VOZ DEL EXPERTO| Reforma de pensiones ¿solución efectiva?
José Navarrete Oyarce, director de Ingeniería en Administración de Empresas y del Magister en Tributación de la Universidad Nacional Andrés Bello reflexiona sobre los escenarios futuros de la reforma de pensiones anunciada recientemente por el gobierno.
El miércoles, el presidente Piñera hizo un repentino anuncio, respecto a una iniciativa legal que pretende mejorar el complejo sistema de pensiones que actualmente existe en Chile.
No se debe desconocer, que el tema de pensiones fue uno de los elementos que gatillaron el estallido social del 2019 y que también es uno de los temas que se deberían reformar de cada al proceso constituyente, o por lo menos, la opinión pública espera que, con ese proceso, el sistema mejore.
Chile posee un sistema individual de pensiones, administrador por las AFP, a través del cual, cada trabajador es responsable de ahorrar para su futuro, siendo la AFP la responsable de administrar y multiplicar esos recursos, sobre la base de inversiones. Este sistema, se contrapone al sistema de reparto, donde los trabajadores activos son los que financian las pensiones de los inactivos, en la medida que se cumplan ciertos requisitos. Ambos sistemas, tienen adherentes y detractores. El sistema de AFP, conceptualmente es bastante bueno y pone el foco en el esfuerzo personal durante la vida laboral. El problema no son las AFP propiamente tal, sino que elementos inherentes a nuestro mercado laboral, bajos sueldos, informalidad, lagunas, entre otros. Respecto al sistema de reparto, normalmente se esgrime que la configuración demográfica del país, con cada vez menos personas activas, lo harían inviable y finalmente, sería el Estado, quién tendría que subsidiar a los jubilados, con cargo a impuestos.
En ese contexto, el proyecto de reforma, es una inyección directa de recursos para una gran mayoría de los jubilados con cargo al presupuesto de la nación, vale decir, financiada con impuestos. Desde el punto de vista práctico, esa iniciativa subsanaría las actuales bajas pensiones, pero no ataca el tema de fondo, que son los bajos sueldos que existen en Chile. A pesar que los sueldos en Chile son los más altos de Latinoamérica, internamente siguen siendo bajos. La pregunta es ¿qué incentivo tendrá una persona para cotizar por su ingreso real si el estado garantizará una pensión mínima? Estamos claros que la pensión mínima garantizada es un monto precario, puesto que solo pretende equivaler a la línea de la pobreza, sin embargo, para personas con escasa educación e informalidad en su trabajo, podría ser un incentivo perverso.
Sin duda, se deben mejorar las pensiones. Sin embargo, a mi juicio, para mejorar las pensiones, primero debe mejorar el nivel general de ingresos, dinamizar el mercado laboral, invertir en capital humano. De otra manera, esta medida será otro parche al problema.
La discusión está abierta, toda vez que las pensiones debería ser una de las prioridades del próximo gobierno. Independiente del sector que resulte electo, el tema ya está instalado y las presiones por su mejora ya sea han tomado la agenda.