Analizan el “Trastorno por atracón” y nuevas recomendaciones para detectar y atender Trastornos de Conducta Alimentaria en Chile
Carrera de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello organizó jornada para analizar el "Trastorno por atracón" y conocer detalles del escenario actual en trastornos alimentarios y sus actualizaciones en materia de tratamiento
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son enfermedades serias que se asocian a significativa morbilidad, mortalidad y compromiso severo de la calidad de vida, transformándose así en un factor de cuidado para las personas.
Es por ello que la carrera de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, organizó la mesa redonda denominada “Actualización en trastornos de conducta alimentaria”, jornada que buscó conocer desde un punto de vista científico el escenario actual en este tipo de patologías.
Trastorno por atracón
Así lo indicó Daisy Ruiz, académica de Nutrición y Dietética, nutricionista y magíster en psicología clínica, quien se refirió al abordaje psiconutricional del “trastorno por atracón”, una conducta muy habitual y que a veces no es estudiada o definida en profundidad debido a su frecuencia en los pacientes.
“Es un comer compulsivo en muy cortos periodos de tiempo, con mucha cantidad y que genera mucho malestar psíquico y físico. Eso se repite a través del tiempo”, indicó la experta, quien mencionó que “la compulsión por comer normalmente se da con cualquier tipo de alimento en la cual se siente una pérdida de control al consumo… esto se tiene que repetir tres veces a la semana por un periodo de dos meses, como mínimo para diagnosticarlo como trastorno de atracón. Pero los trastornos de atracón pueden ir desde una frecuencia desde uno semanal hasta 14 atracones semanales en los casos más extremos”.
En cuanto a las cosas más apetecidas en un “atracón” aparecen aquellos que generan cierto grado de adicción, “por ejemplo la comida ultra procesada, donde hay mucho contenido graso, de sal y de azúcar, que genera algunas respuestas, de cambios químicos cerebrales”.
Estos alimentos generan una compulsión por comer activamente, y se adiciona comer para silenciar algunos sentimientos, generalmente trastornos anímicos. Y es allí donde está el gran problema de esta situación, que se ha visto con mayor prevalencia en mujeres con sobre exigencia laboral y en personas jóvenes, especialmente adolescentes.
“Existe un descontrol en los volúmenes, comer una o dos galletas, puede pasar a comer dos o tres paquetes de galletas en un corto tiempo, sin parar”, concluyó.
Recomendaciones
Janet Cossio, académica de Nutrición en Viña del Mar UNAB, sede Viña del Mar, destacó que la jornada también permitió difundir manual recién publicado sobre Recomendaciones para el Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria en Chile. “Este manual anota la descripción paso a paso de cómo detectar un trastorno de conducta alimentaria sobre todo en una consulta nutricional de atención primaria, o consulta nutricional privada, para hacer las derivaciones y el tratamiento que corresponde de acuerdo al tipo de diagnóstico que se pueda establecer”, destacó la académica.
Un instructivo que es necesario debido a la alta prevalencia de estos trastornos en la población adolescente, “por eso es necesaria esta medición y conocer cómo sospechar de uno de estos trastornos para que el paciente tenga la derivación que corresponde”, finalizó.
La doctora pediatra Elinor Zumelzu, que también es nutrióloga y docente de Facultad de Medicina de la Universidad de Andrés Bello, Sede Viña del Mar, destacó que las recomendaciones del Ministerio de Salud para detectar y tratar estas patologías “están muy ordenadas, están sintetizadas y deberían ser una base para que todos los sistemas de salud, tanto públicos como privados, sigan las mismas indicaciones; ahora hay que reforzar la necesidad de capacitación de las personas para manejar este tipo de patologías”, destacó.
Uno de los aspectos más positivos de las nuevas normas está en la habilitación de equipos especializados “tanto en atención primaria como a nivel secundario para atender a todo paciente que se sospeche de un trastorno de conducta alimentario”, mencionó, ya que a su juicio las guías también refuerzan las derivaciones oportunas por el beneficio de tener una evolución mucho más satisfactoria a largo plazo.
La misión es que los equipos a nivel intrahospitalario también se capaciten en el tratamiento. “O sea, es una especie de alerta temprana y mejorarían el tratamiento tanto nutricional como de los equipos de salud mental, ya que esta es la única patología psiquiátrica que tiene un compromiso grave a nivel corporal y que requiere hospitalizaciones por esa causa”, dijo.