La Tercera | Más participación de mujeres en nuestras ciudades
Beatriz Mella, directora del Centro de Investigación Urbana para el Desarrollo, el Hábitat y la Descentralización (CIUDHAD) de la Universidad Andrés Bello comparte en esta edición de La Tercera la importancia del rol de las mujeres en el desarrollo de la ciudad.
Existe en la actualidad un relativo consenso respecto a la necesidad de aumentar los ingresos y la participación de la mujer en el mercado laboral para disminuir las brechas de inequidad de género.
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 2021 destaca que las actuales brechas de género laborales y educativas podrían reducir en un 14% el PIB per cápita de Latinoamérica en las próximas tres décadas.
Por otra parte, se ha diagnosticado que aumentar los ingresos y la participación de las mujeres tiene en el mediano y largo plazo efectos en temas tan profundos y complejos como la crisis social, el cambio climático o la crisis alimentaria. ¿Cómo abordar entonces dimensiones de la participación en la planificación de nuestras ciudades, más allá de la dimensión económica, que resulta clave para estos temas? En cuanto a los desafíos del cambio climático y la crisis alimentaria, por ejemplo, las mujeres son clave para avanzar hacia energías renovables, promover una agricultura sostenible y gestionar mejor los recursos naturales. Diversos estudios señalan que las mujeres tienen un rol importante en liderar iniciativas comunitarias que promuevan seguridad alimentaria.
Aumentar la tenencia de la tierra y aumentar las políticas orientadas a la gestión, acceso a recursos y participación de las comunidades son fundamentales para avanzar hacia una transición sostenible. En segundo lugar, la participación de las mujeres puede contribuir a reducir la violencia e inseguridad en nuestras ciudades. Estudios destacan la importancia de involucrar a mujeres en la toma de decisiones, ya que permite identificar y abordar mejor las necesidades específicas de seguridad ciudadana. La participación debe existir en cada uno de los procesos de diagnóstico, diseño, implementación, y evaluación de las políticas y programas urbanos. Finalmente, la participación de las mujeres contribuye en la generación de mejores barrios y mejores ciudades.
En este sentido, el acceso a servicios y equipamientos, la mixtura de usos de cuidado y servicios sociales, iluminación y señalización adecuada para favorecer la caminata, espacios visibles y abiertos que eviten zonas inseguras, pavimentos sin obstáculos para transitar con coches y personas con movilidad reducida, son algunos de los aspectos que deben considerarse en el mejoramiento urbano de barrios y calles. Todo esto es relevante para fomentar la participación activa de mujeres, adolescentes y niñas, y la buena noticia es que facilita también la participación de hombres y adultos mayores en sus cotidianeidades. Así, la participación de la mujer en la ciudad fomenta la participación de todas y todos.