El Llanquihue | Inteligencia artificial y salud chilena

El país actualmente se enfrenta a un momento crucial en cuanto a la aplicación de las nuevas tecnologías que ofrece la inteligencia artificial, en materia de salud. Esta herramienta, permite transformar significativamente la atención médica, desde el soporte en diagnósticos clínicos, hasta la optimización de procesos administrativos y la gestión de las listas de espera.

Implementación

“La inteligencia artificial ya está en uso en diversos hospitales y clínicas de la red chilena, principalmente en modelos de aprendizaje automático. Estos ejemplares están ayudando a clasificar pacientes según el tipo de atención que necesitan, y a identificar enfermedades con mayor precisión. De esta manera, la inteligencia artificial no busca reemplazar al personal médico, sino optimizar su trabajo”, indicó el Dr. David Ruete, director de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar.

En este sentido, un caso notable es el uso de esta modalidad para reducir los tiempos de espera en más del 15% de los centros públicos de alta complejidad a lo largo del territorio nacional, a través de sistemas que permiten confirmar citas médicas de manera eficiente, evitando el ausentismo de los pacientes a su atención.

Además, la inteligencia artificial cuenta con un gran potencial para el soporte del diagnóstico clínico, especialmente en enfermedades difíciles de predecir, permitiendo detectar tempranamente, por ejemplo, el cáncer de mama, en cooperación con el área de radiología, realizando seguimientos más precisos y tempranos.

Frente a ello, el Dr. David Ruete explicó que “Chile ha sido un pionero en la incorporación de la inteligencia artificial en materia de salud, estableciendo acuerdos de colaboración internacional, formando parte de una red global que busca impulsar la salud digital, beneficiando no solo al país, sino a toda Latinoamérica. Sin embargo, hay que afrontar y dar solución a desafíos importantes a corto, mediano y largo plazo, como la actualización de protocolos de acceso, almacenamiento de datos, la interoperabilidad de los diversos componentes del programa y la capacitación de capital humano especializado en la transformación digital dentro del campo”.

Finalmente, el académico destacó el dilema ético de la inserción de esta tecnología en el área, asegurando la transparencia y la distinción entre el trato humano y el algorítmico. Además, manifestó que la inteligencia artificial debe mantener un rol asistencial, más no reemplazar en ningún caso el juicio del médico a cargo.

Visite la nota completa publicada en El Llanquihue, 14 de febrero del 2024.