04 Febrero 2020

ORGULLO UNAB | Aporte a la salud en un país que envejece

El Dr. Felipe Monsalve se tituló hace 10 años en la Escuela de Medicina de la U. Andrés Bello. Su vocación e interés lo llevó a optar por contribuir como Geriatra a la salud de un país que envejece.

A sus 36 años, el Dr. Felipe Monsalve Plaza vibra con lo que hace. Reconoce que siempre tuvo la vocación e interés por interactuar con las personas y, especialmente, con los mayores.

En medio de la preocupación por la falta de Geriatras en un país en que la tercera edad representa el 16,2% de los habitantes a nivel nacional, cifra que va en aumento, el Dr. Felipe Monsalve se ha dedicado a contribuir a mejorar las condiciones de las personas mayores, gracias a su esfuerzo y a las herramientas proporcionadas por la Escuela de Medicina de la UNAB, donde se tituló en 2009.

¿Por qué estudiaste Medicina?
Siempre tuve vocación e interés por interactuar con personas. Por mi personalidad, he tenido la necesidad de comprender los fenómenos desde una perspectiva racional y objetiva. Creo que la medicina permite conciliar esos dos mundos, en los que uno adquiere herramientas desde las ciencias biológicas y puede aplicarlas en el día para el beneficio de otra persona y en la que puedes aportar, además con tus experiencia, valores y espíritu.

«Mi interés principal fue siempre asumir el desafío de aportar desde el área de atención clínica y docente, generando instancias de atención a las familias y formación a colegas que también puedan aportar y mejorar las condiciones de nuestras personas mayores».

¿Por qué optaste por la Geriatría?
Chile es un país que el envejecimiento está instalado. El crecimiento de este grupo etario, doblará su número en los siguientes años y ya es momento de actuar. Estamos atrasados en una serie de políticas públicas y existe falta de consciencia colectiva respecto al impacto social que implica vivir una vejez con mala calidad de vida. Mi interés principal fue siempre asumir el desafío de aportar desde el área de atención clínica y docente, generando instancias de atención a las familias y formación a colegas que también puedan aportar y mejorar las condiciones de nuestras personas mayores.

 

¿Cuáles son tus labores actuales? ¿dónde te desempeñas?
Cómo geriatra siempre me ha interesado el área de las demencias. Actualmente, me desempeño como parte del equipo de la Unidad de geriatría neurocognitiva de CAPREDENA y el Centro KINTUN. Ambos dispositivos están orientados al acompañamiento, diagnóstico y tratamiento de personas mayores con deterioro cognitivo. En ellos, además, tengo la fortuna de participar en la formación académica de colegas que están cursando su especialidad.

¿Cuáles son las herramientas que te entregó la UNAB para desempeñarte en el mundo laboral?
Siempre he tenido la convicción que mi desempeño en el ámbito laboral y, posteriormente, en mi proceso de especialización no habría sido posible si no hubiera recibido la formación de alto nivel técnico y humano que logré en la UNAB. En mi caso, lo más importante es que recibí un alto nivel de herramientas técnicas que junto a mi esfuerzo, permitieron volcar todo mi espíritu en lo que hago actualmente.

¿Cómo es trabajar en KINTUN?
Es una experiencia extremadamente reconfortante y placentera desde el día uno. Es un centro de excelencia y pionero no sólo en Chile, sino también a nivel continental. Nuestro centro, diagnóstica y trata a usuario y sus familias que padecen demencia, pero desde un enfoque comunitario y más humano. Dignificamos dicha condición día a día, motivados por mejorar la calidad de vida de nuestros usuarios que además tienen menos recursos. Esa entrega es lo que más nos distingue como equipo, donde participan terapeutas ocupacionales, kinesiólogo, psicólogos, nutricionista, geriatra, neurólogo, trabajo social.

¿Qué piensas de la falta de geriatras en Chile y del envejecimiento de la población?
Es un problema grave. El envejecimiento está aquí y ahora. Estamos atrasados, no podemos seguir creando políticas públicas a modo de reacción. Debemos ser visionarios e invertir pensando en las proyecciones a futuro. Un paso que se ha dado en el último tiempo es priorizar la formación de especialidades como la geriatría, pero sin duda aún es insuficiente. Necesitamos redes de atención más sólidas e instancias de acceso a la salud más expeditas para nuestros mayores

¿Cuáles han sido los momentos de mayor satisfacción en tu trabajo o de logros?
Mis momentos de mayor satisfacción han sido cuando logro ver el impacto de nuestra atención en los usuarios. Por ejemplo, ver caminar a un adulto mayor postrado después de deprescribir los neurolépticos que le causan rigidez o ver sana a una mujer de 85 años, funcional e indemne cognitivamente, que no la querían operar de una osteoartritis de cadera solo por su edad. Eso es lo que más nos mueve a nosotros como geriatra, lograr funcionalidad en nuestros mayores que es el mejor indicador de calidad de vida.

¿Cómo te imaginas en 10 años más?
Si es desde la medicina, espero seguir aportando a la geriatría, quizás en otras latitudes. Me encantaría la experiencia de vivir en otro país, aprender y vivenciar la realidad y cultura de una sociedad distinta de la cual provengo. Sería un gran reto para mí.