Director del CBV UNAB es distinguido como Visiting Fellow de la Universidad de Cambridge
El Dr. Ariel Orellana, director del Centro de Biotecnología Vegetal de la Universidad Andrés Bello, recibió esta distinción de la prestigiosa universidad del Reino Unido en reconocimiento a su destacada trayectoria en investigación y docencia. Durante su estadía, colaboró con investigadores, fortaleció vínculos y participó de las tradiciones de este histórico campus universitario.
El director del Centro de Biotecnología Vegetal (CBV) de la Universidad Andrés Bello, y exvicerrector de Investigación y Doctorado de la misma casa de estudios, Dr. Ariel Orellana, recientemente volvió de una estadía de poco más de tres meses en el Reino Unido. Allí vivió lo que hasta ahora es uno de los puntos más altos de su carrera como docente e investigador: fue distinguido como ‘Visiting Fellow’ de la Universidad de Cambridge, específicamente de Magdalene College, uno de los 31 colleges que componen esta prestigiosa institución.
“Es una tremenda experiencia, me siento muy afortunado”, declaró el Dr. Orellana. Desde su perspectiva este es un reconocimiento a la trayectoria de su vida académica, “la cual ha sido mayoritariamente en la Universidad Andrés Bello, entonces creo que también significa un reconocimiento para nuestra institución”.
Los lazos del Dr. Ariel Orellana con la Universidad de Cambridge surgen desde el año 1996, a partir del trabajo colaborativo con el laboratorio dirigido por el Dr. Paul Dupree, profesor del Departamento de Bioquímica de la Universidad de Cambridge.
Cada año, Magdalene College nombra a dos o tres personas como ‘Visiting Fellows’, es decir, como distinguidos miembros académicos visitantes. Un reducido grupo de personas son preseleccionadas e invitadas por el College a postular a este reconocimiento, que finalmente se entrega a quienes cumplen los requisitos y cuentan con una destacada trayectoria académica.
La Ceremonia de Admisión del Dr. Orellana se realizó a principios de junio, en la capilla de Magdalene College. Allí, en el bellísimo oratorio de blancas paredes y coloridos vitrales construido alrededor de 1470, se llevó a cabo el acto solemne e íntimo en donde autoridades y ‘Fellows’ de la institución oficializaron el ingreso de Ariel Orellana como ‘Visiting Fellow’ de Magdalene College.
Redes de colaboración
Tras el ceremonial, el director del CBV UNAB permaneció en la universidad hasta fines de julio, “con el objetivo de fortalecer los vínculos con otros investigadores de diversas disciplinas e identificar oportunidades para el futuro”, señaló.
Además, durante su estadía como investigador visitante del Departamento de Bioquímica tuvo la oportunidad de compartir con investigadores del laboratorio del Dr. Dupree, así como con otros grupos de investigación de la Universidad de Cambridge. “En el laboratorio estuvimos analizando la posibilidad de avanzar en otros proyectos que pueden conducir a manuscritos en conjunto, aprendí cosas nuevas que están desarrollando—la tecnología que aplican y que en Chile no tenemos—, lo que fue bien enriquecedor”.
Asimismo, tuvo la oportunidad de reunirse con autoridades y académicos de la Universidad de Cambridge para interiorizarse más acerca de sus procesos, especialmente en investigación e innovación. También viajó a países cercanos, como Alemania, a las universidades de Dusseldorf y Bochum, para dar seminarios y reunirse con investigadores. “Son todas ocasiones para fortalecer o generar nuevas redes de colaboración”, puntualizó el director del Centro de Biotecnología Vegetal UNAB, agregando:
Cualquiera que esté aquí sabe que tiene una oportunidad y depende de uno aprovecharla. Yo le saqué el máximo provecho en todo lo que pude hacer y compartir en distintas instancias, tanto dentro como fuera del laboratorio.
Dining in college
“Una de las gracias del College, y que es uno de los tremendos valores que tiene esta institución, es que promueve mucho el que te juntes con gente que no tiene nada que ver con lo que tú haces”, cuenta Ariel Orellana.
“Me tocó conversar con uno de los 416 Masters of Wine que existen en el mundo; hablé con un teólogo miembro del College, que era capellán de la Reina y ahora es capellán del Rey representando a la iglesia de Escocia, y en esa categoría fue una de las personas que precedió la entrada del Rey Carlos en su coronación. Entonces, te vas encontrando con personas absolutamente distintas, con experiencias de vida increíbles y eso enriquece tremendamente”, asegura.
De hecho, durante su estadía el director del CBV conversó con una infinidad de personas, entre ellas teólogos, expertos en gramática alemana, historiadores del arte del siglo XV-XVI, musicólogos, abogados, matemáticos, químicos y empresarios, entre otros. “Solo una vez conversé con alguien del área de las ciencias biomédicas”, recuerda.
Todas esas conversaciones se dieron en el contexto de la actividad denominada “Dining in College”, uno de los eventos más importantes de la institución. Se trata de cenas que se celebran cuatro días de la semana, en un edificio de cerca de 600 años de antigüedad y a las que asiste la comunidad del College e invitados especiales.
En un salón llamado Dining Hall, se dispone una mesa denominada High Table, porque se encuentra en una superficie levemente más elevada que el resto. En ella se sientan los ‘Fellows’, mientras que un poco más abajo, en largas mesas transversales, se ubican los otros miembros del College, entre ellos estudiantes de pregrado, postgrado, y postdoctorales –todos vestidos con la característica toga negra— y allí, a la luz de las velas, comen y conversan.
«Hay todo un ritual, muy definido. Después que termina la cena uno sale, en procesión, a una sala llamada Combination Room, en donde toda la gente que estaba en High Table ahora se sienta a conversar, pero no te puedes sentar al lado de la persona que tenías cuando estabas en la cena. La idea es ir conociendo e interactuando con los distintos miembros y así se van generando diálogos muy profundos e interesantes», cuenta el investigador.
Una visión distinta
Ya de vuelta de su experiencia en la Universidad de Cambridge, el Dr. Ariel Orellana pretende recoger todo lo vivido y lo aprendido para aplicarlo en lo que hoy ocupa su quehacer: la dirección del Centro de Biotecnología Vegetal de la Universidad Andrés Bello, CBV UNAB, unidad que él mismo fundó en el año 2005 y de la cual fue su primer director.
Desde entonces hasta ahora, el profesor Orellana ha dedicado gran parte de su trayectoria a la investigación –lo que más le apasiona—y a la gestión científica. Su experiencia en el Consejo Superior de Ciencias de Fondecyt y luego como vicerrector de Investigación y Doctorado de la Universidad Andrés Bello, ha enriquecido su perspectiva y habilidades de gestión. Esto le ha permitido forjar una visión distinta para el CBV, orientada no solo hacia la generación de conocimiento científico, sino también hacia el apoyo y mentoría de jóvenes investigadores y el desarrollo y crecimiento de sus investigadores principales. En este sentido, el director del CBV señala:
Para poder hacer buena ciencia, no solamente se necesitan recursos, se necesita de un sustrato de capital humano que tenga las cualidades y las capacidades de poder avanzar hacia ese objetivo. Entonces, ¿cómo uno logra atraer a esos talentos? ¿Qué hace la diferencia? Esencialmente son las personas y la historia, el camino recorrido.
Formación en biotecnología vegetal
Desde sus inicios, con tan solo tres investigadores principales y alrededor de 25 personas, el CBV ha experimentado un notable crecimiento. Actualmente, cuenta con ocho investigadores principales y más de 70 profesionales trabajando en sus laboratorios, lo que refleja un significativo aumento en su capacidad y alcance. Esta expansión no solo se ha traducido en el número de miembros, sino también en la formación de estudiantes en todos los niveles académicos, desde pregrado hasta doctorado, así como investigadores postdoctorales.
De hecho, el quehacer del CBV tributa directamente a carreras de la Facultad de Ciencias de la Vida de UNAB, y sus investigadores participan en los claustros de tres programas de doctorado: en Biotecnología, en Biociencias Moleculares y en Bioinformática y Biología de Sistemas. Recientemente han ido expandiendo su quehacer para participar en actividades con el programa de doctorado en Medicina de la Conservación.
Asimismo, han comenzado a invitar a estudiantes que tienen proyectos de emprendimiento e innovación y que requieren de apoyo. “En este momento estamos albergando a cuatro ‘startups’ y hemos hecho una invitación abierta a quienes quieran sumarse para que puedan aprovechar toda esta masa crítica que existe, no solamente de personas talentosas, sino que también de equipamiento que les permitirá avanzar de manera efectiva en sus emprendimientos”.
El hecho de que estemos involucrados en biotecnología vegetal entrega una apertura importante a nuestros estudiantes de pregrado y de doctorado, sobre todo porque el área vegetal en Chile es muy relevante si uno lo piensa desde el punto de vista de la industria agrícola, y la fruticultura en particular.
La relación del centro con la industria es una de las facetas destacadas de su labor. A través de colaboraciones con empresas frutícolas y viñedos prominentes, entre ellos Biofrutales y Viña Concha y Toro, además de ANASAC, entre otras, el CBV demuestra su compromiso con la investigación aplicada. Estas colaboraciones permiten la generación de soluciones innovadoras y tecnológicas que impactan positivamente en la industria y el país.
En cuanto a su visión de futuro, el Dr. Ariel Orellana aspira a consolidar al Centro de Biotecnología Vegetal UNAB como un referente internacional en investigación y formación en biotecnología vegetal. “Ya existe un sustrato, una base, y tiene muy buen nivel”, agrega.