Odontóloga publica investigación sobre cómo ayudar en el tratamiento de la dermatitis atópica
Como parte del Departamento de Patología Oral de la Facultad de Odontología de la U. Andrés Bello, la Dra. Marcela Aroca Chandía, en sexto año, se involucró con un equipo de expertos en el estudio del fluido gingival crevicular de las personas con dermatitis atópica con el fin de contribuir en el tratamiento de las personas con esta enfermedad. Hoy, ve con orgullo los frutos: La publicación en una importante revista especializada, Biomolecules.
La Dermatitis Atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica y recurrente de la piel, que por lo general, afecta a lactantes y niños, pero puede aparecer a cualquier edad. Su síntoma principal es el prurito o picazón debido a la presencia de una piel hipersensible y más seca de lo normal. Las lesiones cutáneas que produce son fundamentalmente de tipo alérgico, aunque con variaciones según la edad del paciente.
Como una manera de contribuir en el desarrollo de un acertado diagnóstico tratamiento, la Dra. Marcela Aroca Chandía, trabajó en sexto año en la Facultad de Odontología de la UNAB, junto a un equipo de expertos en una investigación que consiste en examinar el fluido gingival crevicular de las personas con dermatitis atópica con la finalidad de evaluar la expresión de proteínas presentes o ausentes en este medio.
“La expresión o ausencia de ciertas proteínas en este medio (fluido) ayudan a entender la enfermedad y esta respuesta inflamatoria mantenida en el tiempo. Segundo, el diagnóstico de dermatitis atópica es mediante examen clínico y se hace complejo al momento de catalogar al paciente porque todos reaccionan diferente, es por ello que si encontramos biomarcadores que ayuden a catalogar la complejidad del paciente, podría darle uniformidad al criterio de diagnóstico y ayudar con el tratamiento, acortar el periodo de ajuste que necesitan los pacientes para saber si los fármacos recetados serán suficientes o no, ayudando a mejorar un poco su calidad de vida”, explica la Dra. Aroca, quien compartió su orgullo luego que esta investigación se lograra publicar este año en la revista especializada, Biomolecules.
¿Cuál crees que es el impacto social de la investigación?
Una enfermedad como la dermatitis atópica va en ascenso entre la población en países desarrollados o en vía de desarrollos. Hay hartos componentes que tienen que darse para que la persona desarrolle la enfermedad, pero va en aumento, eso es seguro. Es importante saber cómo funciona esta enfermedad, nos puede afectar a todos el día de mañana y no es simplemente un rush cutáneo que dé en las manos o algo así, es una inflamación mantenida en el tiempo que afecta tu calidad de vida. El impacto social del cual he sido testigo personalmente fue cuando le expliqué a los pacientes del estudio a grandes rasgos, de que se trataba esto. Todos comprendieron que esto era para entender mejor su enfermedad, para darle uniformidad al criterio, todos estaban interesados en saber más, por qué cuando uno tiene una enfermedad que es común, pero de la cual no hay muchos estudios, se sientes un poco olvidados o frustrados, entender tu condición por la que estás pasando es una manera de tener un poco más de “control” sobre esta. Cada paciente que revisamos estuvo interesado y quería saber los resultados de esta investigación, a ellos les gustó saber que había alguien tratando de ordenar el asunto del diagnóstico. El mayor impacto que vi fue en ellos y en su agradecimiento por tratar de entender y ordenar esta enfermedad y enseñárselas.
«Hicimos un aporte al mundo científico, lo cual es difícil de procesar, se siente tan bien aportar con algo, ayudar a crear o darle forma a una línea investigativa de un tema».
¿Por qué optaste por esta línea investigativa?
La verdad yo no opté por esta línea de investigación. Siempre fui parte del staff de patología en mi universidad, ayudaba en todo lo que podía. Me ofrecieron ayudar en esta investigación y acepté. Necesitaba pasar por todas las ramas que esta carrera ofrece para saber qué me gustaba y qué prefiero. La idea fue propuesta por la jefa de investigación, Alejandra Fernández. La idea era original y realizable, se le podía dar el enfoque odontológico a este problema más dermatológico.
¿Qué significó para ti lograr la publicación?
Me siento agradecida. Todo esto fue por un trabajo de equipo y en especial la jefa de investigación. Investigación es una rama tan estructurada y bonita de la ciencia, requiere mucho esfuerzo, contactos, ser tu propia manager, etc. Hicimos un aporte al mundo científico, lo cual es difícil de procesar, se siente tan bien aportar con algo, ayudar a crear o darle forma a una línea investigativa de un tema. Y personalmente, saber que algo tuyo, o de lo que formaste parte tiene su propio DOI (un artículo en revista electrónica), es inexplicablemente genial, por lo menos para mi. Ahora puedo decir “tengo un DOI”.
¿Cuáles son los desafíos que tienes es lo profesional? ¿En qué estás hoy y qué se viene a futuro?
Hoy, estoy trabajando en dos clínicas particulares como odontóloga general. Mi desafío es sentirme cada día más segura de mi trabajo, mis diagnósticos y mi trato a mis pacientes, creo que en ese ámbito uno nunca puede dejar de crecer. Este año fue muy bueno en el sector académico, terminé unos diplomados, se publicó la investigación en la cual trabajamos casi año y medio con mi grupo. Ahora solo quiero juntar mis puntos para postular a la especialidad de Ortodoncia, creo que de todas las especialidades de odontología, ortodoncia es la más bonita de todas. Personalmente, solo quiero viajar, espero que la pandemia pronto acabe para poder realizar este deseo, es lo que más quiero.