ORGULLO UNAB | Joven enfermera relata el duro día a día en la exPosta Central por el Covid-19
Camila Romero se tituló hace dos años en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello. Hoy es parte del equipo que trabaja cara a cara con pacientes con Covid-19 que llegan hasta la exPosta Central.
Nacida en Santiago, pero criada en Coyhaique, Camila Romero se tituló en 2018 en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello. Si bien, en un principio no tenía muy resuelto el tema de haber elegido Enfermería como carrera, fue durante su estadía en campos clínicos donde definitivamente se enamoró de la profesión.
Hoy, es pieza clave de un equipo de salud chileno que lucha contra la pandemia más grande de los últimos 100 años. Esta es su historia.
En un artículo publicado en Publimetro, mencionas que de verdad te enamoraste de la carrera cuando llegaste a hacer tu internado en el Hospital El Pino ¿Qué encontraste de especial ahí?
Así es, cuando realicé mi internado, fueron muchas cosas. Descubrí el amor por mi carrera a lo largo de esos meses, y a la vez una motivación que se ha mantenido hasta el día de hoy. Desconocía en terreno lo que era una UCI, pero ya con algunos docentes que había tenido en mi cuarto año que justamente trabajaban en Unidades de Cuidados Intensivos, había averiguado como eran estos pacientes. En mi primer día de internado, al momento que vi a los pacientes conectados a monitores que sonaban todo el tiempo, intubados, bombas sonando, eficiencia con horarios que se respetaban, veía que las cosas funcionaban, estaba todo preparado en caso de, sumado a esto veía a mi docente como se desenvolvía en ese contexto, muy ordenada, empoderada, tranquila y con muchísimo conocimiento. Además, pese a ser estudiante aún, siempre me hicieron sentir que era capaz, que a pesar de los temores, inseguridades, poca práctica y los vacíos de conocimientos, se podía. La confianza fue fundamental, nunca sentí que hacia preguntas tontas, y estaba bien reconocer que no sabía algo, mi docente intento transmitirme todo el tiempo que sería un proceso paulatino de aprendizaje. Todo esto contribuyó a que la UCI, sencillamente, me fascinara, y bueno al llegar a la Urgencia de Punta Arenas vi lo mismo, cómo profesionales podíamos desenvolvernos con libertad, cada día aprendiendo, un trabajo en equipo y siempre con oportunidades de crecimiento personal todo esto con un poco más de rapidez y adrenalina a veces (risas).
¿Cómo era tu desempeño antes que el Coronavirus llegara a Chile, en qué consistía tu trabajo diario?
Antes que el coronavirus llegará a Chile, estaba en mi anterior trabajo, como enfermera en la Urgencia indiferenciada del Hospital Clínico Magallanes, así que era un poco diferente. Era extraño que hubieran turnos »tranquilos», básicamente como enfermeros rotábamos entre la urgencia pediátrica y adulta, posteriormente, recibía a los pacientes en box donde los controlábamos, averiguábamos un poco porque estaban ahí, dependiendo del tipo de urgencia se iniciaba atención inmediata, se monitorizaba se daba aviso a los médicos y mientras tanto se preparaba al paciente. Todo funcionaba muy bien era un equipo súper cohesionado, donde se hacía fácil trabajar porque también existía mucho compañerismo, y con excelentes profesionales.
¿En qué momento notaste que tu vida profesional tenía un giro?
Fue exactamente la última semana de febrero y primera de marzo. Las jefaturas se habían preocupado de hacer simulaciones de traslado de paciente, su ingreso al Hospital, repasar la utilización correcta de los elementos de protección personal, sabíamos que el COVID-19 llegaría y teníamos que estar preparados. Practicamos mucho, aprendíamos sobre la marcha, y eso era lo más difícil porque el día que realmente llegara un paciente COVID-19 positivo teníamos que hacerlo bien, ahí inicio un poco el temor por lo desconocido y en, lo personal, para mi lo único que me ayuda en sentirme segura de lo que hago es poder manejar el tema. Todo esto sirvió al llegar a Santiago, a mi actual trabajo. Lo que hacía en Punta Arenas era en menor escala, pero tenía las mismas bases.
«(…) ver lo agresivo que es este virus. Minimizar lo que está pasando hoy no contribuye a frenar esta enfermedad, creo que hoy tenemos que estar unidos, porque realmente nuestra imprudencia, irresponsabilidad, no solo termina afectándonos a nosotros, sino a nuestros seres queridos, amigos, gente con la que trabajamos, que también tienen familia».
