Estudiantes buscan evitar conductas que normalicen la violencia contra la mujer
Estudiantes de cuarto año de la Escuela de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello, realizaron el proyecto denominado “TO.DXS UNIDXS”, que consistió en una serie de conversatorios que abordó la Violencia Contra la Mujer (VCM), una problemática bastante atingente y que tuvo un incremento significativo durante la pandemia.
Junto con la pandemia, a nivel mundial se insertó en la nueva cotidianidad la modalidad online, donde muchos trabajos y estudios que nunca antes se pensaron que se podían realizar desde la distancia dieron un vuelco abriéndose paso a esta innovadora versión.
Acorde a la contingencia, la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello, sede Santiago, implementó en su enseñanza la modalidad online, situación oportuna para que los estudiantes lograran continuar en contacto con usuarios, llevando a cabo prácticas y proyectos sociales en esta nueva modalidad.
Estudiantes de cuarto año de esta carrera – en la asignatura de “Taller Integrado de Gestión– tuvieron que realizar un proyecto con factibilidad en esta nueva normalidad. Uno de los proyectos que se generó fue “TO.DXS UNIDXS”, que consistió en una serie de conversatorios realizados por las estudiantes Lorena Calderón, Catalina Fuenzalida, Javiera Guzmán, Diana Olivos y Catherine Sapiain.
La importancia de este proyecto radica en abordar la Violencia Contra la Mujer (VCM), una problemática bastante atingente que se ha producido en el transcurso de las diferentes generaciones, viendo un incremento significativo durante la pandemia.
“Esto surge en base a la necesidad de concientizar, visibilizar, problematizar y reflexionar en torno a la Violencia Contra la Mujer (VCM), en donde en cada conversatorio se abordaron diversos temas. Se buscó evitar conductas que normalizan la violencia contra la mujer, de manera que los participantes sean capaces de identificar situaciones de VCM en la vida cotidiana, con el fin de intervenir y evitar que estas situaciones se sigan replicando, además de promover la empatía, sororidad y el empoderamiento”, comentaron las ejecutoras del proyecto.
Las futuras terapeutas ocupacionales detallaron que “este trabajo fue dirigido principalmente a jóvenes, tanto mujeres como hombres, entre 19 y 23 años, donde se fueron conversando problemas centrales como la violencia instaurada desde la niñez, a través de los roles de género, los cuales se se expresan cotidianamente por cuidadores de los niños y niñas. También lo mediático fue tema de conversación cuya publicidad masificada va generando relaciones de poder e instaurando y normalizando situaciones de violencia que se perpetúan en el tiempo y se siguen traspasando a otras generaciones”.
Se realizaron seis sesiones, donde a modo de introducción el proyecto describió los diferentes tipos de violencia existentes, tales como la verbal, física, económica, psicológica y sexual, posterior a esto se informó sobre la legislación actual, presentando posibles soluciones. De esta forma, “se genera una concientización macro, de que violencia no es sólo agresión física, considerando la importancia de la participación hablada para generar retroalimentaciones en conjunto”, subrayó Lorena Calderón, una de las integrantes del equipo.
Su compañera Catalina Fuenzalida agregó que “se logró discutir, visibilizar y concientizar sobre la violencia hacia la mujer; se logró generar participación y diálogo constante entre los asistentes al taller”.
Asimismo, se entregó información sobre datos de violencia hacia la mujer que los participantes no conocían, por lo cual expresaron su agradecimiento respecto a esos temas.
Javiera Guzmán complementó que, además, “se dieron a conocer las organizaciones que existen en apoyo y resguardo de este tema, se habló de las convenciones y declaraciones en las que Chile está adscrito. Se expresó que gracias a este conversatorio, hoy en día pueden visibilizar situaciones que antes no veían o normalizaban”.
Otras de las integrantes de este proyecto, Diana Olivos, argumentó que en caso de que se vean enfrentados a una situación de violencia, los asistentes podrían abordarlo de una manera diferente, “deteniendo o previniendo estas, de igual forma intentar hacer un cambio partiendo por ellos mismos y entregando herramientas en las personas que los rodean como familiares y amigos, para que así dejen de replicar actos de violencia contra la mujer”.
Finalmente, Catherine Sapiain confirmó que la idea a futuro “es seguir entregando estrategias y facilitando herramientas para deconstruir la cultura patriarcal, en beneficio de que estos actos se erradiquen. Los participantes afirmaron una vez terminado el proyecto ser capaces de reconocer situaciones de vulnerabilidad o violencia contra la mujer, para evitar en ellos la reproducción de actos violentos hacia mujeres y de igual manera concientizar en minimizar la violencia de género, y de igual manera fueron capaces de reconocer que ningún tipo de violencia es bueno”.
Finalmente, cabe consignar que tras finalizar este proyecto se generó un grupo de whatsapp, el cual se encuentra disponible para cualquier tipo de apoyo y contactos futuros a petición de los participantes.