16 Enero 2025

VOZ DEL EXPERTO | Cómo proteger a bebés y recién nacidos ante altas temperaturas

En altas temperaturas, los recién nacidos enfrentan riesgos como golpes de calor e irritaciones en la piel. Aprende cómo protegerlos con consejos prácticos para mantener su bienestar durante el verano.

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Con la llegada del verano, el aumento de las temperaturas y las olas de calor, los padres deben extremar los cuidados hacia los recién nacidos y bebés, quienes, por la inmadurez de su sistema termorregulador y de su piel delicada, son especialmente vulnerables en esta época.

Y aunque en contraste con el invierno, el verano puede tener beneficios evidentes, la matrona y académica de la Escuela de Obstetricia UNAB, Luz Román, detalla los riesgos y precauciones fundamentales para el cuidado de los más pequeños durante la temporada estival.

Los riesgos del calor

La docente explica que la piel del bebé tiene más perfusión sanguínea por lo mismo es más permeable e hidratada qué la del adulto, lo que los hace propensos a sufrir irritaciones, golpes de calor y deshidratación.

El máximo de calor que podría soportar un recién nacido es de 32°C, por lo que nunca debería exponerse a temperaturas superiores a esta.

Entre los síntomas de un golpe de calor podemos encontrar:

  • Recién nacidos: Irritación en la piel por sudor (cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y zona de pañal), sarpullidos, llanto irritable, inapetencia y sequedad de mucosas.
  • Lactantes y niños mayores: Náuseas, vómitos, dolores de cabeza, calambres, agotamiento y, en casos graves, desmayos.

Cómo prevenir golpes de calor

Una genuina duda en el cuidado de recién nacidos es como mantener una adecuada hidratación. Según Román, los recién nacidos deben recibir leche materna con mayor frecuencia ante altas temperaturas, mientras tanto, los bebés mayores pueden recibir agua fresca y segura, además de jugos naturales en pequeñas cantidades, pero nunca gaseosas con alto contenido de azúcar o cafeína.

Ademá, recomienda la docente, es necesario mantener las habitaciones ventiladas con temperaturas entre 20 y 24°C, y evitar sacar al bebé de casa en los horarios de máximo calor, que sería entre las 11 y 15 horas.

La ropa también cumple un papel importante, “la vestimenta debe ser ligera, de colores claros y materiales transpirables como el algodón”, señala.

En bebés menores de seis meses, no se recomienda el uso de protectores solares debido a la inmadurez de la piel en esta edad, ya que no se cuenta con mecanismos de autoprotección como los tendría un adulto, como son, por ejemplo: la sudoración, el incremento de vello o el incremento de melanina. “Pasada esa edad, puede aplicarse protector solar hipoalergénico en zonas expuestas, como cara, manos y pies. Evitar el uso excesivo para prevenir irritaciones”, sostiene.

Si se requiere transportar al bebé en un día caluroso de verano, la académica sugiere utilizar capotas para protegerlo del sol; no cubrir el coche con mantas, pues puede acumular el calor en lugar de evitarlo; y en el auto utilizar cortinas en las ventanas para bloquear la luz solar directa.