ORGULLO UNAB | Fonoaudióloga relata su difícil trabajo con personas con autismo durante la pandemia y el éxito de su emprendimiento
En medio de la pandemia, Daniela Santander (29) trabaja como fonoaudióloga en la atención de niños y adolescentes con alteraciones en el neurodesarrollo, y tiene su propio emprendimiento importando uniformes clínicos y fabricando mascarillas. Esta es su historia.
“Siempre me gustó el área de salud, inicialmente pensé en enfermería, luego tenía algunas dudas por mis habilidades desde lo matemático. Pero siempre me llamó la atención la rehabilitación, cuando comencé a conocer más de Fonoaudiología era un complemento, tenía algunos ramos científicos y matemáticos, abarcando varias áreas de desempeño: habla, lenguaje, deglución, audición y voz. Además se enfocaba tanto en niños como adultos, aunque la verdad siempre me gustó el área infantil”, abre el diálogo Daniela Santander Vilches, titulada en la Escuela de Fonoaudiología de la U. Andrés Bello en 2017.
Actualmente, a sus 29 años, trabaja como fonoaudióloga en “Centro de terapias A–avanzar”, en la comuna de San Miguel.
¿Cuál es tu labor en el recinto?
Mi labor se basa en la atención de niños y adolescentes con alteraciones en el neurodesarrollo como Trastornos del Espectro Autista (TEA), Discapacidad intelectual (DI), Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDHA), favoreciendo en el desarrollo de la comunicación, lenguaje y habla, trabajando en conjunto con las familias quienes son un pilar fundamental en la terapia. He realizado distintas formaciones relacionadas con el espectro autista, además de un diploma de postítulo en el área.
«El COVID-19 nos acompañará por un tiempo, lamentablemente cuando todo esto pase veremos las reales consecuencias en el desarrollo de los niños y niñas».
¿Cómo ha sido trabajar con personas con autismo en plena pandemia?
Ha sido difícil, son niños y adolescentes que necesitan sus terapias de forma permanente. Las personas en el espectro autista presentan déficit en la comunicación e interacción social, muchas veces estas mismas dificultades nos llevan a observar comportamientos disruptivos (autoagresiones o hereroagresiones) en casos más complejos. En pandemia, nos encontramos con desafíos adicionales: permanencia en terapia, distanciamiento social y falta de interacción, uso de mascarilla que afecta la interacción impidiendo comprender expresiones faciales, la falta de apoyo escolar de forma presencial, la adaptación a nuevas rutinas las cuales cambian constantemente con el plan paso a paso, ahora mismo algunas de las comunas que vuelven a cuarentena, requiere de adaptación en casa. Requieren de mayor anticipación y adaptación a nuevas rutinas. En caso de las terapias online nuestro objetivo ha sido poder entregarles herramientas a los padres para abordar tanto crisis sensoriales como conductuales, las cuales en muchos casos han incrementado en este periodo, pero insisto, un alto porcentaje de niños y niñas requieren terapia de forma presencial. Estos son algunos de los factores que pueden influir en el ambiente, en el desarrollo del lenguaje y comunicación, además del desarrollo emocional y social de cada niño o niña. Es un trabajo complejo, pero enriquecedor. El COVID-19 nos acompañará por un tiempo, lamentablemente cuando todo esto pase veremos las reales consecuencias en el desarrollo de los niños y niñas.
¿Por qué te acercaste a esta área de trabajo?
Desde que estaba en la universidad, siempre me gustó el área infantil. Siempre tuve más llegada con los niños. En relación al Espectro Autista, recuerdo que en mi internado clínico, me comenzó a llamar la atención y cuando egresé, una de mis primeras experiencias fue en esta área, además de trabajar en educación.
¿Cómo definirías estos meses de pandemia?
Complejos tanto laboral como emocionalmente. Inicialmente suspendimos las terapias, mediados de marzo del 2020, todo era incierto y comenzamos online. Sin embargo, un gran porcentaje de los niños que atendemos necesitan su terapia presencial de forma permanente. Retomamos de forma presencial al poco tiempo, un par de días a la semana y con horas reducidas. Actualmente, estoy con agenda completa y complemento con mis dos trabajos, mi emprendimiento.
¿En qué te ha cambiado la vida en lo profesional y personal esta pandemia?
Muchísimo, suena un poco repetido “lo de reinventarse”, pero inicialmente me disminuyeron las horas en mi actual trabajo. Por otra parte, hace un par de años comencé mi propio emprendimiento importando uniformes clínicos desde Estados Unidos, ya tenía mis clientas. Con mi familia, comenzamos a fabricar mascarillas de tela de 3 capas con nanoparticulas, fueron todo un éxito, luego comenzaron a solicitarnos gorros clínicos (cofias), en ese entonces estaban agotados era imposible importar, era tanta la demanda que comenzamos a fabricarlos, siempre intentando mantener el sello de mi emprendimiento, diseños animados y entretenidos, todo fue creciendo muy rápido, hasta que nosotras mismas elaboramos los diseños y la tela.
¿Cómo calificas esta faceta?
Esta nueva faceta ha sido maravillosa, siempre fui busquilla en cuanto a los negocios, desde pequeña siempre buscaba que vender. Creo que con esto encontré mi complemento perfecto, muy ligado a mi carrera. Mi gusto por los uniformes clínicos con diseño comenzó en mis prácticas clínicas cuando estaba en la universidad, en ese tiempo no eran muy conocidos y los que existían tenían un costo elevado. Comencé a notar que a los niños les llamaba mucho la atención, ayudaban mucho al vínculo inicial, además a mis compañeros y profes también les gustaban y así nació mi idea.
¿Cómo se complementa el tiempo laboral con el familiar?
Durante la cuarentena fue un gran complemento lo laboral y familiar. Estaba muy relacionado, no es fácil trabajar con la familia, siempre pensé que es una gran oportunidad crear una fuente laboral, con mucho esfuerzo detrás, habían días que llegaba de mi trabajo como fonoaudióloga a preparar los pedidos, días en los que dormía muy poco, cada uno con una función específica en la familia, desde el que corta la tela y responde mensajes hasta el que entrega los pedidos. Me costó mucho organizarme para poder complementar tiempos, pero todo esfuerzo tiene su recompensa y ahora nos damos el espacio familiar fuera del trabajo.
¿Te has contagiado de COVID? ¿Has tenido miedo?
Por suerte no me he contagiado. Tuve mucho miedo inicialmente, vivía con mis abuelos y mis papás que tienen enfermedades crónicas, tenía miedo que ellos se contagiaran por mi culpa. Yo trabajaba de forma presencial 2 o 3 días a la semana, claro que tomando las máximas precauciones desinfectando todo luego de cada sesión.
¿Cuáles son tus sueños a corto y mediano plazo tanto en lo profesional como en lo personal?
Continuar perfeccionándome como fonoaudióloga, es necesario estar en continua formación y actualización. Sobre mi emprendimiento, uno de mis sueños a corto plazo es realizar nuestros propios uniformes, he estado mucho tiempo buscando telas similares a las gringas, no ha sido fácil, pero lo estamos logrando, además de adquirir nuevas herramientas que me ayuden en esta área y seguir creciendo.