Conoce a tu profe| Alejandro Bruna: De periodista a guionista estrella de teleseries

Periodista de la Universidad Católica con un Minor en Dramaturgia, se encuentra cursando un Doctorado en Ciencias de la Comunicación en la misma casa de estudios. Esta es la historia de cómo pasó de ser un colaborador activo en medios como Rolling Stone Chile, La Tercera, BBC y Revista Paula a dedicarse al mundo de las teleseries.

¿Qué te motivó a estudiar Periodismo?

Básicamente las ganas de contar historias. Inicialmente quería estudiar literatura, pero tenía mis dudas. Finalmente, el periodismo me permitió entrar a un área donde hay más espacio para contar historias reales y que te pueden inspirar para otras no reales, o sea, entre la ficción y la no ficción hay una línea muy delgada.

¿En qué momento pasaste de querer contar historias reales a decantarte por la ficción?

Fui full periodista, trabajé para la agenda de la Rolling Stone como coordinador periodístico e hice la práctica en La Tercera, estuve en Políticas Públicas UC entre otras cosas, pero llegó un momento, que fue cuando me gané el premio del jurado del concurso Roberto Bolaño (2009), en que tuve un giro definitivo, porque el bichito por la escritura y por cambiar hacia algo más literario seguía ahí.

¿Cómo fue tu paso al mundo de las teleseries?

Fue gracias a mi profesora Daniella Castagno. Ella fue bastante rigurosa conmigo, era exigente con todos los proyectos de sus estudiantes, pero particularmente conmigo, me acuerdo que en un momento me dijo: “Ale, te exijo más, porque tú puedes más”. Fue ella la que me llevó de la mano y me ofreció ser su asistente de guion en Canal 13 primero y luego me llevó a Televisión Nacional de Chile.

¿Te reinventaste para ser parte del mundo de la televisión?

Me he reinventado muchas veces y se lo he dicho a mis alumnos en numerosas ocasiones: uno puede reinventarse hasta el final de los días. Hice periodismo escrito, radio, prensa, pero finalmente hice un giro, porque me atreví. Esta oferta llegó cuando estaba armándome, pensando en mi futuro y pensé: “lo peor que puede pasar es que me vaya mal y tenga que buscar otro trabajo”.  Así que lo tomé y acepté esta invitación.

¿Hay alguna teleserie que recuerdes con especial cariño?

Hay tres. La primera, fue la primera telenovela en la que estuve en MEGA, que es como mi primera guagua, y siempre la voy a recordar con cariño: “Papá a la deriva”, una velada versión chilena de la novicia rebelde, que es una de mis películas favoritas. En el caso de “Vuelve temprano” fue uno de los éxitos más grandes, porque se vendió a México, se hizo otra versión y disfruté haciendo un thriller psicológico, con personajes rápidos. La tercera es “Al sur del corazón” con la que volví a escribir teleseries después de 5 años y que ahora pronto va a estar en Netflix.

¿Cómo fueron tus años universitarios?

Siempre hice ayudantías, que también es algo que les digo mucho mis alumnos: que aprovechen las instancias que existen, porque lo peor que te pueden decir es que no, que escriban, que postulen, que vayan a concursos, que sean ayudantes. El primer semestre de periodismo, casi casi me lo eché, fue horrible, no lo pasé bien. El segundo semestre tuve un vuelco, pasé de raspar el promedio 4 a casi un 6, entonces hubo ahí un cambio radical. A partir de eso mi primera mentora, Constanza Mujica de la Universidad Católica, fue mi profesora de Narración Escrita y fui su ayudante, después con Daniella Castagno, me tomó como ayudante en su ramo de guiones y como asistente en sus clases para la Finis Terrae.

¿Cómo llegas a la docencia?

El 2019 cuando estaba terminando de escribir “Soy Lorenzo”, en plena pandemia y estallido social, me sentí agotado de las telenovelas. Empecé con esto en 2010, en Canal 13 con “Aquí mando yo” y llevaba casi una década escribiendo teleseries, desde los 23 años. Además, había un ambiente de crisis en la televisión y se sentía que venía un quiebre, entonces decidí reinventarme de nuevo y empecé un doctorado, y con eso llegaron las ponencias, conocer gente del mundo académico y un excompañero me invitó a ser parte de la Andrés Bello. Empecé con Crónica y Escritura Creativa y ahora tengo tres cursos, no he parado. Estoy aquí desde 2022.

