Experto español analiza alarmantes cifras: Más del 50% de los que pierden la vida por ahogamiento son menores de 25 años
Aprovechando una estancia doctoral en las carreras de Entrenador Deportivo y Educación Física, y en el Instituto del Deporte y Bienestar de la U. Andrés Bello, el experto español Pelayo Diez Fernández realizó una evaluación del panorama de la accidentabilidad que provocan los espacios acuáticos.
Chile tiene más de 900 playas en una costa de más de 7.000 km de longitud. Además, existen aproximadamente 6.900 km2 de lagos y cerca de 3.700 km de ríos y un gran número de piscinas, tanto privadas como públicas. Por lo cual, disfrutar del agua, las olas y la arena invita en cada periodo estival e implica a un alto número de la población.
Sin embargo, los índices de muertes por ahogamiento, que actualmente se define como “el hecho de sufrir dificultades respiratorias como consecuencia de la sumersión o inmersión en un líquido”, se disparan en este periodo. Según datos de Organización Mundial de la Salud (OMS), las muertes causadas por ahogamientos en Chile llegaron a los 346 en 2018.
Asimismo, es una tendencia que se mantiene a lo largo de los años, por ejemplo, en los últimos 5 años, la media de muertes por ahogamiento se sitúa en entorno a las 400 personas fallecidas anualmente.
Pelayo Diez Fernández, Doctorando en Ciencias Humanas y Sociales, elaborando una Tesis Doctoral específica en Salvamento y Socorrismo por la Universidad Pontificia de Salamanca, España, se ha especializado en la problemática del ahogamiento. Aprovechando una estancia doctoral en las carreras de Entrenador Deportivo y Educación Física, y en el Instituto del Deporte y Bienestar de la U. Andrés Bello, realizó una evaluación del panorama de la accidentabilidad que provocan los espacios acuáticos.
“En muchos países falta una estandarización y organización de profesionales del área de rescate, puesto que en muchos casos con un simple curso o capacitación de unas cuantas horas o días ya es suficiente para poder contar con un puesto de trabajo, pero no es suficiente para resolver una situación real de rescate. Por ende, se terminan poniendo en riesgo a la persona a rescatar y al propio salvavidas”.
Asimismo, el experto que realizó una serie de videos sobre técnicas básicas de rescate acuático en la UNAB afirma que “falta que la población tome conciencia sobre el medio acuático, que puede ser utilizado para disfrute y recreación, pero siempre con mucha cautela”.
Respecto a las cifras de muertes ¿el índice de ahogados es superior en Chile que en España?
Los datos son muy similares, siendo un poco más elevados en España. Aproximadamente, suelen fallecer entre 400 a 600 personas todos los años, en ambos países, por ahogamiento. Sin embargo, España casi triplica la población chilena. Por lo tanto, es un gran problema para tener en cuenta en Chile y al que todos tenemos que prestarle atención para que toda la comunidad pueda disfrutar de los entornos acuáticos de manera segura.
Tras un análisis crítico ¿Qué aspectos faltan en cuanto a la preparación de profesionales y en educación de la población?
Educar y sensibilizar a la población en temas de prevención y seguridad acuática, así como concienciar sobre los riesgos que entraña el medio acuático, es clave para evitar este tipo de accidentes. Es importante, preparar a la población y que ésta sea capaz de reconocer los riesgos a los que se expone cuando acuden a disfrutar de un entorno acuático y cuáles son las consecuencias, que suelen ser fatales de no cumplir con unas medidas adecuadas de autoprotección y seguridad. Asimismo, se debe de implantar medidas de prevención entorno a los espacios acuáticos Tal y como dice la OMS en su informe sobre ahogamientos, «la prevención es vital”.
¿Qué puede ayudar, entonces?
Una medida que podría ayudar sería que los profesores, tanto de edad escolar como universitaria, puedan implementar programas de enseñar a nadar o relacionados con la prevención, seguridad acuática, el rescate y los primeros auxilios para educar a la población frente a este problema. La educación es el arma más poderosa de la que se dispone para reducir el número de ahogamiento, pero para ello hay que implicar a todos los sectores de la población: desde los propios salvavidas que se encargan de la seguridad en las piscinas o playas, pasando por los medios de comunicación como principales difusores de información, hasta los gobernantes, creando un plan nacional de ahogamientos e invirtiendo recursos para poder reducir estos accidentes.
¿Y qué piensa del rol del salvavidas?
El salvavidas tiene que ser un referente en su puesto de trabajo y ser respetado por todos los implicados. Para formar a estos profesionales, se debe llevar a cabo una formación de calidad y profesional, con buenos profesores que enseñen contenidos actualizados y adecuados al contexto en el que se va a desarrollar la actividad profesional. Así como concienciar a los futuros responsables del medio acuático de la importancia que tiene desarrollar el trabajo de una manera correcta. En el fondo, están trabajando con personas y hacerles ver que si comenten un error, podemos estar hablando de una persona fallecida y eso no puede suceder por un error del equipo de salvavidas.
¿Cuáles son los errores que cometen con mayor frecuencia en un episodio de ahogamiento?
Los errores más comunes que se cometen y desencadenan un proceso de ahogamiento es la falta de vigilancia por parte de los padres, madres o responsables, sobre los menores cerca de un entorno acuático. Más de la mitad de las defunciones por ahogamiento son menores de 25 años. Además, el ahogamiento se sitúa entre las 5 principales causas de muerte en niños menores de 14 años, siendo predominante en hombres. El proceso de ahogamiento puede durar escasos segundos y se puede producir en cualquier entorno acuático. Es muy importante que la vigilancia en estos entornos sea constante y cercana para poder prestar ayuda, en caso de que sea necesario, lo antes posible. Por eso, hay que sensibilizar a la población y concienciar de la importancia que tiene vigilar de cerca a los niños para evitar ahogamientos.
Estrategias eficaces para reducir el riesgo y el número de ahogamientos
-Bañarse en zonas vigiladas y respetar las medidas llevadas a cabo por los servicios de salvavidas.-Vigilancia estrecha sobre los menores, en especial en niños pequeños.
-Instalar barreras físicas entre las personas y las masas de agua, especialmente en las piscinas privadas, porque muchos de estos accidentes ocurren en el hogar. La OMS nos dice que aproximadamente el 75% de las muertes por ahogamiento de niños pequeños suceden en piscinas privadas y se podrían evitar simplemente con una barrera que rodee la piscina.
-Impartir en la escuela, asociado a una asignatura, conocimientos sobre natación y seguridad acuática.