VOZ DEL EXPERTO| Enfermedades de las encías y riesgo cardiovascular
Maritza Galaz Domínguez, doctora y especialista en Periodoncia e Implantología, docente de la Universidad Andrés Bello explica la relación que existe entre las patologías cardiovasculares y las enfermedades dentales.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen la principal causa de muerte en el mundo y en Chile, siendo los accidentes cerebrovasculares (ACV) y el infarto agudo al miocardio (IAM) los que ocasionan el mayor número de decesos. Los factores de riesgo reconocidos que favorecen eventos cardiovasculares son; sedentarismo, malnutrición por exceso, hipertensión arterial, diabetes mellitus y tabaquismo.
Actualmente las investigaciones han señalado a las enfermedades de las encías como otro factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares. Si consideramos que un alto número de chilenos padece enfermedades de las encías, desde su forma leve denominada gingivitis, hasta las que comprometen los tejidos que anclan los diente al hueso maxilar, conocida como periodontitis (que en sus estados iniciales evidencia mínimas señales) entonces, pasaran años hasta que observe en su boca el daño de los tejidos como: sangrado cada vez que se cepilla, retracción de las encías, movilidad dentaria y hasta la pérdida por movilidad extrema.
La mayoría de los pacientes que llega a consultar en estas condiciones bordea la cincuentena y ha padecido la enfermedad a lo menos unos 20 años. En consecuencia, si esta persona tiene algunos de los factores de riesgo de ECV arriba mencionados, la periodontitis aceleraría un evento cardiovascular potencialmente mortal.
Para entender la asociación entre estas dos patologías tenemos que conocer qué son las enfermedades cardiovasculares y periodontales. La enfermedad cardiovascular es la obstrucción completa de los vasos sanguíneos que irrigan y entregan el oxígeno al corazón y cerebro, conocida como aterosclerosis, ocurrida por la acumulación de placas de ateromas, que en simples términos se entienden como placas de grasa que se adhieren al interior de vasos sanguíneos. El efecto de estas placas es acumulativo y progresivo, que terminan lentamente a lo largo de los años reduciendo su diámetro interior hasta su totalidad.
Por otra parte, la periodontitis se genera por la interacción del sistema inmune con bacterias específicas que se instalan al interior de la encía, generando la destrucción de los tejidos periodontales. Su acción deletérea no es solo local, sino que puede además comprometer los vasos sanguíneos a distancia, a través del paso al torrente sanguíneo de estas bacterias, suceso que ocurre cada vez que un paciente con periodontitis realiza su cepillado; está comprobado por numerosas investigaciones que estas bacterias tienen la capacidad de inducir la formación de nuevos ateromas o el incremento de uno ya existente, que finalmente puede inducir un accidente cardiovascular.
Por todo lo mencionado, y aprovechando que nos encontramos en el Mes del Corazón, no olvidemos la importancia de un cuidado integral para mantener la salud tanto cardiovascular como periodontal, entendiendo que todos los sistemas del organismo se encuentran interconectados y relacionados.