Estudiantes UNAB ganaron el 3er lugar en Concurso CAP de Arquitectura con investigación del impacto ambiental en zonas de sacrificio
Los estudiantes de la carrera Arquitectura de la U. Andrés Bello, Sede Viña del Mar, presentaron un proyecto enfocado en la investigación del impacto ambiental en zonas de sacrificio, centrado en el estudio de algas y la fitorremediación.
El Concurso CAP en su versión XXXVIII premió con el tercer lugar al proyecto “Centro Ambiental Flotante”, de los estudiantes de la carrera de Arquitectura de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Sede Viña del Mar.
El equipo ganador, conformado por Diego Cobs, Julio Zamora y Fernando Aro, contaron con la guía del profesor Diego Lacazette.
En esta edición participaron más de 90 proyectos estudiantiles, provenientes de 16 escuelas de arquitectura nacionales, quienes diseñaron edificios y su entorno inmediato en sectores costeros del país con una mirada innovadora.
El objetivo es adaptarse a las necesidades del lugar, dando prioridad a la sostenibilidad ambiental y eficiencia energética, según el programa “Acción por el Clima”, de las Naciones Unidas.
Parte del objetivo de este programa anual de concursos es promover e incentivar el uso del acero como material, al mismo tiempo de descubrir su potencial y múltiples usos en los distintos espacios de las personas.
Sobre el proyecto
La iniciativa “Centro Ambiental Flotante”, está orientada a la investigación del impacto ambiental en el océano en zonas de sacrificio, en este caso la Bahía de Coronel, en la región del Biobío, localidad con un pasado industrial, que aún repercute en su habitantes.
El proyecto contempla la implementación de una plataforma flotante en movimiento, equipada con laboratorios enfocados en el estudio de algas y en la fitorremediación. Además, este modelo que puede ser replicado en otras zonas de sacrificio costeras.
Este proyecto se originó tras investigar sobre la bahía de Coronel, en donde los alumnos descubrieron la falta de actualización en los estudios sobre contaminación de la zona. “Esto nos llevó a proponer un centro de investigación ambiental con laboratorios, oficinas y auditorios.”, comentó Diego Cobs.
Nos inspiramos en las estructuras utilizadas por la industria pesquera, como los pontones pesqueros y las salmoneras, que han impactado significativamente el ecosistema. Adoptamos la misma estrategia constructiva de un pontón pesquero y reutilizamos, o fabricamos, salmoneras para el cultivo de algas, que serán estudiadas posteriormente en el centro.
Por su parte, Julio Zamora, reconoció que el desarrollo de esta tarea resultó motivante, a pesar de las dificultades que se presentaron en el trayecto. “Se trabajó mucho y se vieron los resultados. Más allá del lugar que sacamos, nos dimos cuenta de que como grupo de trabajo somos bastante buenos. Así que con esta experiencia más que feliz y nos insta a seguir motivándonos a participar en más concursos”, concluyó el alumno.
El profesor que lideró al equipo de estudiantes, Diego Lacazette, quiso destacar que esta instancia fue el momento oportuno para que los alumnos pongan en práctica sus “habilidades proyectuales”, a su vez, que aplican los conocimientos adquiridos en clases.
“Los estudiantes se lo toman como un juego. Una competencia, con ellos mismos, que les obliga a sacar lo mejor. Eso en una instancia académica convencional a veces cuesta inculcarlo, pues el proyectar puede llegar a sentirse como una «obligación». En este tipo de instancias los chicos tienen que si o si volverse disciplinados y practicar esa disciplina no como una imposición que alguien les carga desde afuera, sino como la vía para poder desarrollar su potencial creativo”, concluyó Lacazette.