06 Mayo 2021

ORGULLO UNAB | “Sabíamos que una segunda ola nos golpearía fuerte, pero no con la severidad que estamos viviendo”

Felipe Castillo, académico Escuela de Kinesiología UNAB y supervisor de  Kinesiología Intensiva y Terapia Respiratoria en Clínica INDISA, relata su experiencia de la “segunda ola” y el gasto emocional y físico del equipo de salud en la lucha contra el COVID.

 

El kinesiólogo Felipe Castillo Merino tiene 40 años y transmite toda su experiencia a sus estudiantes de la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello como supervisor en el área de Kinesiología Intensiva y Terapia Respiratoria de la Clínica INDISA en el contexto de una de las pandemias más severas de los últimos 100 años.

¿Pensó que esta segunda ola sería más severa que la primera?
Por lo que podíamos observar en los países del hemisferio norte, sabíamos que una segunda ola nos golpearía fuerte, sin duda la estábamos esperando, pero no con los niveles de severidad que estamos viviendo en la actualidad.

«Siendo optimistas y esperando que el avance de la vacunación masiva, junto con la responsabilidad de cada ciudadano en cumplir las normas sanitarías, logren bajar los casos y la presión al sistema de salud antes de final de año. Con el sacrificio que realizan en extensos turnos o sin horarios para comer».

¿En qué se ha manifestado el gasto emocional y físico del equipo de salud que está al frente de la lucha contra el COVID?
El equipo de salud literalmente pasó de la primera a la segunda ola sin pausas ni descansos. Cuando bajaron los casos en los meses de octubre a enero, las unidades de cuidados intensivos debieron recibir a todos los pacientes que requirieron cirugías de alta complejidad o por patologías descompensadas no tratadas durante los primeros meses de cuarentena. Puedo asegurar que la vocación de servicio a nuestros pacientes sigue intacta como en el inicio, que conocemos más de la enfermedad provocada por este virus. Sin embargo, existe un alto costo personal y familiar que cada integrante de equipo han debido pagar. Es una mezcla del agotamiento asistencial con la frustración de ver como muchas personas no cumplen las medidas de autocuidado y distanciamiento social. Sufrimos con cada paciente que ingresa y agrava su condición de salud, que muchas veces pueden ser nuestros propios compañeros de trabajo o familiares de cercanos.

Felipe Castillo UNAB

¿Cuánto tiempo llevas sin descanso?
Ya llevo prácticamente un año

En lo personal, ¿qué te mantiene firme en tu trabajo?
La convicción que nuestro trabajo como kinesiólogos de cuidados intensivo puede ayudar a nuestros pacientes a soportar y superar las consecuencias de esta enfermedad.

¿Qué proyecciones realizan ustedes como trabajadores de la salud? ¿Hasta cuándo esto debería mantenerse en estado crítico?
Siendo optimistas y esperando que el avance de la vacunación masiva, junto con la responsabilidad de cada ciudadano en cumplir las normas sanitarías, logren bajar los casos y la presión al sistema de salud antes de final de año. Con el sacrificio que realizan en extensos turnos o sin horarios para comer.

¿Qué sienten cuando ven a personas sorprendidas en fiestas clandestinas o sin usar mascarillas, por ejemplo?
Genera una gran impotencia y frustración en todo el personal se salud. Sabemos y vivimos las consecuencias que tienen esas conductas irresponsables.

¿Cuál ha sido el momento más crítico que recuerdas de todo este periodo de pandemia?
Sin duda el momento en que un paciente que se agrava debe ser dormido, intubado y conectado a un ventilador mecánico. Pueden pasar semanas en este estado, donde en muchos casos su organismo no resiste los daños que genera esta enfermedad. Sabemos que ese paciente es un padre, una madre, un hermano, un hijo, un amigo o un compañero de trabajo. Todo su entorno sufre con ese paciente y somos nosotros, debido a las restricciones sanitarias para poder visitarlos,  las únicas personas que físicamente tiene a su lado durante su hospitalización.

Como académicos ¿Cómo ha sido el proceso de formar profesionales en medio de la pandemia?
Un gran desafío. Desde el pregrado con la modalidad online hasta aquellos que deben realizar su práctica profesional. Transmitimos a los estudiantes el compromiso y vocación de servicio que debe guiar siempre nuestras acciones en salud, con nuestros pacientes como eje de acción integrando en todo momento su dimensión familiar y biopsicosocial. En el caso de Clínica INDISA y en particular el centro de paciente crítico adulto, hay una tradición de años como centro de práctica profesional de las carreras de la Salud de UNAB por lo que es un orgullo como académico poder ver a los que en algún momento fueron nuestros estudiantes e internos, hoy ser kinesiólogos especialistas en cuidados intensivos como parte fundamental de los equipos de salud en esta pandemia, tanto en Clínica INDISA como en diferentes hospitales y clínicas a lo largo de nuestro país.

¿Qué es lo primero que hará cuando termine esta pandemia?
Abrazar a mi familia, descansar y poder disfrutar momentos con mis seres queridos.