CONOCE A TU PROFE: Un arquitecto con vocación de profesor y sentido social
La relación de Sergio Vitta Figueroa con la arquitectura y el diseño llegó luego de finalizar sus estudios de técnico en sonido en AIEP, con el anhelo de construir teatros, cines, auditorios y otros recintos que requieran acondicionamiento acústico, donde adquirió las herramientas y conocimientos para proyectar su sueño.
¿Cuándo comenzó su relación con la UNAB?
Llegué a la UNAB en el 2010, año del gran terremoto que afectó a nuestro país. A la fecha ya participaba en Un Techo para Chile.
Como voluntario y alumno de primer año de Arquitectura propuse a la dirección de la carrera ir en ayuda de las localidades afectadas. Nosotros como Escuela podíamos aportar muchísimo a las comunidades y además aprender de la experiencia. Realizamos ese viaje y es un recuerdo que jamás olvidaré dentro de mi formación académica como profesional.
¿Su vocación como docente cómo se inició?
Al finalizar mis estudios de sonido me ofrecieron continuar como docente diurno y vespertino, considerando que reunía los conocimientos para estar a cargo de un curso. Allí partió mi amor por hacer clases.
Paralelamente trabajando como profesor en AIEP y estudiando Arquitectura en la UNAB, en el segundo semestre del primer año de carrera, fui invitado por José Llano, actual secretario académico de la Escuela de Arquitectura en Santiago a ser ayudante. Desde ese momento hasta que me titulé, fui ayudante de mis compañeros en varias materias, me dedicaba a apoyar y acompañar a los que tenían dudas o no lograban comprender.
Mi interés siempre ha sido que nadie se desmotive o se quede atrás, ahí entendí que la mejor manera de aprender es enseñar y desde eso ya han pasado 13 años acompañando procesos de aprendizaje y formación profesional. He crecido mucho y adquirido distintas experiencias, por lo cual estoy agradecido de todos quienes han confiado en mí como su guía o profesor.
¿Cómo es su relación con los estudiantes?
Desde el primer año en la de Escuela de Arquitectura UNAB pertenecí al Centro de Alumnos y desde el segundo hasta el último fui presidente. Mis compañeros confiaron en mí y en las propuestas que lideraba, ganamos muchos concursos y presentamos proyectos de carácter social y ayuda a la comunidad.
Eso me enseñó a poder llegar a ellos de manera efectiva, entendiendo que uno debe ser un facilitador y precursor de sus iniciativas. Intento ser cercano, creo que la motivación y empatía son las claves para poder entenderlos a todos. Además, estoy convencido que aprenden de formas distintas, incorporo diversas modalidades de enseñanza y aprendizaje para encender esa chispa que todos necesitamos en algún momento cuando las materias o encargos nos agobian porque no logramos ver más allá.
El profesor debe ser un guía y apoyo cercano, por lo que una buena relación se basa en el respeto y admiración mutua, todos tienen algo que enseñarnos y nadie nació sabiendo.
¿Cuáles han sido sus máximos logros en lo profesional?
Mi máximo logro profesional es obtener por segunda vez consecutiva el reconocimiento de los alumnos al ‘Docente que Inspira’, creo que no hay algo más enriquecedor para un profesor que sean ellos quienes reconozcan el trabajo desarrollado en conjunto.
Es muy gratificante que gracias a los diversos perfeccionamientos docentes y al Magister en Docencia Universitaria que cursé, adquirí herramientas y conocimientos que me hacen sentir y creer que la docencia es una profesión vital para desenvolverse como profesor.
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