El Mostrador | ¿La exposición a dispositivos digitales empeora la salud mental en niños, niñas y adolescentes?
Desde una edad temprana, un número cada vez mayor de infantes se ven expuestos a pantallas y dispositivos digitales. Es por esto, que Rodrigo Cornejo, director de la Escuela de Psicología, UNAB Sede Viña del Mar, reflexionó en torno a las consecuencias que esto podría generar en ellos. El Mostrador, 06 de abril del 2024.
Actualmente niños, niñas y adolescentes, se encuentran envueltos en grandes dosis de estímulos visuales y auditivos, que indudablemente modifican sus capacidades de concentración, regular sus emociones y desarrollar habilidades sociales elementales. Básicamente en la era digital, los dispositivos móviles ocupan cada vez más espacios de nuestra vida cotidiana.
“No son pocos quienes apuntan a que estos aparatos se han vuelto una extensión de nosotros, empujándonos así a redefinir nuestra noción de cuerpo y de identidad. En este contexto, la formación de las nuevas generaciones se vuelve una tarea social mucho más relevante y de mayor responsabilidad probablemente que hace décadas, puesto que es innegable que las pantallas móviles han transformado la forma en que los niños interactúan con el mundo que les rodea. En esta misma línea, muchos de ellos, toman a quienes se han vuelto creadores de contenidos digitales, como auténticos referentes sociales, convirtiendo así el espacio virtual en un verdadero campo de modelado de la personalidad”, advirtió Rodrigo Cornejo, director de la Escuela de Psicología, UNAB Sede Viña del Mar.
Exposición a dispositivos
Debido a las diversas consecuencias, se ha vuelto toda una interrogante para los padres, la edad adecuada en que sus hijos pueden acceder a artículos digitales y cuanta exposición a ellos debiesen tener como límite.
“En niños de dos a cinco años es recomendable que no estén expuestos a pantallas más de una hora diaria y siempre acompañados presencialmente de un adulto que guíe el proceso de interacción. Por otro lado, si bien, no hay estudios concluyentes, la mayoría de los especialistas coinciden en que no es recomendable dar un teléfono a un niño antes de los doce años, aunque existe un mayor consenso en que los dieciséis años puede ser una buena edad. Finalmente, es esencial educar a las niñas, niños y adolescentes sobre el equilibrio entre el tiempo de pantalla y otras actividades esenciales para su desarrollo, como el juego imaginativo, la lectura y la interacción cara a cara, en el objetivo de cultivar una generación digitalmente competente y, sobre todo, responsable del cuidado de su bienestar físico y mental”, planteó el docente.
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