10 Mayo 2021

ORGULLO UNAB | Kinesiólogo que lleva 14 meses sin descanso por el COVID-19 relata cómo ha “aguantado”

José Luis Sufan, académico de práctica clínica de la carrera de Kinesiología de la Universidad Andrés Bello y kinesiólogo de la Unidad de Paciente Crítico Adulto de la Clínica Indisa dio asistencia de ventilación mecánica al primer paciente ventilado por Covid-19 en Chile. Tras 14 meses sin descanso, relata sobre las duras horas en la “segunda ola sería” de la pandemia.

Lo han dicho constantemente, los equipos de salud están agotados luego de un intenso trabajo que han mantenido desde el año pasado.

José Luis Sufan Zamorano, kinesiólogo de la Unidad de Paciente Crítico Adulto de la Clínica Indisa, académico de práctica clínica de la carrera de Kinesiología de la Universidad Andrés Bello, y coordinador docente del Curso de Ventilación Mecánica Avanzada de la Sociedad Chilena de Medicina Crítica y Urgencia (Red Intensiva), es uno de los profesionales que se ha mantenido firme en la denominada “primera línea” en la lucha contra el COVID-19.

¿Cuánto tiempo lleva sin descanso?
Mi primer turno con un paciente en ventilación mecánica por COVID-19 se inicia el 14 de marzo de 2020, pueden sacar sus cuentas…

«Es una situación en la que cada uno de nosotros tiene su motivación especial, por ahora podría decir que simplemente  “he aguantado”. La energía siempre viene de mi familia, obviamente, y entender que puedo seguir colaborando a resolver manejos de equipos que no están preparados».

¿Pensó que la “segunda ola” sería más severa que la primera?
Absolutamente. Nuestro país no podía tener una reacción diferente a lo que nos mostraba el resto del mundo, además que las señales de planificación del Estado se alejaban a formas de control más efectiva. La severidad, no solo marcada por la presentación distinta y los nuevos grupos de edad comprometidos, sino que además de la proliferación de camas críticas sin personal capacitado.

¿Cómo se ha manifestado el gasto emocional y físico del equipo de salud que está al frente de la lucha contra el COVID?
Fundamentalmente en presentación de licencias médicas, sostén de equipos humanos más preparados a los equipos nuevos, que generan desgaste natural en funcionarios que duplican su propia carga laboral, crisis emocionales personales, equipos que se pelean entre ellos, etc.

En lo personal, ¿qué lo mantiene firme en su trabajo?
Es inexplicable. Es una situación en la que cada uno de nosotros tiene su motivación especial, por ahora podría decir que simplemente  “he aguantado”. La energía siempre viene de mi familia, obviamente, y entender que puedo seguir colaborando a resolver manejos de equipos que no están preparados.

¿Cree que dentro de toda la estrategia de Gobierno para enfrentar el COVID faltó más preocupación por el aspecto físico y emocional de los equipos de salud de distintos establecimientos?
No sólo en ese aspecto, desconexión social también y con los equipos de salud. El ejemplo claro es la multiplicación de camas críticas a casi 4.500 camas con equipos humanos no capacitados, esa estrategia ha mostrado la falta de empatía con el recurso humano y no entender cómo funciona una unidad de pacientes críticos. Esa estrategia “acuesta pacientes”, pero no te asegura que muchos de los fallecimientos lamentables de compatriotas hayan sido solo por la gravedad del virus. Creo que hay muchos que pudieran haber recibido mejor medicina.

¿Quiere agregar algo más?
Decidir qué hacer para el control de la peor Pandemia que recuerdan muchos, nos convierte en generales después de una guerra. Se asume lo difícil que puede ser, pero se extraña no haber empatizado y escuchado más acordes en una sociedad compleja, y que pudiera haber convertido este gigante problema en una tremenda oportunidad de unión de este país. Hay quienes sostienen su dogma y lo tratan forzosamente de adaptar a los cambios de su ambiente y hay quienes se adaptan al ambiente siendo consecuentes con su dogma… pero en fin, vivimos en Chile.

Escrito por Sonia Tamayo