Ebanista del Palacio de Versalles contó los desafíos de la restauración en conversatorio en Campus Creativo
En la instancia, Eric Meyer, especialista a cargo del Taller de ebanistería del Palacio de Versalles, se refirió a su labor en la preservación de trabajos históricos y a la importancia de cuidar el patrimonio a partir de la utilización de técnicas y materiales que sean capaces de preservar el espíritu original de cada pieza intervenida.
En su labor de acercar a los estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Arte, Diseño y Comunicaciones de la Universidad Andrés Bello a distintas instancias internacionales que les permitan comprender el medio del diseño, junto con sus complejas y diversas profesiones y oficios que le dan forma, el connotado ebanista y restaurador francés Eric De Meyer, quien actualmente es jefe de taller de ebanistería en el Palacio de Versalles de París, visitó Campus Creativo.
En la ocasión, el experto participó de un conversatorio al que asistieron docentes y estudiantes de distintas carreras. La visita se gestó gracias al convenio recientemente firmado con la Fundación Museo de la Moda, que busca la vinculación entre ambas instituciones para potenciar la difusión y realización de actividades culturales.
Eric de Meyer comenzó su carrera profesional en ebanistería de lujo en París donde trabajó en grandes almacenes y hoteles entre Faubourg Saint-Honoré y Place Vendôme. Su trabajo es cuidar muebles de patrimonio histórico, conservar, restaurar, salvaguardar obras maestras reconocidas como testimonios históricos o tesoros nacionales.
Respecto a su motivación por el mundo de la conservación contó que “mi pasión y mi motivación nunca me han abandonado durante estos muchos años que han marcado mi carrera profesional. Estoy feliz y orgulloso de mi recorrido profesional.”
Trabajo de restauración
Durante su presentación Meyer se refirió a la labor de los ebanistas, detallando su trabajo en la restauración de muebles patrimoniales, de acuerdo con lo contemplado en la legislación francesa. Sobre el Palacio de Versalles comentó que este en sus comienzos era “un laboratorio donde se experimentaba, y muchos de los elementos que vemos actualmente fueron modernos, y hoy los consideramos antigüedades”.
En cuanto a la delicadeza y precisión de su labor explicó que “hay trabajos tan detallados que tienen piezas de 1,5 mm de espesor, otros están compuestos por distintos tonos de color por el uso de maderas diferentes”.
En esa misma línea, contó que en Francia los procesos de restauración exigen la “desrestauración”, es decir, la posibilidad de que todo lo “restaurado” pueda deshacerse de manera que, si no se aprueba la labor realizada, esta sea revertida para que otro ebanista pueda retomar la labor sin tener que corregir los errores anteriores.
Al respecto explicó que antes de intervenir cada mueble los profesionales investigan su historia, quién lo hizo, qué materiales y técnicas utilizó, porque la idea es conservarlo y mantener el mueble lo más parecido a como fue.
Experiencias internacionales
En cuanto a la asistencia de estudiantes de Campus Creativo al conversatorio, Erik De Meyer comentó que, incluso si ninguno de ellos se dedica en un futuro a la conservación, “es significativo que participen de estos espacios, y que muestren interés por estos temas, lo más importante es la curiosidad y que entiendan lo metódico de este oficio”.
Las estudiantes de primer año de Diseño de Vestuario y Textil, Francisca Silva y Martina Hernández destacaron lo único de esta oportunidad y lo inspiradora de la historia de vida del profesional, quien contó que es disléxico, condición que en un comienzo le causó múltiples inseguridades en su vida académica.
“Él salió adelante, en su momento le importó ser disléxico, pero ahora, a pesar de las dificultades, puede sentirse orgulloso de tener un trabajo tan prestigioso”, señaló Silva.
En tanto, Hernández destacó el nivel de la charla: “Que venga una persona de este nivel a hacer un conversatorio acá es maravilloso, me encanta porque uno no se siente tan lejano de ese mundo al que parece imposible llegar. Que él venga y se dé el tiempo de hablar con nosotros, de contarnos su experiencia hace que uno se sienta un poquito capaz de quizás llegar a su nivel”.