Primer matriculado de Terapia Ocupacional UNAB recuerda 20 años después: “El sello de nuestra generación fue la conciencia social”
Andrés López llegó a la UNAB a estudiar Tecnología Médica pero su inquietud y necesidad de encontrar una carrera más conectada con su conciencia social e incipiente deseo de desarrollo profesional, lo hizo mirar hacia Terapia Ocupacional, sin saber que haría historia en esta Escuela al transformarse en su primer matriculado. Dos décadas después, como profesional del Instituto de Neurología y Rehabilitación del Hospital Clínico de Mutual de Seguridad, desclasifica sus recuerdos.
Hace 20 años, Andrés López Ahumada ingresaba a la Escuela de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello como el primer matriculado.
¿Cómo fue aquel día? ¿Qué recuerdos sumó en su vida respecto a su formación profesional? ¿Dónde trabaja hoy? ¿Cómo ha sido su trabajo en época de pandemia? Estas son las reflexiones, recuerdos y experiencias de este Terapeuta Ocupacional de 39 años, nacido en Paine, Santiago.
¿Por qué elegiste estudiar Terapia Ocupacional en la UNAB, una Escuela que recién comenzaba?
Mi vida universitaria comienza en la carrera de Tecnología Médica en la UNAB. Conocí la Universidad y su funcionamiento, el cual siempre encajo con mi perfil de estudiante, además de que se adaptaba al viaje que debía realizar todos los días desde mi casa a sede en República (la Facultad de Salud en aquellos años en ese sector). Durante ese año y por diversas razones, decidí buscar otra carrera de la salud que estuviera más conectada con mi conciencia social e incipiente deseo de desarrollo profesional. Es ahí y, luego de leer la descripción de la carrera en un folleto, que decidí acercarme a hablar directamente con la jefa de Terapia Ocupacional, con el fin de conocer más detalles y las opciones de poder formar parte de esta nueva Escuela, que se formaba. En ese momento, sin saber que yo sería el primer matriculado. Tengo lindos recuerdos de aquella entrevista los cuales conservo con cariño.
«Creo que el sello de nuestra generación fue la mirada integradora y holística de la persona, además de la conciencia social que marcó el desarrollo del resto de las competencias académicas».
¿Qué recuerdas de tu primer día de clases en la Escuela hace 20 años?
Quizá mi primer día fue un poco más tranquilo que el del resto de mis compañeros de aquel entonces. Como ya conocía la Facultad y las instalaciones, se me hizo fácil la adaptación, aunque el nerviosismo de comenzar algo nuevo y poco conocido, es algo que lo recuerdo perfectamente.
¿Qué instancias te marcaron en tu paso por la Escuela de Terapia Ocupacional?
Primeramente, la entrevista inicial con Vicky Parraguez (Primera Directora de la Escuela de Terapia Ocupacional); los docentes, que hoy son unas eminencias, los espacios como casinos, bibliotecas y el entorno universitario, los compañeros y compañeras de cursos, hoy todos grandes profesionales. También, mencionar las prácticas profesionales y el apoyo permanente de todo el equipo de la Escuela de aquel entonces.
¿Qué herramientas te entregó la Escuela para tu desarrollo profesional?
Creo que el sello de nuestra generación fue la mirada integradora y holística de la persona, además de la conciencia social que marcó el desarrollo del resto de las competencias académicas.
¿Dónde trabajas actualmente y cuál es tu rol?
Me desarrollo hace 11 años en el Instituto de Neurología y Rehabilitación del Hospital Clínico de la Mutual de Seguridad. Me desempeño como orientador laboral (asesoría técnica a empresas adherentes en proceso de reinserción laboral. Ley 16744). Realizo, además, la coordinación terapéutica del equipo de terapeutas ocupaciones en gimnasios de alta y baja complejidad, además de dar apoyo a las jefaturas en temáticas de gestión en salud.
¿Cómo han sido estos meses de pandemia y del trabajo como Terapeuta Ocupacional?
En época de pandemia me ha tocado comandar el cambio de modalidad a virtual en mi servicio. Han sido meses duros y muy complejos por todo lo que ya conocemos, pero en particular para los agentes de rehabilitación, los cuales ha debido desarrollar nuevas herramientas para lograr avances en sus usuarios. Me rodeo de grandes colegas, las cuales a través de la flexibilidad y capacidad creativa que destacan nuestra profesión, han desarrollado programas y estrategias las cuales están siendo muy bien evaluadas por los usuarios.
¿Qué consejo le daría hoy a ese Andrés que llegó como el primer matriculado a la Escuela de Terapia Ocupacional hace 20 años?
Difícil pregunta, aunque quizá solo le pediría que viviera a concho la época y disfrutara de toda lo que implica el ser universitario. Le aconsejaría, además, volver a optar por la Terapia Ocupacional.