El Mercurio de Valparaíso | Insuficiente cobertura de planteles Junji afecta desarrollo de los niños y empleo de las madres
Paulina Aceituno, directora de la carrera de Educación Parvularia de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, examinó los retos que presenta actualmente la cobertura de establecimientos Junji a nivel nacional. El Mercurio de Valparaíso, 17 de julio del 2024.
De las 12.704 familias de mayor vulnerabilidad que postularon a establecimientos de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) en el proceso de admisión 2024 de la Región de Valparaíso, un total de 3.515 quedaron en lista de espera. En este sentido, es importante señalar que el objetivo de los jardines infantiles Red Junji es entregar educación parvularia de calidad y bienestar integral, priorizando a las familias con mayor vulnerabilidad socioeconómica.
Dentro de la zona se contemplan doscientos noventa y ocho centros Junji, en donde se atiende a un total de 16.771 párvulos, 5.886 de nivel sala cuna y 10.885 niveles medio. Frente a este asunto, “el déficit de cobertura afecta el desarrollo de los menores que quedan sin sala cuna o jardín en el periodo de más rápido crecimiento y transformación de su ciclo vital, en términos de maduración del cuerpo y sistema nervioso, movilidad creciente, capacidad de comunicación y aptitudes intelectuales”, planteó Paulina Aceituno, directora de la carrera de Educación Parvularia de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar.
Principales retos por enfrentar de los planteles Junji
Teniendo en consideración la crucial relevancia que tiene esta problemática en el desarrollo infantil, la docente destacó que “la cobertura privada responde a un porcentaje muy limitado, ya que, con posterioridad a la pandemia, muchas de estas instituciones debieron cerrar por no tener una cantidad de matrículas que les permitiera sostener los gastos que implica impartir educación inicial, cumpliendo los estándares de calidad adecuados”.
Finalmente, la experta determinó que “la valoración de la educación inicial es una tarea pendiente y uno de esos efectos es que se priorice el empleo femenino y se centre la discusión en ese aspecto, olvidando lo que significa para los niños y niñas, un programa pensando desde la cobertura exclusiva, y se dirija el foco en la calidad como un derecho de la infancia, un elemento que la educación parvularia y su estructura han profesionalizado a lo largo de los años”.
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