Conversatorio desarrollado por Educación Parvularia UNAB abordó la experiencia en la práctica
Expertas debatieron en Sede Viña del Mar los desafíos emocionales y profesionales que deben enfrentar estudiantes en práctica a través del juego y el bienestar, en su vínculo con los menores y el entorno.
Estaban ansiosas, había algo de nerviosismo. Así era el ambiente en los minutos previos a la jornada desarrollada por la carrera de Educación Parvularia de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, en el Auditorio Amarillo.
La razón de la ansiedad era muy simple, ya que en manos de los docentes estaban los listados para las prácticas profesionales, en sus distintas etapas.
Cada joven quería saber la destinación, sin embargo, antes de ese dato, tuvieron que calmar sus pulsaciones a través de una actividad académica, cuyo fin era precisamente, entregarles herramientas para manejar situaciones de presión laboral.
Una de las expositoras fue Paula Pinto, académica de la Universidad Andrés Bello, psicóloga y magíster en Educación, quien expuso en el conversatorio “Abriendo espacios de bienestar y juego para las infancias”, sobre la importancia del desarrollo de habilidades socioemocionales durante los primeros años y cómo los docentes son agentes promotores de estas cualidades.
Allí estuvo el foco de la jornada que contó con una masiva presencia de estudiantes e invitados.
El aporte en experiencia
En la instancia participaron, además, la directora regional de Fundación Integra, Loreto Barbieri, y la directora de la carrera de Educación Parvularia, Paulina Aceituno, las que compartieron ante la audiencia, sus experiencias y visiones sobre el ejercicio de la práctica profesional.
Según Pinto, parte de la escasez en el desarrollo de habilidades como la empatía y la resiliencia, se debe a la perspectiva de la educación en nuestro país. “En general, nuestra educación está centrada más en contenidos, en habilidades más específicas, sin embargo, el desarrollo de nuestra empatía, nuestra resiliencia, es algo que está escaseando en la educación actual. Entonces, la idea es poder reforzar esa área en nuestros futuros profesores, educadores diferenciales, educadores de párvulos, en general en todos los profesores que están egresando”, apuntó.
Para abordar esta situación, la profesional sostuvo que lo central es “mantener la atención en el aquí y ahora, de tal manera que los mismos educadores sean modelos de comportamiento para sus estudiantes”.
“Todo apunta a estar presentes en el aquí y en el ahora. Más que en el pasado o en el futuro, y de eso se trata, de centrarnos y desarrollar estas habilidades para poder ser un buen modelo para nuestros futuros alumnos”, mencionó la especialista, quien puntualizó que “los chicos de ahora tienen problemas relacionados con la disposición de muchas tecnologías, baja tolerancia a la frustración, poca resiliencia. La idea es justamente enseñar aquello, porque se puede enseñar”.
Por su parte, la directora de la carrera de Educación Parvularia, Paulina Aceituno, explicó que el objetivo de este espacio es dar claridad a las alumnas sobre su aporte a la generación de espacios que sean bien tratantes, de modo de contribuir con los procesos de desarrollo y aprendizaje.
“Esta actividad se enmarca en lo que es la línea de práctica de las estudiantes de la carrera de Educación Parvularia. Hoy, lo que pretendemos hacer, es un envío a sus centros de práctica donde la idea es que ellas puedan ir muy claras de cuál es su contribución para generar espacios que sean bien tratantes para los niños, en donde ellas tengan una misión de contribuir efectivamente a lo que son los procesos de desarrollo y aprendizaje”, apuntó la académica.
Instancia que contó con la asistencia y participación de Loreto Barbieri, Directora Regional de la Fundación Integra, quien valoró la oportunidad de conversar y dialogar con los futuros docentes “en una interacción que combine la práctica y los desafíos que proponen hoy las infancias al rol de educadores de párvulos”.
Sobre este nuevo quehacer docente enfatizó que “estamos llamados a ser agentes de cambio social, a tener un rol transformador del espacio y, claramente, tengo toda la confianza de que las estudiantes con su sabia nueva, renovada, pueden también incorporar nuevas prácticas en espacios educativos y que de verdad garanticemos las mejores condiciones de bienestar para los niños y niñas.”