¿Qué herramientas te proporcionó la UNAB para enfrentar hoy en día tu trabajo?
Creo que algo que me ayudó muchísimo de la Universidad y lo que significó una diferencia, es a nivel de habilidades blandas porque finalmente todas las habilidades prácticas son justamente eso, prácticas y a medida que avanza, nuestra carrera también. La capacidad de volvernos más eficientes, pero el trabajo en equipo creo que es algo fundamental. Creo que desde los primeros años, se hace mucho hincapié en trabajo en grupos, lo cual es fundamental. Lo que es necesario destacar definitivamente es el área de la clínica de simulación, quizás cuando somos estudiantes no se le encuentra el real sentido, pero una vez que en la vida real estamos bajo las mismas circunstancias se entiende.
Muchos médicos y personal de la salud advierten que temen contagiarse o contagiar a algún familiar, ¿cómo enfrentas tu ese temor?
Intento hacer las cosas bien. Creo que es la única tranquilidad con la que puedes estar, al momento de atender a los pacientes o tener contacto con ellos solo preocuparte de hacer las cosas como deben ser, higienizarse las manos, hacer un lavado de manos correcto, utilizar las medidas de protección personal. Detrás, tenemos familia, mi abuela tiene 94 años, vive aquí en Santiago y no la veo hace 8 meses porque desde que llegué de Punta Arenas yo ya venía ateniendo pacientes COVID-19 y el temor de contagiarla que le pase algo puede más. Amo mi trabajo, realmente es lo que me llena. La preocupación está, pero el temor más profundo es contagiar a tus seres queridos.
¿Te has enfrentado con algún caso de paciente que veas morir por el Covid-19?
Es complejo. Lo que pasa en la Urgencia, llegan muchos pacientes graves, descompensados, comprometidos de conciencia, etc. que finalmente por sintomatología, exámenes de laboratorio, se le decide tomar PCR viral y quedan como sospecha de COVID-19. Hoy pasan varias horas a la espera del resultado no es tan expedito como uno quisiera y, por supuesto, hay pacientes que fallecen en ese entretiempo, como así mismo pacientes que evolucionan muy mal en espera del resultado, que se deben intubar, manejar con drogas vaso-activas, etc. Por lo mismo, se han tomado medidas, al momento de un paciente ingresar al reanimador, el personal justo, con las medidas de protección necesarias, al igual que un pasillo exclusivo para pacientes inestables sospecha o COVID-19 positivos. No siempre tenemos la facilidad de saber si el paciente ya tiene el examen o no tomado y poder acceder al resultado, lo que si hemos visto es que cada vez es más frecuente ver pacientes respiratorios más comprometidos y más graves.
¿Cómo es el contacto con los pacientes que llegan a la Posta Central con el virus o sospechosos?
Hay dos diferentes Urgencias, por decirlo de una forma. Existe una categorización o llamado Triage de avanzada, donde se realizan preguntas enfocadas a pesquisar pacientes que pudieran tener COVID-19, que se encuentren con sintomatologia respiratoria, pero que en el fondo estén estables. Este Triage es un cubículo cerrado, que impide estar expuesto en el fondo, y estos pacientes se llevan a la urgencia antigua donde todos están preparados para recibir a estos pacientes. La otra atención es donde pueden darse dos condiciones: Uno, llegan inestables con requerimientos más avanzados que finalmente pueden ingresar al reanimador o al pasillo o dos, consultan por otro malestar que es lo que los llevo a la urgencia y anexo a ello refieren tener sintomatología respiratoria, pero que finalmente pueden estar más comprometidos desde otras áreas como digestivas, neurológico etc., y que son atendidos también en box individuales, con las medidas de aislamiento necesarias. El contacto con los pacientes se intenta disminuir, entrar lo menos posible a su habitación, estar el menor tiempo expuestos. Los pacientes están más lábiles emocionalmente, me han dicho con mucha pena, algunos llorando, que no quieren volver a estar hospitalizados, que ha sido una pésima experiencia, el hecho de estar encerrados en la habitación, que no puedan ingresar sus familiares, que ellos no puedan ir a los baños comunes a hacer sus necesidades, las ventanas deben estar abiertas, podemos entregarles frazadas pero de por si los hospitales son fríos. Uno intenta hacer lo posible para que su estadía sea cómoda, darles ánimos, con gestos o palabras de aliento, pero se ha vuelto complejo contenerlos con estas medidas que se deben tomar para su atención.
