19 Diciembre 2023

Acuario Ambulante UNAB, una gota del océano en un mar de cemento

A través de esta iniciativa de divulgación científica, estudiantes de la Universidad Andrés Bello buscan dar a conocer el medio marino a la ciudad de Santiago, para fomentar su debido cuidado. “Para proteger hay que conocer”, dice Eloísa Garrido, alumna de la carrera de Biología Marina UNAB e impulsora de esta actividad.

biología marinaAunque Chile tiene más de seis mil kilómetros de costa, no todas las personas tienen la fortuna de conocer el mar o de saber acerca de las especies que allí habitan. Esto fue lo que motivó a un grupo de estudiantes de la carrera de Biología Marina en sede Santiago de la Universidad Andrés Bello, a tomar acción.

Eloísa Garrido, alumna de cuarto año de Biología Marina UNAB y miembro del Laboratorio Bajamar en Campus República, creó junto a sus compañeros la iniciativa “Acuario Ambulante”, una muestra marítima interactiva que tiene como fin, “acercar el medio marino, específicamente el intermareal, a diversas comunidades e individuos de todas las edades, para así generar conciencia y educación para su adecuada protección, pues somos fieles creyentes que para proteger hay que conocer”, indica Eloísa.

En poco más de dos meses desde su inicio, ya han visitado dos instituciones, el colegio Mirador, en la comuna de Puente Alto y el liceo Darío Salas, en la comuna de Santiago. Para Eloísa, lo más valioso de esta iniciativa es la conexión humana que se genera a través del conocimiento: “la curiosidad infinita que presentan las personas al observar ‘pedacitos’ del océano, las preguntas, la sonrisa, las caras de asombro o hasta miedo por ciertas muestras”, señala, agregando que todas las personas merecen conocer el océano.

Oscar Varas, estudiante de segundo año del programa de Doctorado en Medicina de la Conservación de UNAB, y quien ha participado en la implementación del “Acuario Ambulante”, indica que la iniciativa ha tenido una buena acogida. “Ha llamado la atención tanto de los estudiantes como de los profesores, quienes nos han recibido con los brazos abiertos”.

Aprendizaje interactivo

Este proyecto de divulgación científica partió visitando a la comunidad escolar, pero el objetivo es que este cuerpo de conocimiento básico de las ciencias del mar se abra a una diversidad de personas, para que puedan conocer más acerca del océano.

La muestra itinerante consiste en dos acuarios medianos que en su interior acogen a especies comunes de la costa chilena, principalmente organismos con los que trabaja el Laboratorio Bajamar. Entre ellos, locos (Concholepas concholepas) baúnco (Girella laevifrons), y el erizo negro (Tetrapygus niger), así como distintas especies de lapas y cangrejos, entre otros.

También presentan el “Museo Bajamar”, que consiste en una colección de diversas especies conservadas en alcohol, incluyendo organismos que provienen desde Rapa Nui hasta la Antártica. Asimismo, cuentan con una amplia variedad de guías, afiches y stickers ligados al tema marítimo, y muestras de otros organismos que se pueden encontrar en el intermareal, como caparazones de cangrejos, huevos de tiburón pintarroja, esponjas, y otros.

Para Roddy Jara, estudiante de segundo año del doctorado en Medicina de la Conservación UNAB quien también apoyó la iniciativa, otro aspecto destacable del “Acuario Ambulante” es que es completamente interactivo. “Los estudiantes pueden tomar todo lo que llevamos para el stand, donde también se realizan juegos y actividades, buscando enseñar mediante la diversión y la sana competencia”.

Laboratorio Bajamar, biología marina en la ciudad

El “Acuario Ambulante” surgió como iniciativa de las alumnas y alumnos de pregrado UNAB que forman parte de Bajamar Lab, laboratorio marino dirigido por José Pulgar, académico del Departamento de Ecología y Biodiversidad de la Universidad Andrés Bello. Bajamar Lab cuenta también con participación de estudiantes de la Universidad Santo Tomás, bajo la guía de la investigadora Marcela Aldana, de la misma casa de estudios.

La sede principal de Bajamar Lab se encuentra en el edificio R9 de Campus República UNAB. Allí, estudiantes e investigadores recrean las condiciones del mar para estudiar sus distintos aspectos, tal como detalla el profesor Pulgar:

El trabajo del laboratorio Bajamar se enfoca en entender cómo la variabilidad ambiental afecta a los organismos costeros y a las interacciones en las que están involucrados. Estudiamos variables como la temperatura, la disponibilidad de nutrientes, los efectos del plástico y el impacto de la contaminación lumínica.

Mantener un ambiente marino en pleno centro de Santiago no está exento de complejidades, requiere de condiciones controladas en temperatura y calidad de agua, para asegurar la viabilidad de los organismos con los que trabajan.

“Para esto contamos con aire acondicionado, además de enfriadores y calefactores de agua, y equipos multiparámetros, que utilizamos para controlar la calidad del agua de mar, la cual fabricamos nosotros”, señala Pulgar, agregando que también cuentan con equipos Mini Oxy4, y computadores para el registro de las variaciones en la concentración de oxígeno, en ensayos bajo condiciones controladas.

Los parámetros físicos del agua, como la temperatura, el Ph, la salinidad y los nutrientes, se controlan diariamente gracias al apoyo de estudiantes de pregrado de la carrera de Biología Marina, quienes participan activamente en la mantención de los animales y de sus condiciones de hábitat.

“Esto se ha realizado con tanto éxito, que permite el desarrollo de tesis de estudiantes de pregrado y postgrado, teniendo, además, una completa disponibilidad para armar nuevos sistemas que cumplan sus necesidades”, asegura Roddy Jara, alumna del doctorado en Medicina de la Conservación de UNAB.

Asimismo, Oscar Varas estudiante del mismo doctorado, destaca la capacidad técnica que tiene Bajamar Lab para mantener a los animales marinos en excelentes condiciones. “Si bien es un gran desafío técnico y metodológico, la alta experiencia del personal del laboratorio nos permite llevar un poco del mar de Chile a niños y niñas”.

Escrito por Pamela Alarcón