La Segunda | Columna de opinión: Una reforma para el presente

El país discute en el Congreso la reforma de pensiones que promueve el Gobierno. Para distintos sectores políticos, tanto del oficialismo como de oposición, se trata de una urgencia, un ajuste que no puede esperar.

En esta discusión, se plantea que siguen existiendo diferencias, matices, incluso concepciones ideológicas disímiles. Pero más allá de esto, hay quienes proponen complementar las miradas.

Una de esas voces es la del profesor Benjamín Villena, investigador del Instituto de Políticas Económicas de la Facultad de Economía y Negocios de la UNAB.

¿Qué es lo que propone Villena? Veamos.

Lo que dice es que el foco está puesto en la misma dirección que hace una década y que, atendidas las circunstancias, es conveniente revisar otros aspectos, sobre todo cuando de por medio existe la Pensión Garantizada Universal (PGU) y los retiros de los fondos previsionales que se materializaron durante la pandemia.

Villena argumenta que, si bien la PGU ha sido un avance significativo para garantizar una pensión a quienes trabajaron con bajos salarios o tuvieron carreras laborales intermitentes, debemos considerar que, al asegurar un ingreso base a los jubilados, la PGU ha reducido el incentivo a cotizar, especialmente para aquellos trabajadores con menores ingresos.

Junto con esto, agrega otro elemento; a saber, la informalidad.

«Para quienes trabajan informalmente, personas habitualmente de bajos ingresos, el aumento de las cotizaciones discutido es simplemente irrelevante.  Mientras la informalidad siga siendo tan extendida, el intento por mejorar las pensiones ayudará principalmente a los grupos de altos ingresos, exactamente donde no es primordial. En un trabajo ampliamente ignorado, pese a estar publicado en el prestigioso International Economic Review en 2015, el economista del Banco Mundial, Clement Joubert, plantea que una reducción de las cotizaciones en Chile podría elevar los recursos para fondos previsionales por la vía de una mayor formalización y tributación asociadas. Por tanto, elevar las cotizaciones implicaría ahorrar o repartir una tajada más grande de una torta bastante más pequeña. Una idea para sopesar, sin duda. La historia económica está llena de ejemplos en que “sale el tiro por la culata” con medidas que nos alejan de las metas originalmente consideradas. Cualquier reforma debe implementarse con gradualidad y promoviendo evaluaciones periódicas formales para revisar si generan el impacto buscado», dice.

Es por ello que, desde su mirada, la reforma debe contener varios elementos, de manera tal de no resolver un problema que se tenía hace diez años sin considerar las condiciones actuales.

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