Según una encuesta del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, en conjunto con la Subsecretaría de la Niñez, frente a la crisis sanitaria Covid-19“, realizada en 70 comunas del país entre jóvenes de 14 y 24 años, un 29% de los encuestados cree que los jóvenes normalmente no se contagian, mientras que el 40% cree que los adultos exageran con respecto a la pandemia. ¿Qué opinas al respecto?
Creo que es un concepto muy errado y quizás visto desde el punto de vista que se tiene cuando se es joven/adolescente, un poco inmortal en el fondo: “A mí no me va a pasar”. Esta enfermedad no distingue edad, nunca se sabe cómo va evolucionar. Creo que ese es el mayor temor, no saber si te contagias y si finalmente tendrás un poco de tos, mucosidad y ya o, finalmente, evolucionaras mal llegando a la urgencia con dificultad para respirar. Hemos visto cómo personas jóvenes de 20-30 años mueren, no estamos hablando necesariamente de personas con antecedentes de enfermedades. Eso impacta, ver lo agresivo que es este virus. Minimizar lo que está pasando hoy no contribuye a frenar esta enfermedad, creo que hoy tenemos que estar unidos, porque realmente nuestra imprudencia, irresponsabilidad, no solo termina afectándonos a nosotros, sino a nuestros seres queridos, amigos, gente con la que trabajamos, que también tienen familia. Escucho como viernes y sábado siguen juntándose a hacer asados, fiestas, en las casas, las personas no están entiendo. Los jóvenes no están viendo lo que realmente está pasando, y me da rabia.
«El contacto con los pacientes se intenta disminuir, entrar lo menos posible a su habitación, estar el menor tiempo expuestos. Los pacientes están más lábiles emocionalmente, me han dicho con mucha pena, algunos llorando, que no quieren volver a estar hospitalizados».
¿Cómo te desconectas o descansas tras tus extensos turnos?
Me considero una persona muy hogareña, así que la verdad disfruto mis días libres en casa sin problemas. Siempre hay algo que hacer es impresionante porque le faltan horas al día, me cuesta un poco entender a las personas que se aburren en sus hogares. Uno extraña quizás invitar a sus amigos a compartir un asadito, salir a pasear etc., pero realmente hemos encontrado muchas formas de mantenernos ocupados, ya sea estudiando. Con mi marido, avanzando las cosas de la mudanza en el departamento, durmiendo, viendo películas, armando un picoteo, explorar recetas es algo que nos caracteriza y amamos comer rico.
¿Crees que ya Chile está preparado para retomar la normalidad?
No creo que estemos preparados. Las autoridades pueden disponer de todas las medidas de precaución, pero la población no está preparada, por las diferentes realidades que existen. Familias tienen que llevar sustento a sus hogares, seguir trabajando y, por lo tanto, salir a las calles, lo que sucede también es que la población que puede quedarse en casa no lo hace. Veo cómo van a comprar al supermercado y no cosas de primera necesidad. Creo que seguir apelando a la conciencia y sentido común, ya no es suficiente porque claramente no dio resultado, por lo cual creo que aún no estamos preparados para retomar la normalidad o este concepto de nueva normalidad.
Una vez que pase la pandemia, ¿cómo imaginas tu vida?
Muchos teníamos planes para este 2020, que definitivamente la pandemia afecto. Así que intentando retomar aquellos planes de alguna forma. Esto es una muestra de lo que a nivel de salud puede volver a suceder. Como profesionales tenemos que estar cada vez más preparados para este tipo de enfermedades, mantener nuestros estudios vigentes, porque cada vez la atención de pacientes se ha vuelto más compleja. Por lo mismo, creo que esto ha marcado un antes y después en esta generación y, en lo personal, profesionalmente también, ha significado mucho crecimiento y aprendizaje.
Desde su lugar de trabajo en la exPosgta Central, Camila Romero, enfermera titulada en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello, hace un llamado al autocuidado:
Más información sobre los protocolos institucionales adoptados, así como los detalles de la campaña “Prevenir en UNAB”, pueden revisarlo en www.unab.cl/coronavirus. Para consultas adicionales pueden escribir a coronavirus@unab.cl.