01 Agosto 2024

El Mostrador | Día Mundial de la Alegría: ¿Cómo podemos incorporar la alegría en nuestras vidas?

En el Día Mundial de la Alegría, Miriam Pardo, académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, reflexionó en torno al tema. El Mostrador, 01 de agosto del 2024.

En términos generales, la alegría es definida como un sentimiento placentero que se puede acompañar con expresiones físicas, tales como gestos, así como con acciones y palabras que dan cuenta de este sentir. Sin embargo, es importante distinguir que la alegría se trata de una emoción acompañada de sensaciones agradables.

“Un grupo de hormonas y de neurotransmisores propician felicidad. La liberación de dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas, brindan bienestar emocional y físico. Las investigaciones han demostrado que para propiciarlas podemos hacer ejercicio físico, intercambiar cariño, como es el caso de abrazar, compartir con personas que nos agradan y buscar instancias gratificantes”, indicó Miriam Pardo, académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar.

La alegría en el día a día de las personas

En esta materia, la Organización Mundial de la Salud señaló que Chile tiene un elevado índice de deterioro en la salud mental, siendo la depresión uno de los trastornos más recurrentes en la población.

“Esto nos aleja de sentimientos alegres tendientes a generar lazos sociales más sanos y reconfortantes. Por otra parte, la tendencia al aislamiento, a centrarse en tecnologías como es el caso de estar sumidos en la pantalla del teléfono celular sin mirar al semejante, nos transforma en una sociedad ensimismada en la cual se producen fallas importantes en la calidad de los vínculos que establecemos, restándonos a la posibilidad de sorprendernos. Para lograr la confianza entre nosotros, necesitamos escucharnos, no agredirnos ni activa ni pasivamente, respetarnos en nuestras diferencias, intercambiar un abrazo, una palabra de aliento, momentos de socialización con la intención de conversar y apoyarnos. Si pudiéramos lograr lo anterior, tendríamos menos violencia física, psicológica, económica, sexual, social, comunitaria, familiar, de género”, concluyó la experta.

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