16 Abril 2024

El Mostrador | Haití y lo real (no) maravilloso

En columna de opinión, Fabián Andrés Pérez, académico del Departamento de Humanidades UNAB, Sede Viña del Mar, reflexionó frente a las problemáticas que hoy en día afectan a Haití. El Mostrador, 12 de abril del 2024.

La historia del país caribeño Haití, se remonta desde la revuelta de esclavos que desembocó en su independencia de Francia en 1804, hasta el siglo XXI. Posteriormente, su acaecer ha estado teñido por la inestabilidad económica y el constante temor a la invasión. Desde allí, se ha visto afectado por diferentes crisis que lo han llevado hasta su estado actual.

“Además, otros factores incidentes giran en torno al cíclico desplazamiento forzado de ciudadanos, el conflicto civil fratricida como solución a problemas persistentes. Junto a ello, la tentación autoritaria, fortalecida a la sombra y beneplácito de las potencias de turno y el vudú, como una vía hacia la esquiva estabilidad. La crisis política y de seguridad que ha estallado en las últimas semanas, no se puede comprender si antes se tienen en cuenta los factores ya mencionados. Las condiciones de estos grupos son críticas: precariedad alimentaria y problemas de higiene y salubridad. Sumado a la exposición a la violencia y captura por parte de bandas criminales que operan en todo el país. Estas, con una estructura organizacional vertical, tienen ciertas condiciones problemáticas a las cuales poner atención, pues sus miembros tienen preparación militar o policial. Es decir, provienen, si no del centro mismo de las instituciones de orden, de los lindes del Estado”, explicó Fabián Andrés Pérez, académico del Departamento de Humanidades de la Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar.

Consecuencias

En este sentido, la Organización Internacional para las Migraciones estima que el número de desplazados, a la primera semana de abril, es de trescientos mil. De ellos, cien mil son internos. Además, al menos hasta marzo, ha habido más de doce mil retornos forzados por países vecinos.

Finalmente, el docente manifestó que “la preocupación de la comunidad internacional parece estar enfocada en el impacto migratorio, la violación fronteriza y sus efectos. En el último tiempo se ha visto un endurecimiento, masificación y aceptación del discurso antiinmigrante. El verdadero problema de Haití es el no atacar la raíz: la inestabilidad del Estado. Partiendo por la eliminación de pandillas, detectando su infiltración institucional y la comunicación con otros grupos latinoamericanos. Porque el real obstáculo es la exportación de modelos criminales y para detenerlo se requiere cooperación internacional efectiva, más allá de discursos y retóricas de lástima. Eso es lo real y lo no maravilloso”.

Visite la columna de opinión completa publicada en El Mostrador, 12 de abril del 2024.