Investigador del ITiSB UNAB, David Araya, aborda en profundidad los desafíos que plantea la Inteligencia Artificial
En el último tiempo la Inteligencia Artificial dejó de ser ciencia ficción para convertirse en realidad. Frente a esto, existen diversas preocupaciones éticas en torno a su rápido avance, así como en materia de neurociencia. Estas líneas de investigación son abarcadas por el investigador del Instituto de Tecnología para la Innovación y Bienestar UNAB, Dr. David Araya.
David Araya, ingeniero, Ph. D en Biofísica y Biología Computacional e investigador del ITiSB de la Universidad Andrés Bello, desarrolla diversos trabajos orientados a disciplinas de interés para el país. Actualmente, su enfoque principal se ha centrado en torno al estudio de la Inteligencia Artificial, sus alcances y desafíos, considerando la neurociencia computacional, sus aplicaciones en el área de salud, los neuromarcadores basados en la dinámica cerebral y el análisis de patrones de comportamiento.
¿La Inteligencia Artificial es una herramienta o una especie de muleta para los usuarios?
Lo que nosotros llamamos IA es un paraguas tan grande que ambas opciones pueden darse de forma simultánea. Hoy en día, que la Inteligencia Artificial sea una herramienta útil no cabe duda alguna, por ejemplo, en los avances de la salud dentro del apoyo en el diagnóstico, análisis y generación de imágenes. De la misma manera, en los autos autónomos que manejan sin conductor, entre otras infinitas aplicaciones. Lo interesante es más bien preguntarse si hoy la IA podría ser considerada una muleta, en el sentido que podría crear una dependencia que finalmente lleve a una disminución de nuestras capacidades cognitivas. Considero que aún no hemos llegado a esta situación, aunque sí podría darse en el futuro.
¿Qué sucede cuando delegamos nuestros procesos cognitivos a las máquinas?
En este sentido, me apoyaré en una de las leyes fundamentales que nos ayudan a entender cómo funciona el cerebro, la llamada ley de Hebb, que, en forma muy simple, nos dice que entre más se conecten dos neuronas, se les hará más fácil conectarse en el futuro. Lo fascinante es que prácticamente en todos los algoritmos de IA de aprendizaje de máquina, se pueden ver nociones de esta regla, desde un algoritmo no supervisado de clustering hasta algunos más complejos como redes neuronales artificiales. Sin embargo, esta ley también aplica en sentido inverso, es decir, si dejamos de conectar dos neuronas cada vez será más difícil conectarlas hasta el punto en que ya no se conectarán más. Así, justamente está idea es la que respalda la aseveración de que la IA reemplaza funcionalidades, las conexiones del cerebro que son requeridas para ejecutar esta funcionalidad se irán desconectando paulatinamente. Pese a ello, no hay que verlo como algo malo o una desventaja, es simplemente parte de la adaptación. A pesar de esto, considero que aún estamos lejos de delegar por completo una funcionalidad o habilidad hablar de la desaparición de esa capacidad, más bien, me referiría a que las conexiones neurales se transforman debido a que la funcionalidad se realiza de otra forma.
¿Crees que con la IA perderemos habilidades o desarrollaremos otras?
Nos encontramos muy lejos de que la IA pueda hacerse cargo por completo de alguna habilidad o funcionalidad. Hoy lo que está ocurriendo es que estamos transformando habilidades y no solamente con ella, sino cada vez que nos apoyamos en una máquina. Un ejemplo que se me viene a la mente, es pensar en nuestros padres y en su gran capacidad para recordar calles, rutas específicas o puntos de referencias puesto que no tenían el apoyo de las aplicaciones como Google Maps. Hoy en día, muchos de nosotros no tenemos esta habilidad y si nos dejaran sin la posibilidad de usar este tipo de aplicación tendríamos muchas dificultades. Sin embargo, hemos desarrollado habilidades asociadas al manejo de mapas digitales y navegación asistida por GPS. En el caso de la Inteligencia Artificial generativa, como, por ejemplo, ChaGTP que está de moda, probablemente podremos apoyarnos en ella para corregir la gramática, mejorar el estilo, completar ideas y hasta sugerir formas de expresar conceptos, pero en la formulación de las ideas principales, directrices, estructura del texto y pensamiento crítico seguiremos siendo vitales.
Avance de la Inteligencia Artificial
Finalmente, el ordenador que cada uno de nosotros posee en el interior del cerebro es un prodigio no igualado por la tecnología y sus distintos avances. Por su parte, tal como señaló el Dr.David Araya, investigador del Instituto de Tecnología para la Innovación en Salud y Bienestar UNAB, la Inteligencia Artificial proporciona herramientas que le ofrecen al mundo posibilidades infinitas, que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas en la sociedad.
Escrito por Magaly Acosta