Campus Creativo inauguró la segunda versión de la exposición “Cosas Maravillosas”
Cosas Maravillosas es una instancia en que se muestra cómo en medio de la alarmante crisis ambiental y el consumo desatado, es posible darles nueva vida a objetos mediante la reutilización y la resignificación.
Desde el lunes 25 de abril hasta el miércoles 4 de mayo estará disponible en la sede Bellavista del Campus Creativo una exposición del colectivo Cosas Maravillosas. En esta exposición se presentan una serie de objetos de la “Temporada 2022” fruto de dos años de una ardua labor de observación.
Se trata de un trabajo que nace de la idea de dar nueva vida a objetos que parecen estar destinados a la basura, como una polera vieja, que se transforma en un trapero, o un calcetín que se ocupa para sacudir el polvo.
“Recorrimos casas y departamentos en el barrio Franklin en la comuna de Santiago y en la Población Parinacota en Quilicura en búsqueda de esos «nuevos objetos de consumo» en donde, a diferencia de lo que ofrece el mercado del retail con productos baratos que viajan de lugares remotos, estos otros se sostienen en lógicas de austeridad, cuidado de los recursos, reutilización y resignificación” explicó Tomás Errázuriz en la inauguración.
Fue justamente esta idea de transformación de la industria y de proponer nuevos ideales de consumo eco-consciente lo que llevó al equipo de Cosas Maravillosas, formado por Tomás Errázuriz, Ricardo Greene, Dany Berczeller, Florencia Muñoz, Camila Martinez, a ganarse un Fondart.
Reciclar no basta
Para que la muestra fuera representativa de la realidad nacional los investigadores recorrieron casas en tres espacios sociales diferenciados: la población Parinacota, en Quilicura; barrio Franklin, en Santiago; y Vitacura.
Al respecto el profesor Errázuriz cuenta que “también recorrimos la comuna de Vitacura, pero no encontramos mucho material para la colección, así que nos retiramos. Esperamos que esta situación cambie en el futuro”.
Porque, finalmente, la idea de Cosas Maravillosas es dejar de consumir porque existen los recursos para hacerlo y pensar a nivel macro con la pregunta de si nuestro planeta es capaz de seguir produciendo al ritmo del consumo de la sociedad.
“Pareciera que tenemos que hacernos cargo del cambio climático, y lo hemos hecho desde el Estado, la industria, pero es poco lo que ocurre desde el hogar, como mucho llegamos a reciclar, porque entendemos que no podemos botar todo” comenta sobre este punto Errázuriz.
Pero el reciclaje es insuficiente, es la última de las “Erres” de la sustentabilidad, porque reciclar requiere energía y tiene una huella de carbono, pero la reutilización es el ideal.
El llamado de quienes integran este proyecto se resume en “no compres, no botes, imagina”, con una invitación a sacar el mejor provecho a los recursos que ya se tienen, al cuidado por las cosas para extender su vida útil.