BiobíoChile | ¿Cuándo vendrá un terremoto? el hallazgo científico que podría usar las lluvias para resolverlo
En información entregada por un grupo de expertos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), las lluvias y las nieves conseguirían influir en la generación de un terremoto en Noto, Japón. Frente a ello, Juan González, académico de la Facultad de Ingeniería UNAB, ahondó sobre este modelo aplicado al territorio nacional. BiobíoChile, 26 de mayo del 2024.
La investigación desplegada por científicos japoneses y estadounidenses del Instituto Tecnológico de Massachusetts, determinó que existe una conexión entre el clima y el desencadenamiento de un terremoto. En este sentido, el hallazgo abrió nuevas interrogantes en torno a la relación de factores ambientales y tectónicos. En dichas observaciones, se evidenció un incremento en las velocidades sísmicas ligadas a los cambios del clima.
Elementos incidentes en un terremoto en Japón
Al activarse la falla en la región de Noto, debido a la carga extra generada por el agua intersticial en la matriz rocosa, se produce una presión de poro capaz de originar un movimiento sísmico. En pocas palabras, los patrones estacionales de nevadas y lluvias afectan al movimiento de las placas tectónicas, todo ello, a partir de análisis basados en la última década. Sin embargo, Juan González, docente investigador de la Facultad de Ingeniería UNAB, Sede Viña del Mar, e investigador del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, señaló que la hipótesis no podría ser llevada a cabo en el país.
Chile y los terremotos
“Estos estudios se encuentran centrados en un entorno de falla cortical en la península de Noto y no muestra relevancia en espacios tectónicos de zonas de subducción como Chile. Si bien, en el margen de subducción chileno, tenemos numerosas fallas corticales como San Ramón, Mejillones, Puerto Aldea o Marga-Marga, no se han observado posibles implicancias entre aspectos climáticos y tectónicos para su activación sísmica”, explicó el académico.
“Es posible calcular las probabilidades de ocurrencia de un terremoto, tanto para eventos de subducción como de fallas corticales, en base a modelos estadísticos y observaciones geológicas de las zonas estudiadas. Pese a ello, la mejor forma de prevención, es considerar que algún día tendremos un evento sísmico en un horizonte de tiempo cercano. Enfocando nuestros esfuerzos en la educación frente a estas amenazas naturales”, finalizó Juan González.
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