Conoce a tu profe: Una académica que se alza como una artista integral en el aula y fuera de ella
Sonia Martínez Moreno, destacada académica de la UNAB, revela aspectos desconocidos de su personalidad, su mirada de la actualidad, la creatividad y sus gustos personales.
Sonia Andrea Martínez Moreno es pintora, Licenciada en Arte de la Universidad de Playa Ancha, Magíster en Historia Mención Arte y Cultura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, directora de la Revista Círculo Cromático y asesora del Comité Científico de la Revista Eviterna, de la Universidad de Málaga.
Antecedentes llamativos para quien actualmente es docente de la cátedra Gestión de Patrimonio Cultural y Metodología de la Investigación en la carrera de Licenciatura en Historia de la Universidad Andrés Bello, desde Viña del Mar.
Una académica integral, es historiadora del arte y combina la docencia con la pintura en un ejercicio diario de expresión artística y crecimiento personal, reflejado en sus creaciones y en el aula, las que habita hace ya más de diez años.
¿Cómo llegó a trabajar en la UNAB?
Luego de recibir el título Magíster en Historia con mención en Arte y Cultura, y culminar esta etapa de trabajar y estudiar, un amigo y colega de la Universidad, Daniel Nieto, que estudió conmigo en el mismo Magíster, me recomendó postular para realizar clases en el departamento de Formación General. Me interesó ser parte de esta casa de estudios superiores, pues consideré que podía ser un aporte como docente en torno a los estudios de las humanidades y la cultura, colaborando en el proceso de aprendizaje en estudiantes de distintas carreras.
¿Qué significa la docencia para usted?
Es un aprendizaje constante, no me refiero sólo al que vivencian los estudiantes sino también como profesora; es desafiante ya que uno constantemente debe estar actualizándose, tanto en las plataformas como herramientas que ofrece la Universidad para lograr un aprendizaje mucho más efectivo. Pero también reinventarse en la compresión de las diversas mentalidades y generaciones, y cómo estas cambian acorde al tiempo y los hechos que vivimos como sociedad. Por ejemplo, la forma de comprender cómo las maneras de relacionarse entre pares de estudiantes y estudiar han cambiado posterior a la pandemia.
Es por ello que considero que la docencia debe ejercerse bajo el prisma del constante cambio y que debemos ser capaces como docentes de surfear estos mismos, asimilarlos y reinventarnos. Muchas veces podemos terminar una sesión de clases muy animados o desanimados (son aspectos que el estudiante no siempre se percata); es aquí la parte humana del docente, no siempre las cosas resultan como uno quiere, muchas veces la exigencia académica es mal entendida, a veces menospreciada y en otras ocasiones es muy gratificante sentir la valorización y el cariño detrás de la labor. Hay mucho esfuerzo detrás de una sesión de clases.
¿Enseñar arte siendo pintora es una ventaja?
Así es, me presento como pintora, luego como académica de Historia del Arte con mis estudiantes. Creo que el aprender a partir de la experiencia nos acerca mucho más a las distintas áreas del saber. A propósito de los estudios de las humanidades y el comportamiento de las distintas culturas, es la forma de invitarlas a entender cada movimiento artístico desde la perspectiva de la experiencia.
¿Algunos otros placeres culpables?
Refiriéndome al tema de manera más global sobre qué consumo de la cultura Pop actual, me encantan los vinilos, comprar loza antigua acá en el barrio Italia y salir a mirar objetos retros. Disfruto ver series de época en plataformas streaming y comprar lanas naturales en mi tienda favorita. Allí me reúno a tejer con mis amigas queridas.
¿Qué rol cumple la danza en su desarrollo integral?
Hace muy poco ingresé a la Escuela de Danza Árabe. Lo genial es que me queda muy cerca de mi taller de pintura. La verdad es que soy muy novata en el tema, pero me motivaron varias cosas, primero desafiarme saliendo de la zona de confort. El baile nunca se me ha dado fácil y siempre me llamó la atención particularmente este tipo de danza. Segundo, conectarme conmigo misma, mi cuerpo y la autoaceptación, es una forma terapéutica; al bailar podemos soltar algunas trancas o prejuicios que nos imponemos. Tercero, ampliar el círculo de personas, conocí nuevas amigas y es maravilloso compartir esta instancia”.
¿Además de las diferentes actividades que realiza, tiene alguna afición para sus tiempos de ocio?
Soy pintora y tengo mi taller aquí en pleno corazón del Barrio Italia, además comparto el espacio con mi mejor amigo ’Tatán’, quien es profesor de pintura en la UC y además de la pintura hablamos de la historia del arte y la docencia, por tanto, aprendo mucho de él. Sobre mi arte, pinto el paisaje del valle central en remembranza de ese espacio donde crecí en mi infancia: soy nieta de enólogo y compartí mucho con mi abuelo.
Este último año he disfrutado mucho más viviendo en Santiago. He integrado en mis obras pintar la cordillera, yo la llamo “paisaje del realismo mágico” porque intento unir elementos del paisaje cordillerano, la zona central y la bodega y el laboratorio de enología de mi abuelo en una sola panorámica, es la simple magia de unir todo lo que amas.
Algún otro rol para comentar…
También soy tejedora, la pandemia me sirvió mucho para explotar esta veta en mí. Sé tejer desde los 9 años. Pasé un largo tiempo en consultas médicas y mi mamá me enseñó a tejer para no correr en los pasillos de las salas de espera. Pero fue en la pandemia que conocí a la comunidad de tejedoras acá en Santiago y un grupo de amigas con las que compartimos mucho. Aprendí a tejer suéter, chales, calcetines, gorros, guantes etc. Me encanta tejer con lana natural. También me gusta hacer joyas, el crear piezas de bisutería, hago collares de cristal murano, piedras naturales, cristal checo. Es entretenido jugar a la dinámica del combinar piezas, colores y hacer accesorios ecléticos.
¿Cree que las actuales “expresiones artísticas” pasarán o quedarán en la historia?
No creo que queden en el olvido, es más todo movimiento artístico está en un constante estudio y descubrimiento por más que hayan pasado 300 años. Por ejemplo, el estudio de las mujeres artistas del período moderno (Renacimiento hasta el siglo XIX). Recién en la década de los 70 comenzó a estudiarse con mayor ahínco. Creo fervientemente que en el arte se hace un trabajo muy similar al trabajo de la arqueología, constantemente estamos encontrando hallazgos. El arte no es algo efímero, ni los movimientos artísticos son efímeros, siempre hacemos recordatorio o uso de ellos, porque el arte sirve a los movimientos sociales, y constantemente demandamos maneras de expresar o de reinventar. Cuando se habla de que las “expresiones artísticas quedan en la historia” suena como que las expresiones artísticas son inmutables, y creo todo lo contrario, existen los movimientos NEO que hacen referencia a expresiones de décadas o siglos anteriores pero que se vuelven a revitalizar por tanto hoy en día lo que llamamos “antiguo o histórico” convive perfectamente con “lo actual”. El arte de los Prerrafaelistas es el mejor ejemplo de cómo en pleno siglo XIX se reinventan elementos claves del arte del renacimiento del cinquecento italiano, pero con materiales que responden a la industrialización del mercado visual.