Candidata a doctorado de universidad canadiense y experta en seguridad vial visita UNAB Viña del Mar
Más de 32 mil accidentes de tránsito construyen la estadística anual de Montreal. Parte importante de las respuestas a este problema, están siendo elaboradas a nueve mil kilómetros de distancia en conjunto con académica de la Facultad de Ingeniería.
Asma Mamri es Ingeniera y Magíster en Gestión de Seguridad Vial. Una profesión y un grado académico de alto estándar para comprender los graves problemas de tráfico que enfrentan las ciudades. Vehículos, peatones, ciclistas, transporte público, vialidad urbana, trazados y otros factores que se combinan, a veces, no con los mejores resultados.
Es por ello que esta joven decidió avanzar aún más y actualmente es candidata a un doctorado a través de la Tesis Doctoral del programa de Investigación de Ciencias de la Salud de la Universidad de Sherbrooke, en Montreal, Canadá. Allí, en el campus de Longueuil, tomó como objetivo analizar las zonas más complejas de la segunda ciudad más poblada del país y la más grande de Quebec con casi cuatro millones de habitantes en su área metropolitana.
Esta profesional se encuentra trabajando su investigación en la Sede Viña del Mar de la Universidad Andrés Bello. Allí es guiada por la investigadora Dra. Carola Blázquez de la Facultad de Ingeniería, quien ha orientado su trabajo, entregándole antecedentes de investigaciones similares en nuestro país, desarrolladas por diversos organismos, entre ellos, la Comisión Nacional de Accidentes de Tránsito, CONASET.
El trabajo ha sido fructífero, ya que durante la estadía de la estudiante se ha realizado análisis estadísticos espaciales para posicionar factores importantes en la identificación de “hotspot” o puntos calientes en donde se desarrolla la mayor cantidad de siniestros viales en la urbe canadiense.
Las razones de esto son múltiples, aunque hay factores claramente visibles y determinados por ciertas épocas del año. En invierno, la nieve y el consumo de alcohol marcan la nota alta, mientras que, en verano o primavera, el incremento de la velocidad de desplazamiento es un factor clave.
Sin embargo, existe un factor común que trasciende las fronteras: el uso del celular al conducir, mala costumbre conductiva que anota altísimas multas en suelo norteamericano, mucho más altas que las aplicadas en nuestro país.
En un año, 32 mil accidentes son parte de la historia vial de Montreal, una cifra elevada para una ciudad que se caracteriza por tener buenos sistemas de transporte público, espacios para ciclistas, y estadísticamente un mayor volumen de vehículos con más altos estándares de seguridad y asistencia al chofer.
Por eso, lo que alguna vez comenzó en un workshop dedicado a temas urbanísticos, se transformó en un vínculo académico construido entre ambas ciudades, ubicadas a casi 9 mil kilómetros de distancia.
“La idea es aplicar este método en distintos lugares del mundo”, explica Asma Mamri, quien agrega que “el sistema de modelamiento con información geográfica permite definir factores que inciden en la generación de accidentes”.
Una experiencia enriquecedora para Carola Blázquez, quien espera que esta investigación también pueda llegar a los organismos nacionales para realizar políticas públicas con información detallada que sea útil para enfrentar una de las principales causas de muerte en nuestro país, fundamentalmente en la población más joven.
El trabajo, financiado por el Social Sciences and Humanities Research Council de Canadá marca un punto de encuentro e intercambio en diversos ámbitos, y abre múltiples puertas de análisis en áreas sensibles del diario vivir, como las que viven millones de conductores y pasajeros en las calles chilenas y canadienses.
Crédito Foto de Portada: Taha Gharssa