23 Agosto 2024

VOZ DEL EXPERTO | Ventajas de los protectores inhibidores de ruidos en personas con TEA

La académica de la Escuela de Fonoaudiología UNAB, Francisca Mansilla, explica los beneficios de estos aparatos para que las personas con hipersensibilidad auditiva se puedan sentir más integradas.

El exceso o cierto tipo de ruidos pueden hacer muy complejo el día a día de una persona con Trastorno del Espectro Autista (TEA), o aquellas que puedan tener hipersensibilidad auditiva, lo que les podría provocar alejamiento y, en ocasiones, aislarse de ciertas actividades para evitar molestias o desregulaciones debido al poco control de su entorno.

Francisca-Mansilla

Lo anterior se conoce como “hiperacusia, que es un trastorno caracterizado por una disminución en la tolerancia al sonido, donde los estímulos auditivos se perciben como desagradables e incómodos, desencadenando una respuesta negativa. Esta condición puede afectar diversos aspectos del bienestar, incluyendo la salud emocional, la calidad del sueño, la concentración y puede contribuir a la aparición de ansiedad”, explica Francisca Mansilla, académica de la Escuela de Fonoaudiología de la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la U. Andrés Bello.

 

Actualmente, la prevalencia de la hiperacusia en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) oscila entre el 40% y el 60%, cifra significativamente superior en comparación con la población neurotípica. Los autores como Remington y Fairnie han señalado que los individuos autistas suelen poseer una mayor capacidad perceptiva, lo que les permite procesar una cantidad mayor de información cognitiva, incluyendo la auditiva.
Maneras de sobrellevar la hiperacusia
El abordaje de la hiperacusia se puede dividir en dos enfoques principales, indica la académica UNAB:

 

      1. Prevención y reducción de la intensidad de la señal: Para mitigar la intensidad de los ruidos ambientales, se recomienda el uso de protectores auditivos.  Dentro de los protectores auditivos usados se encuentran los suprauriculares, que van sobre el conducto auditivo y también están los intraauriculares, que van por dentro del conducto auditivo, casi como un tapón anti-ruido.
Frente a su utilización de estos aparatos, la fonoaudióloga indica que “tienden a reducir de manera importante la cantidad de decibeles. En general, los niños con TEA tienen dificultades en la integración sensorial y deben elegir el más adecuado para ellos. A algunos les puede costar el intrauricular, ya que se introduce al conducto auditivo, así como también les podrían molestar los suprariculares. La evaluación previa es fundamental para indicar el más adecuado al caso”.
     2. Tratamiento de la hiperacusia:
–          Tratamiento de desensibilización: Consiste en reentrenar el cerebro para disminuir las respuestas de miedo ante los sonidos. Este enfoque busca reducir la aversión y la incomodidad asociadas con los estímulos auditivos.
–          Terapia cognitivo-conductual: Este método enseña al usuario las habilidades y conocimientos necesarios para modificar sus pensamientos irracionales respecto al ruido, ayudando así a gestionar y reducir la ansiedad relacionada.

 

«Ambos enfoques pueden ser implementados de manera complementaria para ofrecer un manejo integral de la hiperacusia y mejorar la calidad de vida del usuario y su familia», asegura la especialista de la UNAB.