03 Octubre 2022

ORGULLO UNAB | Terapeuta Ocupacional contagia las ganas de promover la inclusión

Francisco Vizcarra se tituló en la Escuela de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello y se ha dedicado a trabajar desde que era estudiante. Actualmente, se desempeña como encargado del Programa de Discapacidad en la Municipalidad de Colina, donde ha puesto en práctica todo lo aprendido.

orgullo unab 2022

Motivado desde el amor que siente por su profesión y lo que puede lograr a través de ésta en materia de inclusión, Francisco Vizcarra ha generado proyectos que trascienden hasta el día de hoy.

“Fui de la primera generación de Terapia Ocupacional (en la U. Andrés Bello), partimos en República y en cuarto año nos cambiaron a Casona, en Las Condes. Me demoré en salir porque congelé un tiempo y reprobé unos ramos, por lo que egresé en 2010”, recuerda el profesional.

¿Por qué elegiste la Universidad Andrés Bello?
Busqué en rankings de universidades privadas y, la UNAB, era la que mejor me satisfacía en temas de malla curricular, me interesaba como planteaba la terapia ocupacional. Además, el primer año me becaron por puntaje.

VizcarraTO

¿Cómo recuerdas tus años en la universidad?
De los mejores recuerdos, fui el primer presidente de la carrera por dos años consecutivos. En el tercer año fui vicepresidente. Esta época fue genial, todo lo que aprendí en ese entonces lo he podido llevar a cabo en mi vida hasta hoy, me ayudó mucho para generar un pensamiento crítico dentro de la carrera, aprendí -observando a mis profesores- cómo se trabajaba en las distintas áreas.

¿Destacas algo?
Una de las cosas que destaco es que aparte de tener profesores, tuve maestros, que nos enseñaron y abarcaron más allá que Terapia Ocupacional. Esto es algo que siempre lo relevo porque es importante para los alumnos, el hecho de no solo aprender la materia, sino que también aprender nuevos valores, formas de actuar ante las personas que vamos a intervenir.

¿Hay algún profesor que recuerdes con cariño o que haya influido en tu formación?
Sí, nuestra primera directora, Vicky Parraguez, ella fue muy importante en nuestra formación, nos enamoró de la carrera.  Después llegó la profesora Daniela Alburquerque, que más que por sus capacidades como terapeuta, que nadie las niega, era una persona genial, muy querida y humana, que vino a reforzar aún más el cariño y el amor hacia la carrera.  En los años posteriores, recuerdo a Alejandro Guajardo y Eladio Recabarren, que fueron las personas que me enseñaron a tener este pensamiento crítico, de opinar y analizar de manera distinta.

¿Qué herramientas crees tú que entrega la UNAB para desempeñarse en el ámbito laboral?
La capacidad de autogestionar las cosas, por ejemplo, con los trabajos prácticos en los que nos solicitaban una férula o una ortesis. La confianza que tenían los profesores en los alumnos y las facilidades de la universidad para poner a disposición el material necesario. Cuando uno hacía las cosas bien, algunos profes te pedían de voluntario y así ponías en práctica lo que estabas estudiando dentro de la carrera.

Participaste en Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH) ¿En qué consistió esto y qué significó esto para ti?
Yo soy de la población La Palmilla de Conchalí. Cuando estaba a punto de realizar mi prepráctica, en cuarto año, empecé a ver que algunas vecinas – dueñas de casa- apoyaban a los adultos mayores de la cuadra, gente que vivió toda su vida en el mismo lugar. Entonces, presenté esta necesidad en la carrera, me junté con mis vecinas y levantamos, junto a la UNAB, un proyecto de Monitoras Comunitarias en Salud. Finalmente, el Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH), financió el proyecto comunitario y se logró capacitar a las vecinas en temas de cuidados básicos en salud, aprendiendo todo lo necesario para otorgar los cuidados a los adultos mayores del barrio.  Tengo entendido que el proyecto quedó como centro de práctica para los alumnos de la UNAB.

«Yo creo que la contribución más importante que he realizado es el TVI, que es un programa de Tránsito a la Vida Independiente de la Fundación Coanil. Al ser pionero, lo pudimos validar y se transformó en un plan nacional que sigue aportando hasta el día de hoy. De hecho, yo sigo postulando a los programas TVI. Este programa da la oportunidad a personas, que quizás nunca iban a vivir la vida de manera independiente».

¿Hoy en día en que estás?
Actualmente, me desempeño como encargado del Programa de Discapacidad en la Municipalidad de Colina, donde he puesto en práctica todo lo aprendido en mis trabajos anteriores, además, de la línea psicosocial que me entregó la universidad. El objetivo de nuestra alcaldesa Isabel Valenzuela es expandir y acercar los apoyos y servicios del programa a toda la comunidad, en sus distintas sedes sociales. Por lo tanto, enfocamos nuestro trabajo en la postulación de proyectos macro, para apoyar a los vecinos de la comuna; gestionamos ayudas técnicas y certificaciones de discapacidad, donde abarcamos las adecuaciones dentro de la casa para personas con movilidad reducida, entregamos aportes económicos y elementos de desplazamientos para apoyar la movilidad de la persona. Por otro lado, promovemos la apertura de sedes sociales, que permiten visibilizar a los vecinos en situación de discapacidad. Esperamos que estas nuevas medidas de acción nos sirvan para reforzar y seguir dando oportunidades a todos los que lo necesitan.

¿De qué manera sientes que contribuyes a la sociedad desde tu desempeño profesional?
Yo creo que la contribución más importante que he realizado es el TVI, que es un programa de Tránsito a la Vida Independiente de la Fundación Coanil. Al ser pionero, lo pudimos validar y se transformó en un plan nacional que sigue aportando hasta el día de hoy. De hecho, yo sigo postulando a los programas TVI. Este programa da la oportunidad a personas, que quizás nunca iban a vivir la vida de manera independiente, a vivirla. Son cinco años o una semana de manera independiente, pero es mejor que no haberlo hecho nunca, quienes son parte de la experiencia tienen la posibilidad de elegir lo que quieren hacer y lo que necesitan. Es súper importante, porque por primera vez, no le imponen lo que debe hacer. Sin duda, este programa es un cambio de mirada hacia la discapacidad.

Te ves como una persona que busca a hacer cambios…
Espero seguir aportando con ideas, mucho de lo que uno vive en el día a día con las personas que apoyamos no está en los libros -tiene que ver con el sentido común- con el querer hacer un cambio y aportar algo en la vida.  En mi experiencia, en la medida en que uno va apoyando a las personas en situación de discapacidad genera cambios, no solamente en la persona, sino que también en sus comunidades, esos cambios van generando y van sembrando un ambiente más inclusivo en la sociedad.

¿Cómo te proyectas a futuro?
Dejando mi sello, enseñando y contagiando las ganas de promover la inclusión de las personas en situación de discapacidad, de hacer cosas por el otro y así no tener una mirada tan individualista sobre la situación del país. Yo creo que esto es lo que más me gusta hacer, como profesor de pregrado y postgrado, siempre intento transmitirles a mis alumnos que sí se puede, que hay que creer en la gente, y en la medida en que uno cree se generan los cambios.