VOZ DEL EXPERTO| Día del niño y la niña, no sólo el día para regalar
Si bien en distintas partes del mundo se celebra en distintas fechas, todas tienen como objetivo la concientización, promoción y protección de los derechos de los menores.
El Día del niño y la niña no obedece, como muchos piensan, a un espacio inventado por las casas comerciales para fomentar el consumo y compra de juguetes. Este día tiene un origen y sentido mucho más allá del sólo hecho de regalar. Así lo explica la directora de las carreras de Educación Parvularia y Psicopedagogía de la Universidad Andrés Bello sede Concepción, Sandra Urra.
Desde la presentación en la ONU de la “Declaración Universal de los Derechos del Niño” y la posterior aprobación de la Convención al respecto, los países fueron invitados a celebrar anualmente un día para visibilizar dichos derechos. En Chile, se celebra el segundo domingo de agosto, debiendo ser una jornada que nos invite a considerarles desde un enfoque de derecho, no sólo como el momento para regalar, sino también como el día en que analizamos el rol que se le asigna a su participación, consideración y respeto.
Nuestra sociedad basada en el adultocentrismo, ha perpetuado figuras de relación con la niñez desde la obediencia y poder, basando en ello el cómo deben comportarse niños y niñas según lo que les acomoda a los adultos, dejando de lado su opinión, intereses, los contextos sociofamiliares, institucionales, políticos y por sobre todo los Derechos Humanos. Todo esto, olvidando a niños y niñas como sujetos de derecho y, por tanto, beneficiarios de medidas especiales que aseguren la potenciación de su desarrollo, talentos, acceso a la salud, educación, desarrollo de su personalidad y autonomía en ambientes amigables con espacios para la comprensión, escucha, felicidad y amor, es decir, climas que permitan la accesibilidad a un derecho integral y respetuoso de cada uno y cada una sin sentirse discriminado o amenazado.
Muchas veces nos dicen que hay que darle voz a niños y niñas, créanme que ése no es el principal desafío, pues ellos y ellas siempre han tenido voz, ideales, preferencias, motivaciones, miedos y sueños, el problema ha sido no escucharlas, considerarlas, respetarlas, acompañarlas y responder a sus necesidades.
Si bien el Estado debe ser garante en el diseño y aplicación de políticas públicas que respeten los Derechos Humanos y por tanto los Derechos de niños y niñas, es rol de las y los adultos hacer vida dichos derechos, pues en ellos está en sí la eliminación de las tan dolorosas brechas que visibilizan la violencia con que tantos niños y niñas sólo pueden ver como un privilegio aquellos espacios de vida que deberían serles propios desde siempre y para siempre, así como también, generar espacios para su participación, consideración y respeto como constructores de presente y futuro, con un mundo y cultura propia que deben ser respetados, valorando la diversidad y brindando espacios seguros que respondan a ello.
Todo niño, toda niña necesita este domingo ese regalo, el regalo de ser respetados y respetadas sin importar las etiquetas que la sociedad insista en colocar, invitando a la sociedad a velar por el cumplimiento de ello este día y todos los días