03 Agosto 2020

ORGULLO UNAB | Ni los dramáticos momentos que ha vivido por el COVID le hacen dudar su amor por la Enfermería

Tras titularse en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello hace dos años, Francisco Fuentes comenzó a trabajar en el hospital Carlos Van Buren de Valparaíso para estar hoy en la “primera línea” en hospital Félix Bulnes de Santiago.

 

Tiene 26 años, es de Villa Alemana y ha vivido los dos últimos años más intensos. Francisco Fuentes se tituló en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello en 2018 e inmediatamente llegó al servicio de urgencia en el hospital Carlos Van Buren de Valparaíso. Después de un 1 año y 5 meses, donde también se desempeñó en SAMU, en mayo de este año decidió migrar y arribó al hospital Félix Bulnes de Santiago. “En las primeras semanas estuve ejerciendo labores en el servicio de urgencias y, posteriormente, fui solicitado para continuar trabajando en los servicios de UCI del mismo recinto”, detalla el enfermero.

¿Por qué decidiste estudiar Enfermería?
En un inicio, cuando terminé mi Enseñanza Media estaba dentro de mis aspiraciones, quería estudiar alguna carrera relacionada a la salud. Para mi siempre fue algo que me apasionaba, desde pequeño, por lo cual decidí tomarme un año para pensar bien cuál carrera estudiar. Fue en ese año cuando sucedieron varios acontecimientos en mi vida, tanto familiares como personales, que me hicieron ver a la Enfermería como una profesión llena de vocación, pasión, necesaria para la salud, con un respaldo científico enorme y que realiza una tarea tan bella que es dedicar la vida al cuidado de las personas sin discriminación. Esto me terminó enamorando de esta linda profesión, de la cual me siento orgulloso y feliz de ejercerla cada día.

Francisco Fuentes Orgullo

¿Cuál es tu función como enfermero en el marco de la atención a pacientes con Covid-19?
En los servicios de urgencias, mi función fue la atención y cuidado de pacientes, tanto en ambulatoria como hospitalizados, de forma oportuna, en pacientes ya sea bajo observación COVID o COVID confirmados. En todo momento, me tocó estar en los sectores de la urgencia que correspondían a este tiempo de pacientes. La mayor parte del tiempo estuve a cargo del cuidado de pacientes graves conectados a ventilación mecánica confirmador con COVID en la urgencia, que de todo el cuidado que ameritan este tipo de paciente, se realizan muchas otras labores tanto administrativas, gestión, etc. Realmente las funciones en un servicio de urgencias son muy varias: hacer un ingreso de un paciente ambulatorio que se debe hospitalizar, trasladar tomar exámenes, conversar con la familia, intentar contener también el miedo que genera en ellos el proceso hospitalario y de un minuto a otro, te ves realizando cualquier otra cosa que es más imperante, ya que minuto a minuto cambian las necesidades tanto de los pacientes como del servicio entero, en donde a veces simplemente uno no da abasto para todo lo que se debe hacer. A esto se suma el manejo de áreas, ponerte ropa de protección y sacarte la ropa para atender a cada paciente, evitando contaminarse uno mismo. Todo esto, en el marco de la urgencia, teniendo a cargo otros 20 pacientes más, de los cuales todos tienen sus propias necesidades. En el servicio de UCI, las cosas son muy distintas, hablamos de pacientes que se encuentran en condiciones graves. En él se deben realizar procedimientos y cuidados más invasivos para poder lograr una recuperación óptima, al punto de tener a personas completamente sedadas conectadas a ventiladores mecánicos por días. Eso genera otros efectos a nivel sistémico y corporal que pueden dejar marcas de por vida.

«Yo tuve COVID, me enteré trabajando con pacientes críticos y, la verdad, es que me sentí con un miedo tremendo, temí por mi familia y amigos, y con una pena tremenda dejar mis labores por 17 días en que me sentí pésimo. Volví a trabajar con los mismos pacientes, literalmente a medio pulmón y, todo esto, realizándolo de manera silenciosa y con una gran vocación».

Hablas con mucha pasión por lo que haces…
Me alegra mucho decir que hago todo lo que puedo para hacer sentir bien y feliz  a los pacientes que tengo a mi cargo, dentro de todo por lo que se encuentran pasando. Sacar una sonrisa a una persona que está despertando después de una semana sedado, conectado a un ventilador con un tubo en la boca, o hacer un simple video llamada con sus familiares. Eso reconforta y te alegra los días y los turnos eternos de 24 horas. El otro lado de la moneda es esperar el final de su vida y dar un final digno, tanto para el paciente como para sus familiares, y eso es algo que tengo muy presente y que creo que al final es la esencia de todo y es ahí también donde uno deja su marca en el cuidado y en la vida de las personas.

¿Has visto morir directamente a personas?
Pregunta difícil de responder, ya que desafortunadamente sí me ha tocado estar presente en el fallecimiento de muchas personas, en Santiago, sobre todo. Estuve a cargo de la sala de reanimación en conjunto con dos colegas, en donde diariamente me tocaba ver muchas personas morir frente a mis ojos, la cual iba gradualmente en aumento a medida que aumentaban los contagios, a tal punto, que en los tiempos más críticos de la pandemia, las maniobras que realizábamos eran simplemente inefectivas frente a la gravedad en la cual llegaban. El silencio, los rostros y los ánimos luego de luchar horas contra muerte sin lograr salvar esa vida, son situaciones que de verdad te marcan y es ahí donde necesitas del apoyo de quienes tienes a lado como equipo.

