01 Septiembre 2020

ORGULLO UNAB | Los duros meses de una kinesióloga que vio morir a jóvenes con hijos debido a la pandemia

Nicole Peña tiene 29 años y es kinesióloga titulada en la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello. Actualmente, trabaja en la Unidad de Paciente Crítico de la clínica INDISA, relata su experiencia durante estos meses de pandemia en Chile.

 

 

“La mayoría de las veces, cuando menciono que soy kinesióloga, me preguntan si arreglo huesos o en ese mismo instante, a la gente le empieza a doler algo”, relata entre risas Nicole Peña León, una joven que estudió en la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello y que se tituló en 2016.

“La labor que hacemos en la unidad de cuidados intensivos (UCI) es muy bonita, ya que nos encargamos de la recuperación del funcionamiento humano, optimizando la función respiratoria como la función neuromusculoesquelética. Nos encargamos de los cuidados respiratorios, la programación y gestión de equipos de soporte ventilatorio, oxigenoterapia y aerosolterapia, facilitamos la movilización temprana y movilidad funcional de los pacientes que se encuentran en la UCI para que al alta logren retornar a la comunidad de la mejor manera en un período corto de tiempo”, detalla la joven sobre su trabajo que la llevó a estar en la “primera línea” en la lucha contra el COVID-19.

¿Por qué decidiste estudiar Kinesiología?
Desde pequeña tuve interés en estudiar algo relacionado con el área de la salud, esto sumado a que mi infancia y adolescencia estuvieron ligadas a la gimnasia rítmica y al baile. Encontré una linda forma de complementar lo que me apasionaba en ese momento con la kinesiología, ya que quería ayudar y participar en la recuperación de mis compañeros que sufrían lesiones. Con el tiempo nace mi interés en el área de Kinesiología intensiva, que me enamoró.

¿Cómo se dio la instancia de llegar a INDISA?
Comencé a participar en clínica INDISA cuando estaba en cuarto año de Universidad, con mi proyecto de tesis. Mi docente guía de UNAB trabaja en clínica INDISA e hicimos nuestro trabajo de investigación ahí. Luego hice mi internado de respiratorio en quinto año y esa fue mi puerta de entrada para poder trabajar en INDISA.

¿Cómo describirías estos 5 meses de pandemia en tu vida?
¡Intensos! Han sido meses agotadores, con mucha carga laboral y emocional, con jornadas muy largas de trabajo. Con incertidumbre respecto a si el sistema va a ser capaz de ofrecer hospitalización para todo el que lo requiera. Además, tenía miedo de contagiar a mi familia, a mi hermano de 5 años y a mi mamá, que son dos personas de riesgo. En junio, se contagió mi familia con COVID-19 y fue el mes más crítico que viví porque mi abuela y mi tía estuvieron hospitalizadas por una neumonía por COVID-19. Mientras tanto en mi lugar de trabajo, veía morir a pacientes por esto. Afortunadamente están todos bien ahora.

¿Cómo te preparaste para esta contingencia?
Desde que apareció el COVID-19 y comenzó a viralizarse, sabíamos que pronto llegaría a Chile. Entonces, la clínica comenzó de manera temprana a realizar capacitaciones acerca del virus y las medidas a implementar para nuestro autocuidado, como el uso correcto de los elementos de protección personal (EPP). Además, comenzamos a estudiar el comportamiento del virus y a prepararnos para lo que se venía. Solo teníamos la experiencia vivida en Asia y lo que estaban viviendo en Europa. Lo más importante y triste es que me aislé de mi familia y amigos, por miedo a contagiarlos.

«En junio, se contagió mi familia con COVID-19 y fue el mes más crítico que viví porque mi abuela y mi tía estuvieron hospitalizadas por una neumonía por COVID-19. Mientras tanto en mi lugar de trabajo, veía morir a pacientes por esto. Afortunadamente están todos bien ahora».

¿Recuerdas algún momento crítico que tuviste que enfrentar en este tiempo de pandemia?
En la UCI te enfrentas a situaciones críticas todos los días, como la muerte de pacientes, paros cardiorrespiratorios, etc. Murió gente muy joven con hijos pequeños, eso era lo que me dejaba más frágil emocionalmente terminando el turno.

nicole Pena Orgullo

¿Crees que Chile ya está saliendo de la pandemia?
Creo que tenemos un largo camino que recorrer aún. Hasta que no haya un tratamiento adecuado para el virus y nosotros no seamos conscientes de nuestro autocuidado, seguiremos con su propagación. Quizás no llegaremos nuevamente al peak y colapso que tuvimos en invierno, pero creo que con el relajo de todos, podría venir un rebrote. Pienso que en un futuro, al igual que la Influenza H1N1, vamos a seguir teniendo casos pero en menor cantidad.

¿Cómo crees que tras la pandemia será visto el rol del kinesiólogo?
Soy optimista en que será visto como un integrante fundamental de un equipo de salud, ya que es una pieza clave para prevenir las complicaciones asociadas a la hospitalización y en todas las situaciones donde se vean comprometidas las funciones respiratoria y neuromusculoesqueléticas de un paciente.

Como persona, ¿Cómo crees que te ha cambiado la experiencia que has pasado por la pandemia?
Creo que este fue un tiempo de despertar para muchos y para mí fue un llamado a evolucionar como persona, como mujer y kinesióloga. A valorar y disfrutar más las cosas que realmente importan, como son nuestros seres queridos y familia. Hoy, soy más agradecida y disfruto mucho más el día a día.

¿Cómo te imaginas en 20 años más?
Siendo feliz, con mi familia, cerca de la naturaleza, siempre aportando a la kinesiología y quizás desde el área de la investigación.