ORGULLO UNAB: ¿Cómo se prepara la “Primera Línea” para enfrentar una posible “segunda ola” del COVID-19?
Cuatro profesionales de la salud, que conocimos en la sección “Orgullo UNAB”, relatan cómo se preparan y cuáles son sus sentimientos en días que se comenta sobre una posible “segunda ola” del COVID-19. Elizabeth Valenzuela, Francisco Fuentes y Camila Romero, titulados de la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello, y José Luis Sufán, académico de la Escuela de Kinesiología, esperan que la gente tome conciencia de esta pandemia y, así, evitar revivir los peores momentos de la crisis sanitaria, por los que pasaron hace algunos meses.
Las cifras y el comportamiento de las personas, hacen pensar que se viene una inminente “segunda ola” del COVID-19, situación que preocupa a parte de la ciudadanía, a autoridades, científicos y, sobre todo, a quienes ya tuvieron que enfrentar lo más duro en el peak de esta enfermedad en Chile, los equipos de salud.
La denominada “primera línea” supo del susurro de la muerte, de la soledad de quienes estaban hospitalizados y de la dura batalla por sobrevivir de quienes estuvieron intubados. Hoy, comentan a Noticias UNAB, cómo se preparan para este posible y nefasto nuevo escenario.
Hace siete años que Elizabeth Valenzuela trabaja en el Hospital Carlos van Buren, el principal hospital de la Región de Valparaíso. Titulada en 2013 en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello, esta joven enfermera clínica de la unidad de cuidados intensivos adultos y, anteriormente de la unidad de emergencia adultos, relata que “a pesar de estar muy cansada y agotada mentalmente, creo que me siento preparada para una segunda ola. Estos últimos 2 ó 3 meses en que el número de pacientes COVID en UCI ha disminuido, hemos aprovechado de formar nuevo personal en cuidados intensivos para poder contar con ellos en el caso de que sea necesario más adelante. Además, hemos trabajado en elaborar nuevas estrategias de afrontamiento y mejorar las ya existentes con la finalidad de que una nueva crisis no nos pille desprevenidos”.
La profesional destaca que “no siento miedo, solo un poco de incertidumbre, pero si estoy agotada y desearía no vivir la misma experiencia nuevamente. Esperamos y tenemos esperanza de que esta segunda ola no sea tan crítica como en otros países”.
La enfermera subraya que “hay que seguir educando a la población a través de todos los medios disponibles. Es importante que las estrategias ministeriales se centren más en la prevención del contagio. Solo me queda decirle a la gente, que piensen en sus familiares y enviarles un mensaje de ánimo y fuerza para seguir luchando juntos por combatir la pandemia”.
Por su parte, José Luis Sufán, kinesiólogo de la Unidad de Paciente Crítico Adulto de la Clínica INDISA, docente en práctica clínica de la carrera de Kinesiología de la Universidad Andrés Bello y coordinador docente del Curso de Ventilación Mecánica Avanzada de la Sociedad Chilena de Medicina Crítica y Urgencia (Red Intensiva), subraya que ante una posible “segunda ola”, “técnicamente no hay mucho más que podamos preparar y, en lo personal, estoy tratado de aprovechar al máximo los momentos de recuperación de energía física y anímica, ya que sabemos que necesitaremos mucho tiempo aún de carga asistencial”.
“Lamentablemente ya es tarde, más de alguno no podrá disfrutar a algún ser querido. Toda la sociedad se relajó y ahora solo queda esperar la lotería de saber quién sigue y quién no, para contraer el virus”, José Luis Sufán.
Respecto a si siente miedo a lo que puede venir, el profesional es categórico: “El miedo no es el sentimiento que ronda en los servicios de salud. Es el cansancio, lo fundamental”.
Francisco Fuentes se tituló en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello en 2018 e inmediatamente llegó al servicio de urgencia en el hospital Carlos Van Buren de Valparaíso. Después de un 1 año y 5 meses, donde también se desempeñó en SAMU, en mayo de este año decidió migrar y arribó al hospital Félix Bulnes de Santiago.
Respecto a la preparación para enfrentar esta nueva arremetida de este virus, detalló que “una preparación como tal, no he realizado. Desde que comenzó la pandemia, no he parado de trabajar. Actualmente, me encuentro trabajando una cantidad de turnos enormes y una carga laboral muy grande. Me fui unos 10 días donde mis padres para poder estar con ellos y poder recuperar energías, y lo único que gira en mi cabeza es mentalizarse que esa «segunda ola» quede solo en números estadísticos y no se refleje hospitalariamente, porque nadie quiere volver a lo mismo”.
“Lo que dicen es verdad, existe un cansancio enorme en todo el equipo de salud, sin excepción. Con turnos interminables de 24 horas, con apenas 1 día de descanso en algunas oportunidades. Ha bajado la carga, pero eso no significa que no estemos cansados y que no sigamos atendiendo otras patologías aparte del COVID. La verdad es que sí siento miedo, incertidumbre y angustia”, Francisco Fuentes.
El profesional reveló que “el día en que la Región Metropolitana pasó, en su totalidad, a fase 2 fue algo que causo una angustia enorme no solo en mí, sino que en muchos profesionales de la salud que están trabajando en la actual pandemia. La verdad es que no hay muchas energías para una segunda ola ni psicológica ni física”.
Camila Romero se tituló hace dos años en la Facultad de Enfermería de la U. Andrés Bello. Hoy, es parte del equipo que trabaja cara a cara con pacientes con Covid-19 que llegan hasta el Hospital de Urgencia de Asistencia Pública (exPosta Central). “Todo se ha mantenido relativamente igual. El tiempo de descanso, lo tuvimos cuando bajaron las consultas posteriores al primer brote. Intento descansar mis días libres lo que más puedo y creo que lo positivo es que sabemos o tenemos un poco la experiencia”.
Respecto a los sentimientos de temor, la enfermera reconoce que “siento miedo, el cansancio se ha ido acumulando estos meses, la mayoría no tendremos vacaciones hasta el siguiente año. Pensar, nuevamente, en vivir lo mismo, es angustiante porque muchos vimos quebrarse a nuestros compañeros y la impotencia de ver a tus pacientes graves sin poder ayudarlos”.
Finalmente, la profesional subraya que “pareciera que las fiestas hicieron olvidar el contexto que estamos viviendo. Es impresionante ver las afluencias de público a centros comerciales, y las nulas medias de protección: Hay aglomeraciones, no se respetan las distancias, tampoco la utilización correcta de mascarilla, menos aún una higiene de manos. Es una irresponsabilidad tremenda, es el mejor momento para que las personas piensen en el riesgo que los contagios se vuelvan a disparar y, finalmente, de que podrían ser nuestros seres queridos”.