Científica chilena valoriza algas que producen mareas verdes y las convierte en alimentación sana y cuidado de la piel
En la Universidad de Vigo, la Dra. Loretto Contreras Porcia, académica de U. Andrés Bello, desarrolla una investigación que será clave para el buen uso de una especie de Ulva que suele afectar a la costa de Algarrobo.
La científica chilena Dra. Loretto Contreras Porcia, desde hace dos años, está trabajando en una investigación cuya protagonista es un alga registrada en Chile por el Instituto Milenio SECOS, el cual ella integra, y el Laboratorio de Ecología y Biología Molecular en Algas (LEBMA) de Universidad Andrés Bello, el que además dirige.
Actualmente, la también académica de la Facultad de Ciencias de la Vida de UNAB, se encuentra en la Universidad de Vigo, desarrollando distintas pruebas con el objetivo de finalizar los trabajos que confirmarán los beneficios de esta alga -una especie de Ulva de la zona de Algarrobo, denominada Ulva stenophylloides, que sólo se había registrado antes en Australia y Nueva Zelanda- para el cuidado de la piel a través de aceites o bloqueadores solares, y también para nuestra alimentación, ya sea en forma de harina o como condimento.
Loretto Contreras decidió continuar esta tarea -en la cual también han participado, en distintas etapas, los estudiantes de Biología Marina UNAB, Javiera Mutizábal y Benjamín Pinilla, y la alumna del doctorado de Biotecnología UNAB, Fernanda Toro- en el norte de España, a fin de aprovechar el año sabático que le había concedido la universidad por su destacado aporte investigativo, haciendo lo que más le gusta, y en un ámbito internacional que le permitiera observar nuevas formas de trabajar. Al respecto, comenta que “la Universidad de Vigo concentra líneas y un centro de investigación basados en el uso de la biomasa de algas de manera sustentable. Por lo tanto, en este tiempo académico, me he centrado en conocer algunos procesos diferentes de los que estaba acostumbrada”.
¿Cuál es el mayor valor del trabajo que estás realizando en España?
Además de la producción de los polímeros extraídos de un alga para usos nutricionales y del cuidado de la piel, lo que esta investigación hace es valorizarla, por cuanto hasta ahora sólo ha sido sinónimo de “mareas verdes” en la costa de la zona central de Chile, las que traen como consecuencia problemas a nivel turístico, ecológico, social y de gestión. En ese sentido, también lo veo como un aporte a mi país.
A nivel de desarrollo profesional, varios deben ser los beneficios, también.
Por cierto. La colaboración académica con instituciones de otros países, y el conocer tecnología de punta, son aspectos fundamentales, y en lo particular, co-construir en el desarrollo de la ficología aplicada, que es el área en que me he especializado. Esto da un salto mayor de calidad a la investigación que, en el caso específico de las algas chilenas, me permitirá aportar para la generación de nuevos y beneficiosos productos.
Debe ser un gran aliciente el saber que a través del trabajo científico que se desarrolla, se contribuye a darle valor, a nivel de salud y alimentación, a algo que antes sólo significaba problemas de distintos tipos.
Sí, es positivo ser parte de la ciencia chilena que, actualmente, crece en este ámbito, y es capaz de revertir lo que, en lo específico, ocurre con estas algas. En ese contexto, y gracias a la colaboración con diversos investigadores e investigadoras también seguimos avanzando en el ámbito de la taxonomía, de la ecofisiología, y de la contaminación marina, como también en la obtención de compuestos con beneficios para la salud humana y la generación de biomateriales.
Son tareas silenciosas pero relevantes.
Así es. Al respecto, en los últimos cinco años la ficología en el mundo está dando un gran paso al conocimiento de las algas como alimento, y en aquellas moléculas que contribuyen a una buena salud, y Chile, aunque crece lentamente en este aspecto, tiene mucho que decir, lo que de seguro será posible gracias al aporte de los ficólogos que nuestro país está formando.
¿Es suficiente con la formación de científicos?
Eso es relevante, pero también lo es la colaboración en investigación, pues eso nos ayudará a crecer como país y permitirá el avance multidisciplinar, que es lo que la ciencia aplicada requiere. También es importante la relación con las entidades gubernamentales locales para gestionar el uso de las algas y su proyección comercial. Es por esto que nuestro trabajo ha estado en directa comunicación con los pescadores de la zona y la Municipalidad de Algarrobo, entre otras instituciones y organizaciones.