¿Qué ha sido lo más duro de tu trabajo en medio de esta pandemia?
Definitivamente una pregunta que va directamente relacionada con la anterior y muy difícil de responder también, porque lo que se está viviendo en esta pandemia no se había vivido o, por lo menos, yo no lo había vivido. Confinamientos, distanciamiento social, cuarentenas, toques de queda, que definitivamente me han hecho valorar mucho más situaciones tan simples como un abrazo, un cariño, una muestra de aprecio o el sentir a la otra persona. Me genera miedo contagiar a alguien como a mis padres, hermanos, familiares o amigos, que se acentúa más cuando uno es profesional de la salud trabajando con pacientes ya enfermos con el virus. Es mucho peor cuando fallece una persona, el fallecer en pandemia es muy triste, ya es que, la última vez que una familia vio a su ser querido, es antes de entrar al hospital, porque en el momento que fallece, de inmediato queda en una bolsa mortuoria cerrada sin posibilidad de volver a ser abierta, y frente a las familias quedamos como aquellos que negaron volver a ver a su familiar, cosa que personalmente afecta bastante, ya que lo que las personas no ven el esfuerzo y que un equipo entero compuesto por diversos profesionales hizo hasta lo imposible para salvar esa vida.

¿Qué herramientas te proporcionó la UNAB que utilizas durante la Pandemia te ha sido útil?
Afortunadamente me tocó tener profesoras y profesores, tanto en las clases teóricas como prácticas, que me ayudaron a generar una mayor confianza en mí mismo, y tener las ganas de querer ser siempre un mejor profesional, en todo ámbito. Estoy muy agradecido, además, de otorgarme conocimientos y valores profesionales, que hasta hoy aplico y me han ayudado bastante a enfrentar situaciones complejas y del día a día. Cada quien le da su propio toque al cuidado de los pacientes. El sello UNAB y de la Escuela de Enfermería está presente, tanto en mí como en aquellos colegas que me topo en los turnos, sin darse cuenta uno ve que hay una diferencia que los caracteriza.

Francisco Fuentes Orgullo

¿Cómo crees que se verá el rol del Enfermero tras esta pandemia?
Queramos o no, la pandemia revela aún más las falencias que presenta la salud nacional, tanto a nivel privado como público, y la necesidad de aumentar de manera urgente la dotación de personal que presentan los servicios críticos y no críticos, donde la enfermería cumple roles fundamentales. Por años han sido cupos reducidos, en servicios que requieren una mayor cantidad de enfermeros. En pre-pandemia, los servicios ya funcionaban a media máquina con la dotación contratada y lo digo con respaldo, porque, los servicios críticos donde me ha tocado trabajar, ya sea UCI o Urgencias, la cantidad de enfermeros y enfermeras, no daban abasto y esto ocurre en todos los estamentos que forman parte de la salud nacional. Al momento en que comenzó todo el peak de la pandemia, existía una gran demanda a nivel nacional de enfermeros y enfermeras, ejerciendo labores en diferentes servicios, pero en algún momento esta pandemia debe terminar y todos ellos quedarán desempleados. Es por esto, que el rol de la enfermería, se está viendo presente y se está entendiendo por la población, ya que, en cierta manera, se han dado cuenta de la tarea que realizamos, y lo sumamente necesaria e importante dentro de la salud, porque influye directamente en la mejoría de todos los pacientes que caen en nuestras manos. Se nos va la vida en esto, colegas han muerto o han terminado graves. Yo tuve COVID, me enteré trabajando con pacientes críticos y, la verdad, es que me sentí con un miedo tremendo, temí por mi familia y amigos, y con una pena tremenda dejar mis labores por 17 días en que me sentí pésimo. Volví a trabajar con los mismos pacientes, literalmente a medio pulmón y, todo esto, realizándolo de manera silenciosa y con una gran vocación por esta profesión, con turnos interminables, sin poder comer, dormir, llegar a casa con una presión psicológica tremenda, después de ver una cantidad inmensa de situaciones e historias terribles. Espero que el rol de la Enfermería y de todos los estamentos, en esta pandemia estén dejando una marca en la salud, y se genere una conciencia colectiva en la población, ya que existe una necesidad real de mejorar la salud en todos sus ámbitos.

¿Cómo te imaginas en 10 años más?
Actualmente, me encuentro en un proceso de adquirir la mayor cantidad de conocimiento posible. En 10 años más, la verdad que me veo como un profesional consolidado, y compartiendo todo el conocimiento adquirido con las nuevas generaciones de la enfermería y, sobre todo, feliz. Para mí, es un estilo de vida, si debo seguir migrando para ser mejor cada día, no hay fronteras que me lo impidan. Cada día me siento más contento de haber estudiado esta linda profesión, llena de vocación.

Francisco Fuentes se tituló en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello en 2018 y hoy trabaja en el hospital Félix Bulnes de Santiago, este es su llamado al autocuidado: