CSB UNAB lanza Agrosimbiosis, programa que avanza hacia una agroindustria sostenible
El Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello presenta Agrosimbiosis, programa innovador que aplica ciencia y biotecnología a las empresas agroindustriales, con el fin de agregar valor a sus negocios y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, siendo así un real aporte al desafío del cambio climático. El programa obtuvo un financiamiento de $1.650 millones de pesos bajo la iniciativa PTEC de Corfo.
Con una gran convocatoria se llevó a cabo en Campus Casona de la Universidad Andrés Bello (UNAB) el lanzamiento de Agrosimbiosis, innovador programa liderado por el Centro de Biotecnología de Sistemas (CSB UNAB), y que tiene como co-ejecutores a Eurecat – Centro Tecnológico de Cataluña y Univiveros, empresa chilena parte del holding Unifrutti.
Entre los más de 70 invitados se encontraban representantes de reparticiones públicas como CORFO y los ministerios de Agricultura, Economía y Medio Ambiente. Así también, representantes de asociaciones público-privadas, entre ellas Transforma Alimentos; asociaciones empresariales como AFIPA, Comité de Paltas y SOFOFA, y representantes de startups, empresas agrícolas, biotecnológicas y del sector alimentos.
Los asistentes al evento tuvieron la oportunidad de conocer los detalles de Agrosimbiosis, uno de los cuatro programas beneficiados el 2023 con el subsidio de la línea Programas Tecnológicos de Transformación Productiva ante el Cambio Climático (PTEC) de CORFO. A través de esta adjudicación, el CSB UNAB obtuvo un financiamiento de $1.650 millones de pesos por 5 años.
En sus palabras de bienvenida el prorrector de UNAB, Gonzalo Guzmán destacó que Agrosimbiosis es un programa en sintonía con la ruta de sostenibilidad que la Universidad Andrés Bello se ha trazado, y que la ha posicionado como número 1 en el ranking de Impacto Times Higher Education y entre las 200 universidades a nivel mundial que más aportan a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El programa también está en línea con una ambiciosa meta: “Recientemente anunciamos que la Universidad Andrés Bello se ha comprometido a ser carbono neutral al 2038” indicó Guzmán, lo que coincidirá con la celebración de los 50 años de nuestra universidad”.
Liderado por Pilar Parada, directora del CSB UNAB, el objetivo de Agrosimbiosis es que las empresas de la agroindustria agreguen valor a sus negocios mediante la implementación de tecnologías sustentables que les permitan optimizar sus procesos, y además, reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, en coherencia con los desafíos en sostenibilidad de UNAB.
Para ello cuenta con cuatro líneas de trabajo: la conversión de residuos orgánicos en abonos agrícolas y bioestimulantes; la obtención de ingredientes de alto valor desde materias primas o descartes agroalimentarios; el desarrollo de una agricultura ecoeficiente, incrementando la biodiversidad y los servicios ecosistémicos; y la optimización del uso de suelo y de agua.
“En el último tiempo hemos sido testigo de cómo empresas chilenas del sector agroalimentario han tenido que dejar de exportar porque sus productos no alcanzan la calidad necesaria que exigen los mercados de destino, debido a la escasez hídrica, el aumento de costos de sus insumos o la presencia de agentes químicos no permitidos, entre otros. Este programa es una oportunidad de hacernos cargo de acercar la ciencia y tecnología a estos desafíos urgentes y reales que enfrenta la agroindustria para adaptarse al cambio climático”, enfatizó Pilar Parada.
Por su parte, Fernando Hentzschel, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo, destacó la adicionalidad tecnológica del proyecto, agregando:
Cuando en una misma propuesta somos capaces de poner a los que tienen el problema y los que tienen las soluciones, aumentan las posibilidades de obtener resultados exitosos y que podamos hacer una transformación productiva que nos permita transitar desde una economía extractivista a una economía basada en ciencia, tecnología y conocimiento.
La directora ejecutiva de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Francine Brossard, quien asistió al lanzamiento en representación del ministro de Agricultura Esteban Valenzuela, señaló: “Desde el Ministerio de Agricultura puedo decir que lo que Agrosimbiosis va a hacer en estos cinco años en un espacio de comunión con el mundo agrícola es realmente espectacular, para contribuir a la reducción de emisiones de la agricultura y la ganadería”.