¿Cómo ha sido tu relación con tus estudiantes?

Hago clases para Advance y pregrado y hay una gran diferencia. En Advance les saco el jugo, porque tenemos 13 semanas para hacer una crónica anclada en escritura creativa y los empujo mucho, porque sé que pueden más. En pregrado hay que ser más cuidadoso, porque son una generación que si los presionas mucho pueden colapsar, ahí es importante saber a quién se puede empujar y por qué lado. Para mí mi estilo de docencia se basa en ser exigente pero no mala onda, vincularse con los alumnos de tú a tú, conocer sus nombres y darte el tiempo en las correcciones de explicarles por qué se sacaron determinada nota; es importante que sepan que están siendo escuchados. Si soy muy duro mato esa parte de la creatividad, entonces hay que tener un equilibrio, una cercanía, un feeling, sin olvidar que tú eres el profesor. Creo en las sinergias, si eres buena onda y enseñas de manera constructiva sacas lo mejor de cada alumno.

¿Qué elementos no pueden faltar en tus clases?

En cada clase tiene que haber algún tipo de aprendizaje, que va desde abrirles los ojos con un visionado, por ejemplo, en guiones, gran parte de las clases eran ver algo que ellos ya hubiesen visto y analizarlo desde otro punto de vista, como ver Friends, pero desde el guion. Creo que lo importante siempre es sorprenderlos y generar el interés a raíz de algo que ellos aprecien. Hay que buscar la forma de llegar con algo entretenido y que cada ejercicio les vaya enseñando algo distinto.

¿Qué hacer en tus tiempos libres para divertirte?

Es complejo. Porque a mí me encanta ver televisión, pero por ser guionista, por defecto, uno empieza a trabajar cuando estás viendo tele, entonces ahora voy a museos, porque también hay cosas que te emocionan, que te inspiran y lo otro que hago mucho es salir a tomar café o una copita de espumante y sentarme a ver gente. Es muy loco lo que te estoy diciendo, es muy ridículo quizás, porque por supuesto que me encanta ir al teatro, ir al cine, leer, escribir, pero son cosas que se han vuelto un poco parte de mi trabajo como guionista. Lo que sí me relaja es juntarme con amigos, conversar y lo que llamo people watching.

¿Qué es el people watching?

Es observar a la gente. Hay cosas que de repente salen a raíz de una observación y una conversación. Soy súper copuchento también, entonces, la gente cuando habla al lado mío, lamentablemente me está inspirando para algún guion.

¿Cuál es tu comida preferida?

Mi comida preferida es la mozzarella de búfala con tomate y pesto, es perfecta.

¿Es la comida italiana en general la que te gusta o esta combinación?

No, es esta combinación, porque soy intolerante al gluten y a la lactosa. Entonces la pasta con queso no me genera nada positivo y la pizza es mi enemiga número uno. Pero esto es para mí, es fresquito, rico, y la mozzarella de búfala no tiene lactosa. Otra cosa que me gusta son los ñoquis, que son hechos con papas y sin gluten y amo comer pescados y mariscos en general, soy feliz con eso.

¿A qué país te gustaría viajar, al que no hayas ido todavía y por qué?

A Italia, creo que hay una cultura ahí que necesito ver, palpar. Me aguantaría el dolor de guata comiendo pizza en Italia. Ese es mi sueño, fíjate que es muy loco, está basado en una película que se llama “Bajo el sol de Toscana”, de una mujer que se compra una villa en Italia y la remodela y va aprendiendo a cocinar y a vivir ahí. Mi sueño es comprarme una villa en Italia y renovarla.

¿Tienes mascotas y cómo se llama?

No tengo mascotas, tuve un hámster que se llamaba Taylor Swift; dos perritas, una se llamaba Madonna y la otra Elizabeth Taylor, pero actualmente las mascotas que hay en mi casa son de mis hermanos, así que vivo con 3 gatos y un perro, pero ninguno mío.

¿Qué libro y película recomiendas?

Hay una película que es bastante larga pero que la recomiendo 100% que se llama “La mejor juventud” que dura 6 horas, es italiana y es una saga familiar que es increíble, preciosa y además visualmente es un must.  Y un libro sería “The perks of being a wallflower”  que es algo así como las ventajas de ser invisible, no es tan crudo, es bonito y está super bien escrito, les recomiendo leerlo.