El Sur | Cómo manejar la ansiedad ante la rendición de la PAES y el ingreso a la educación superior
La psicóloga UNAB María Jose Millán entrega recomendaciones para mitigar el estrés que se presenta ante estos desafíos. Preparación, apoyo familiar y ayuda profesional pueden ser un aporte en este periodo tan importante de la vida de los jóvenes.
Rendir la PAES e ingresar a la educación superior supone un verdadero momento de inflexión en la vida.
Las determinaciones que se deben tomar pueden volverse estresantes, en especial a la corta edad en la que se afronta.
Es por eso que saber manejar la ansiedad que eventualmente se genera en este punto es de suma importancia para elegir las opciones más acertadas para cada uno.
La PAES y la ansiedad
María José Millán, psicóloga y académica de la Universidad Andrés Bello (UNAB) sede Concepción, explicó que los días previos a rendir la prueba para ingresar a la educación superior se sienten muchas veces como una “montaña rusa”, entre el entusiasmo, la presión y el miedo.
 ingresar a la educación superior se sienten muchas veces como una “montaña rusa”, entre el entusiasmo, la presión y el miedo.
“Es importante recordar que la ansiedad es la forma en que el cuerpo se prepara para un desafío. Lo clave es aprender a que no nos paralice”, dijo.
En este sentido, la planificación es una gran aliada. Tener horarios definidos para estudiar, descansar y distraerse ayuda a mantener equilibrio.
“Es preferible estudiar menos horas enfocados, que extender jornadas agotadoras que terminan con la sensación de ‘no avancé nada’. Incluir pausas activas, caminatas o ejercicios de respiración profunda también es efectivo”, agregó.
Asimismo, tener pequeñas reuniones con amigos ayuda a disminuir la tensión física y mental”, afirmó la profesional.
Consejos
Millán aconseja mantener una rutina de autocuidado: dormir al menos siete horas, alimentarse adecuadamente, hidratarse y evitar el exceso de cafeína o pantallas antes de dormir.
También sirve practicar respiración diafragmática (inhalar profundo, retener unos segundos y exhalar lento) para enviar al cuerpo la señal de que está a salvo.
A lo anterior agregó preparar con anticipación los materiales del examen, evitar estudiar la noche anterior, escuchar música relajante o meditar antes de dormir, repetirse frases amables como “he hecho lo que puedo, y eso está bien” y visualizar el examen como una oportunidad, no como una amenaza.
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