiero seguir desarrollándome profesionalmente y viajando por el mundo, practicando lo que me apasiona. Con ese objetivo, por ejemplo, estoy viendo ahora la posibilidad de firmar un contrato en Arabia Saudita por tres meses, lo que también me ayudará como preparación para los Panamericanos de este año. Pero, más allá de eso, lo fundamental es que quiero seguir por mucho tiempo jugando de forma profesional, para seguir mejorando y sumando horas de competencia para convertirme en una mejor voleibolista. Quiero llegar lejos.
Ahora, que ingresaste a Diseño Gráfico en la UNAB, ¿cómo combinarás tu pasión con los estudios?
Lo principal es la organización, y en eso tengo una buena experiencia previa, porque en el colegio, para compatibilizar ambas cosas tuve que aprender a sacar provecho a los tiempos libres que me dejaba el deporte. A veces, durante mis viajes con la selección de vóleibol, pedía que me enviaran las materias por correo y estudiaba en las noches. Al regresar, además me coordinaba con los profesores y armaba calendarios para mis evaluaciones, lo que al principio fue complicado pero que en definitiva me enseñó a organizarme. Y, viendo los resultados que obtuve, ese esfuerzo valió la pena, porque a pesar de todo lo que tuve que hacer, alcancé un promedio destacado de 6,7.
Es una buena base para combinar ahora el deporte con los estudios universitarios.
Lo es. Y aunque aún no he podido asistir de forma presencial a la universidad por haber estado jugando fuera de Chile, sé que podré hacerlo bien, y que UNAB me apoyará. De hecho, la elegí como mi casa de estudios porque sabía que ofrece mucha ayuda a los deportistas para que puedan desarrollarse bien en ambos frentes, lo que hasta ahora he comprobado al recibir los permisos necesarios para poder seguir compitiendo. Todo, además, con el acompañamiento de la gente de la universidad. Por ejemplo, el del entrenador de su selección de vóleibol.
¿Cómo te proyectas en el diseño?
El diseño y el dibujo siempre han sido parte de mis habilidades, y me han dejado sacar mi lado creativo y artístico. Además, pienso que es una carrera que me permitirá desarrollar el estilo de vida que veo y quiero para mi futuro, en el cual planeo seguir jugando vóleibol de forma profesional. Lo digo porque pienso que el diseño gráfico me permitirá ejercer la profesión desde cualquier lugar y no necesariamente de forma presencial. Y si en algún momento dejo el deporte, siento que sería una profesión en la que estaría muy a gusto ejerciendo porque siempre he diseñado como hobby. Y si bien será ya con una presión incluida, confío en que podré lidiar con eso, pues el vóleibol me ya me ha enseñado a enfrentar las presiones y a disfrutar las tareas que requieren esfuerzo.