Agrosimbiosis, innovación para el medio ambiente
Durante el encuentro, los asistentes al lanzamiento de Agrosimbiosis disfrutaron de la presentación de Marcelo Mena, CEO de Global Methane Hub. El experto expuso sobre el trabajo que realiza esta coalición global por mitigar la emisión de metano, un gas de efecto invernadero que tiene un potencial de calentamiento global aproximadamente 86 veces mayor que el del dióxido de carbono. Además, el 95% del metano emitido proviene de actividades humanas: energía, residuos y agricultura.
Consultado por las acciones más eficientes para reducir su emisión, Mena señaló que, “lo más efectivo es evitar que los residuos agrícolas terminen en rellenos sanitarios, lo que se puede lograr a través de soluciones e innovaciones que permitan su valorización”.
En este sentido, el proyecto Agrosimbiosis constituye un claro aporte, al contar con un portafolio de desarrollos innovadores para la agroindustria. Estos incluyen la valorización de residuos orgánicos, la incorporación de economía circular en los procesos y la transformación productiva para abordar los desafíos del cambio climático.
Desafíos y soluciones para la agroindustria sostenible
El evento continuó con un panel de conversación moderado por Pilar Parada, directora de CSB UNAB y del programa Agrosimbiosis. En esta instancia junto a Marcelo Mena participaron Francisca Schäfer, CEO de Frankles; Ester Sáez, consultora en estrategias de negocios; y Carolina Rivera, Gerente de Marketing y Asuntos Corporativos de Armony Sustentable. Todas ellas representantes de iniciativas relacionadas con la sostenibilidad en el sector agroindustrial.
En el conversatorio, los panelistas abordaron los desafíos que enfrenta la agroindustria ante el cambio climático y las fórmulas para reducir su propia contribución de emisiones. Entre ellas, iniciativas como la valorización de residuos orgánicos a través del compostaje y la obtención de compuestos naturales de alto valor empleando biotecnología, así como la creación de alianzas público-privadas que incorporen ciencia y transferencia tecnológica.
“Hay que cambiar la mentalidad y ver los residuos orgánicos como materia prima: al dejar de ser residuo dejan de ser un problema y se convierten en un producto que puede ser la mejor solución al incorporarlo en un ciclo productivo y económico sustentable, con valor ambiental, social y económico”, indicó Carolina Rivera, gerente de Marketing y Asuntos Corporativos de Armony Sustentable, empresa dedicada al reciclaje y la transformación de residuos orgánicos, especialmente en compost.
En tanto, Francisca Schäfer, CEO de Frankles, comentó que la industria del vino, el café, y el cacao generan toneladas de residuos cuyos biocompuestos terminan en vertederos. “Lo que hacemos en Frankles es tomar estos compuestos y convertirlos en nutracéuticos y compuestos naturales que sustituyen aditivos sintéticos”. Asimismo, agregó:
Muchos de los residuos de las industrias están estandarizados, por lo tanto, debemos ser capaces de convertir sus compuestos en una nueva generación de ingredientes que nutra a los suelos y dé valor a la producción.
La consultora en estrategias de negocios, Ester Sáez, comentó que actualmente el gran desafío es mantener la competitividad con integración público y privada, articulada por la ciencia, con la cual se puede medir y establecer indicadores de éxito. “La forma de integrar estos tres mundos es co-crear en forma exitosa con la empresa. Con información y mediciones se toman mejores decisiones, por lo tanto, se deben establecer metas acordadas con la industria”, indicó.
Carolina Peña, directora alterna de Agrosimbiosis, destacó el hecho de que este proyecto surge en un contexto productivo crítico, en que la agroindustria “enfrenta un doble desafío: mitigar sus propias contribuciones al cambio climático y adaptarse a las nuevas condiciones que este fenómeno impone para mantener su competitividad”.
Para enfrentar estos desafíos, hizo un llamado a una “colaboración estrecha y un compromiso compartido de los sectores público, privado y de la academia, así como agricultores, investigadores, empresarios y legisladores para adaptarnos a estas exigencias”.