Indie chileno: Las letras que anticiparon el estallido social dan forma al libro “La calle estalla”
El texto de Arturo Figueroa se presentará este 28 de mayo en la sede Concepción UNAB. El autor analizará en esta cita cómo la música pudo dar señales de un momento que marcaría un quiebre en la política nacional.
Músicos como Javiera Mena, Álex Anwandter, Gepe y Camila Moreno son parte del análisis de «La calle estalla: Comunicación de lo Político en Canciones de Músicos Chilenos
Independientes (2005-2018)», el libro de Arturo Figueroa Bustos que este 28 de mayo, a las 16 horas, se presentará en la sede Concepción de la Universidad Andrés Bello.
Se trata de una investigación publicada por RIL Editores, en que el autor se sumerge en el mundo de la música indie chilena, explorando cómo los músicos de este género se relacionan con el entorno previo al estallido social de octubre de 2019.
En total 96 canciones de diecinueve músicos dan vida a este análisis textual y semiótico-musical. El ejercicio, que surge de una investigación doctoral, reveló una quincena de dimensiones relacionadas con lo político y filtra entre sus líneas los sentimientos de perplejidad, frustración y descontento que marcaron un quiebre a nivel nacional.
El evento contará con un conversatorio entre el director de la carrera de Publicidad de UNAB, Yusef Hadi, quien actuará como moderador, y el autor del libro, Arturo Figueroa-Bustos. Durante este encuentro, en el estudio del Campus Creativo, se discutirá la evolución de la música indie chilena y su conexión con lo contingente, social y político, temáticas fundamentales abordadas en «La Calle Estalla».
Previo a la cita y anticipando lo que será este encuentro Figueroa reflexiona sobre el papel de la música en la movilización social y el cambio político en Chile: «La música está intrínsecamente relacionada con su tiempo, incluso si no hay intenciones deliberadas de vincularse. A veces, parece haber algo anticipatorio en la música, como si anunciara lo que vendrá».
La calle estalla: música y política
Para el autor, la expresión está muy ligada al género musical que cada músico elige, pues estos tienen códigos internos y de representación que de algún modo definen más o menos cómo va a ser esa comunicación. Una canción política punk, hip hop, folk o metal tiene de por sí modos diferenciados, no solo en lo musical, sino que también en las temáticas, en el tono, en las palabras a usar. El indie, en ese sentido, es más fragmentado, latente y personal.
La música está intrínsecamente relacionada con su tiempo, incluso si no hay intenciones deliberadas de vincularse. A veces, parece haber algo anticipatorio en la música, como si anunciara lo que vendrá.
Consultado sobre otras tendencias como la música urbana, el periodista ve en ella también un componente discursivo al que atender. “Le habla a una generación particular y, probablemente, a personas de un origen y un estrato socioeconómico particular, que por cierto es muy masivo y popular. También aquello se liga con la política identitaria: me importa mi entorno, de dónde vengo, los problemas que hay en mis barrios, villas, poblaciones, esa es mi causa. Es curioso cómo eso se cruza con el modelo socioeconómico hegemónico, esa compulsión aspiracional por tener ciertos objetos materiales que son símbolo de estatus, y al mismo tiempo con una expansión de los límites de la sexualidad, rechazando en ese plano al conservadurismo y los tabúes”.