El Mercurio de Valparaíso | Día de la Preservación de la Capa de Ozono: Una visión desde el turismo
Pablo Rebolledo, director de la Escuela de Ciencias Ambientales y Sustentabilidad UNAB, y de la carrera de Administración en Ecoturismo, UNAB sede Viña del Mar, rememora en esta carta al director en el Mercurio de Valparaíso, la importancia del cuidado de la capa de ozono y recorre los orígenes que dieron cabida a este día en el calendario. El Mercurio de Valparaíso el 17 de septiembre de 2024.
Pablo Rebolledo es director de la Escuela de Ciencias Ambientales y Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, y de la carrera de Administración en Ecoturismo, de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar. En esta oportunidad, el académico rememora en una carta al director en el diario El Mercurio de Valparaíso los hechos que acontecieron en 1985 y que dieron pie a la conmemoración del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, el 16 de septiembre.
El Convenio de Viena (1985) fue el primer acuerdo que se logró a nivel mundial sobre la urgencia e importancia en la preservación de la capa de ozono, tras los resultados de una investigación que puso de manifiesto el severo desgaste que sufría este manto protector de la vida en la Antártida y que los científicos advertían desde 1970.
Posteriormente, se logró rectificar este pacto con la firma del Protocolo de Montreal, “cuyo objetivo principal fue eliminar gradualmente las sustancias agotadoras de ozono (SAO)”, describe el director de la Escuela de Ciencias Ambientales y Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, sede de Viña del Mar.
El académico explica que los SAO son productos químicos que utilizan sustancias como el cloro y el bromo, siendo ellos los responsables de desatar la crisis medioambiental que ha afectado a nuestro planeta y que quedó al en evidencia en 1985.
Finalmente, Pablo Rebolledo termina su carta con noticias optimistas sobre la recuperación de este manto protector que ha permitido el desarrollo de la vida tal como la conocemos y que no habría sido posible si no fuera por el compromiso colectivo al que los países se han adscrito.
El Protocolo de Montreal ha sido un éxito notable en la cooperación internacional. La reducción en el uso de SAO ha permitido que la capa de ozono comience a recuperarse. Sin embargo, aunque el avance es significativo, el monitoreo continuo sigue siendo necesario para garantizar una protección a largo plazo.
Lee la carta al director publicada en El Mercurio de Valparaíso el 17 de septiembre de 2024.