Académica UNAB deja presidencia de División de Kinesiología Intensiva: “Se visibilizó nuestro rol como nunca antes”
Paola Figueroa González, secretaria académica de la Escuela Kinesiología de la Universidad Andrés Bello, terminó su periodo como presidencia de la División de Kinesiología Intensiva y Terapia Respiratoria (DIKISOCHIMI) de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (SOCHIMI) y realiza una evaluación de su gestión en plena pandemia. Asimismo, detalló cuál será la visión que hoy el público tiene del Kinesiólogo.
Con más de dos décadas de trayectoria tanto en el área clínica, en la academia y en la sociedad científica, Paola Figueroa, posee una clara visión de la Kinesiología y sus proyecciones, de tal manera comprende la trascendencia de la participación del kinesiólogo y su relación con el equipo interdisciplinario lo que la transforma en una voz autorizada para abordar la nueva visión del rol el Kinesiólogo tras la pandemia y de la evaluación de sus desempeño como presidenta de la División de Kinesiología Intensiva y Terapia Respiratoria (DIKISOCHIMI) de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (SOCHIMI), cargo que recientemente deja.
¿Cree que cambió la visión que el público en general tiene del rol del Kinesiólogo durante la época de pandemia?
El kinesiólogo intensivista se ha desarrollado en la Unidad de Paciente Crítico hace muchos años, centrando su quehacer en la gestión del movimiento humano y en el funcionamiento de las personas con condición crítica de salud, donde ha tenido un rol activo en intervención cardiorrespiratoria, neuromusculoesquelética y en el soporte cardiorrespiratorio avanzado, logrando a través del razonamiento clínico avanzado promover la protección, mantención y recuperación de la funcionalidad y, con eso mejorar la calidad de vida de las personas. Desde que comenzó la pandemia, nos hemos ido adaptando a las necesidades de la especialidad y de la población, así logramos posicionar al kinesiólogo intensivista como un profesional relevante dentro del equipo de salud, junto al apoyo de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (SOCHIMI). Se visibilizó nuestro rol como nunca antes, muchos kinesiólogos participaron en reportajes, en columnas de diario, en cápsula de redes sociales, etc. A nivel nacional, donde quedó de manifiesto nuestro aporte para la recuperación funcional de las personas que están en la UPC, ya que nuestro actuar no se centra solamente en el manejo del ventilador mecánico, sino que también se enfoca en la movilización oportuna y en el manejo de nuevas tecnologías. Por otra parte, sabemos que las personas que tuvieron COVID + y estuvieron en la UCI quedarán con secuelas variadas, entre ellas, las funcionales y nuestro rol sigue, siendo relevante para realizar seguimientos y para establecer alianzas con otros niveles de atención de manera de asegurar la continuidad de la intervención kinesiológica para mejorar la calidad de vida y para la reintegración de las personas a la sociedad.
Todo esto hace ver que hay un cansancio en el equipo de salud…
Si bien sabemos que hay un cansancio acumulado en los profesionales de la salud, hemos crecido como especialidad de kinesiología intensiva y aún nos queda mucho por seguir aportando para la recuperación funcional de las personas. Sin embargo, nuestro mensaje como kinesiólogos intensivista, está destinado al autocuidado y a la prevención con el uso correcto de la mascarilla, lavado frecuente de manos y distancia física para evitar desarrollar un cuadro de neumonía por COVID grave, que requiera los cuidados intensivos.
Terminas su periodo de presidencia en DIKISOCHIMI ¿Qué evaluación puede hacer de su gestión, justo en el contexto de pandemia?
Fue un periodo intenso de mucho trabajo interdisciplinario en la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (SOCHIMI), jamás pensamos que tendríamos un rol tan activo en la pandemia, ya que asumimos el directorio el 2018. Pero tomamos con profesionalismo nuestro rol junto al directorio y, dada nuestra misión como sociedad científica, generamos espacios de reflexión como kinesiólogos intensivistas para promover el crecimiento científico y profesional de los kinesiólogos que se desempeñan en las unidades de paciente crítico del país. En ese sentido, generamos muchos productos para apoyar a los kinesiólogos que ya se desarrollaban en la UPC, pero también para aquellos que tuvieron que apoyar desde otras unidades y aquellos kinesiólogos que nunca habían trabajado en la UPC, nuestro objetivo fue velar por atenciones seguras y de calidad para las personas que se encontraban en la UPC por COVID-19. De esta manera, elaboramos guías, protocolos, videos, podcast, etc., todo se encuentra a disposición de la comunidad a través de la página de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (www.medicina-intensiva.cl). Además, apoyamos a Hospital digital de MINSAL junto a SOCHIMI, con charlas de alto nivel con temas relevantes en el contexto pandemia COVID-19, las que pusimos a disposición de la comunidad kinesiológica y de otros estamentos en tiempos de pandemia para brindar las mejores herramientas que permitieran optimizar el manejo kinesiológico, llegando incluso a congregar a más de tres mil personas conectadas a estas charlas a lo largo de todo el país con estándares de calidad y con excelentes expositores. Por otra parte, a través de las asesorías 24/7 fuimos un apoyo para los colegas de todo Chile ya que la plataforma digital estuvo a disposición para cualquier tipo de consulta u orientación en los meses más críticos, convirtiéndose en un aporte, sobre todo para aquellos kinesiólogos y kinesiólogas que recién estaban incorporándose al área de intensivo. También, pudimos generar un curso e-learning con 3 niveles básico, medio y avanzado, dando una certificación de la SOCHIMI donde tuvimos más de 6000 inscritos.
¿Otros logros?
Otro logro, fue dejar clara nuestra misión, incluso logramos definir nuestras competencias como kinesiólogos intensivistas, definiendo nuestro rol, las coberturas y la carga laboral en tempos de pandemia, lo que, sin duda fue un aporte para muchos colegas en la gestión de sus unidades. Nuestras redes sociales en marzo contaban con 1300 seguidores y, actualmente, contamos con más de 5 mil seguidores y que gracias al apoyo del Colegio de Kinesiólogos (COLKINE) llegábamos a más de 22.000 seguidores que tenían acceso a nuestros aportes como sociedad científica; también aumentamos de 120 socios a 160 socios de la División de kinesiología Intensiva (DIKISOCHIMI).
«Fue un periodo intenso de mucho trabajo interdisciplinario en la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (SOCHIMI), jamás pensamos que tendríamos un rol tan activo en la pandemia, ya que asumimos el directorio el 2018».
Además, tenemos un compromiso desde la sociedad científica con la especialidad en kinesiología Intensiva, por lo que seguimos trabajando muy unidos a la Asociación Nacional de Acreditación de Kinesiólogos Especialistas (DENAKE), en donde en la etapa más crítica reconocimos alrededor de 10 especialistas más y ahora que hicimos un nuevo llamado, tenemos 20 postulantes para ser acreditados como especialistas en kinesiología intensiva. Y paralelamente, continúa nuestro aporte junto a DENAKE, configurando las matrices de competencias para la formalización de la especialidad en kinesiología intensiva. Finalmente, quisiera extender mis agradecimientos al directorio de la SOCHIMI, al directorio de la DIKISOCHIMI y a todos los colegas que de una u otra manera contribuyeron al trabajo en equipo, permitiendo que la gestión fuera exitosa en el periodo 2018-2020. Además, le manifiesto todo mi apoyo a la actual directiva para que sigan en la senda ya trazada en el aporte como kinesiología intensiva en esta pandemia.
¿Qué se puede transmitir a los jóvenes que ingresarán a estudiar kinesiología y a quienes están formándose en la UNAB, respecto a lo que significa la experiencia de profesionales que trabajaron en el área intensiva?
Podría transmitirles que es muy importante la vocación y el amor por la carrera para lograr desarrollarse en la UPC, ya que se debe contar con un alto nivel de conocimientos y de habilidades procedimentales, pero por sobre todo, se debe tener calidad humana y valores ético-profesionales que propendan al trabajo en equipo interdisciplinario y a mantener altos estándares en el quehacer kinesiológico de manera de brindar atenciones seguras y de calidad a las personas que se encuentran en la UPC, enfocándose en la recuperación funcional y en la mejoría de la calidad de vida para su reintegración en la sociedad.